Capítulo 11

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Cuando su amigo Daniel se hubo ido, tomó la dirección que se encontraba sobre la mesa y fue a la casa de Ursula, pero allí no encontró más que lo que su amigo le había dicho. Cuando llegó al espejo, éste estaba cubierto por una sábana, llamó a Ursula en vano y se rindió.

Regresó a casa con el alma vacía, su chica se había ido, o jamás había existido y estaba volviendose loco.

El día Miércoles pudo asistir a clase, pero apenas entró al salón lo llamaron de enfermería. Él fue con pocos ánimos, suponía que algo raro ocurría, estaba más que seguro que Ursula Peters sí existía.La enfermera lo miró con lástima y se fue, la psicóloga de la escuela entró en inmediato y se sentó al lado de la camilla.

-Recuéstate Thomas.Thomas le hizo caso con pereza y la miró con ojos atentos.

-¿Qué va a preguntarme?

-Cosas básicas. Dime tu nombre completo.

-Thomas Lucas Walton.

-Edad.

-17 años.

-Dime dónde vives.

-Vivo en la calle Essie al 3400.

-¿Tienes hermanos?

-No.

-¿Amigos imaginarios?

-No.

-¿Escuchas voces en tu cabeza?

-No.

-¿Ves espíritus, personas, cosas que los otros no ven?

-No. -Entonces dime, ¿Quién es Ursula Peters?

-Dígame que me he vuelto loco si quiere, pero al terminar las vaciones de invierno, una jóven de cabello negro, ojos azules y mirada perdida entró al instituto, nadie se percataba de ella, pues la creían loca, excepto yo, me enamoré de manera rara y averigüé sobre ella. Sólo supe lo que ella quiso decirme, y tratenme de loco, yo sé que no lo estoy.

Dicho ésto se retiró del lugar y fue directamente hacia su casa. Se tiró con pesadez en la cama, y simplemente rompió en llanto sin ningún argumento tal vez, no quería ver a nadie. A las 7 de la tarde fue al baño y miró su reflejo en el espejo, daba asco, parecía un esquizofrénico, y no le importaba. Su humor había llegado a su tope, y no quería ver a nadie por un largo tiempo. Se duchó y luego volvió a acostarse, miraba la pared sin el mínimo atisbo de sueño.

Durmió un poco, y luego volvió a despertarse, recorrió con el recuerdo de su mente atormentada los sucesos que había vivido con Ursula. Nadie le creía, nadie la había visto, nadie recordaba...

-Me estás haciendo miserable- susurró en la oscuridad de su habitación en medio de una noche aislada y confusa. Una luz violeta titiló desde el exterior, y al asomarse no había nada.

"No estoy loco" gritó antes de caer débil a la cama nuevamente. Cerró los ojos sólo para engañarse así mismo, y sintió unos labios sobre su piel. Quiso abrir sus ojos, pero el sueño se apoderó de él como si fuera una fuerza sobrenatural. Quedó rendido, completamente a merced de aquella persona que lo besó con tanta suavidad, quedó dopado. Se sintió flotando, abrió sus ojos, se encontraba en un lugar donde no había ni arriba ni abajo, ni costado, ni delante ni detrás.

Las espesas nubes cubrían el lugar con una sombría niebla, y una extraña sensación de vacío lo inundó de repente, como si le hubieran sacado el alma con una una garra infernal.
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"Holaaaa, perdón la demora, es que mi amiga (la que sube mis capitulos) ha cambiado de teléfono y nos hemos demorado! Ya se acerca el final, si quieren 2da parte yo diría que comenten, estoy perdiendo la inspiración. Bueno, gracias por leer y los quiero mucho, un beso enorme, Anto"

Ursula PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora