°36°

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Cuando amaneció, la base, o mejor dicho la pequeña casa en donde se ocultaban, fue iluminada por los rayos del sol. Sin embargo, los rostros de los hombres que se encontraban ahí no reflejaban más que tristeza, preocupación y culpabilidad.

—¿Dónde está?— volvió a preguntar Seth dirigiéndose esta vez a Haruki y Taylor. Ambos negaron con la cabeza, indicando que no lo sabían aún—. Me preocupa que Jimin haga algo apresurado.

Taylor frunció los labios y murmuró—Pero si no nos damos prisa, Yerik podría asesinarlos.

—Dudo que lo haga tan pronto.

—¿A qué te refieres?

Esta vez Haruki intervino, como si pensara lo mismo que su pareja— Es obvio que lo tendrá vivo por un tiempo, así funcionan este tipo de cosas.

—Si, pero lo tendrá vivo para torturarlo y eso tampoco es algo bueno.

Seth retomó la palabra— Pero tampoco es como que Jungkook no pueda soportar un poco. Si Jimin lo hizo por días, entonces él también puede hacerlo... No me gusta la idea, pero si vamos allá sin un plan, nos van a comer vivos y de todas maneras no podremos hacer nada. Nos van a matar y todo será en vano.

Haruki asintió— Además ahora que tiene a Jungkook, es obvio que tendrá mucho más precaución y más seguridad, además de hombres vigilándo todo el día. No será nada sencillo.

Taylor comprendió la situación y aunque no quisiera aceptarlo, ambos tenían razón, no sería fácil entrar y sacarlos, pues ya que como lo dijo Haruki, seguramente Yerik pondría mucha más vigilancia y estaría alerta en todo momento.

—¿Y entonces qué hacemos?

Justamente cuando Seth abrió la boca para responder, la puerta de la casa se abrió de golpe alertando a todo el personal, quienes inmediatamente levantaron sus armas y apuntaron en dicha dirección; sin embargo, se relajaron un poco al ver que quien había entrado, era Jimin.

La expresión de su rostro era totalmente seria, parecía tan tranquilo que era como si no hubiese pasado nada, pero sus ojos por otro lado, reflejaban toda la ira que su cara ocultaba.

Con pasos aparentemente tranquilos, caminó sin detenerse hacia la habitación que compartió con su esposo. Las miradas lo siguieron sin decir absolutamente nada y cuando pasó a un lado de Seth, Taylor y Haruki, les dio una breve y silenciosa mirada para después entrar en la habitación y cerrar la puerta.

—¿Qué mierda fue eso?

El entrecejo de Seth se frunció y con golpes bruscos tocó la puerta varias veces sin obtener respuesta, de hecho, no recibió ni siquiera un sonido.

—¿Jimin? ¡Abre la puerta! ¡Tenemos que hablar!

Continuó golpeando por varios minutos, sin embargo Jimin nunca abrió, ni siquiera se dignó a correrlo o a gritarle, todo estaba en completo silencio, tanto que parecía como si no hubiera nadie adentro de la habitación.

—¿Qué vamos a hacer?— insistió Taylor dando por hecho que Jimin no abriría la puerta en ese momento.

—No lo sé.— respondió finalmente Seth rendido.

Estaban totalmente perdidos, no tenían una sola idea de qué podrían hacer para salvarlos, y en el transcurso de tres días, Jimin permaneció encerrado sin dar señales de vida. No comió, no bebió agua, ni tampoco respondió.

Las expresiones de angustia cada vez eran peores y siempre que lograban idear algo, había más contras que pros, por lo que la idea era desechada en ese instante. Y cuando sus cabezas ya estaban hechas un lío y apunto de estallar, el seguro de la puerta finalmente se boto y todos vieron salir al Cisne con la misma apariencia de hacía tres días, excepto por sus ojos, los cuales estaban algo hinchados y enrojecidos, un indicador de que al parecer estuvo llorando, aunque nadie hizo comentarios al respecto.

SEÑOR BLACK: EL CISNE || SEGUNDA PARTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora