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Una sensación extraña le recorrió el cuerpo, su esposo ya había vuelto de aquel viaje y gustoso lo esperaba en el aeropuerto junto a sus hijos. Los vellos de sus brazos se erizaron y pronto la intranquilidad llenó el ambiente. El sonido de los aviones lograba escucharse y no supo porqué repentinamente sintió que le faltaba el aire. Escuchaba su respiración agitada y sus ojos miraron todo al rededor.
Se sentía nervioso.

—¡Ese debe ser el avión de papá!— exclamó Yuan señalando por el gran cristal y a partir de ese momento todo pareció ir en cámara lenta para Jungkook.

Sus ojos captaron el momento exacto en que el avión se prendía en llamas por la parte trasera y pronto perdía el control cayendo en picada, hasta que finalmente el estallido reventó los cristales al impactar contra el suelo y las llamas se alzaron imponentes ante sus ojos.

Su cuerpo no se movió, podía escuchar los gritos de la gente por todas partes y él aún así se mantuvo quieto sin despegar la mirada de aquella explosión.

—¡Papá!— escuchó gritar a Haerin.— ¡Papá!... ¡Papá!

Los ojos de Jungkook se abrieron de golpe y pronto se dió cuenta del sudor que recorría su frente. Parpadeó aún tratando de asimilar que aquello solamente había sido una pesadilla.

—¿Qué pasa?— preguntó al ver el semblante preocupado de su hija.

—Estabas hablando dormido... Y gritaste el nombre de papá Jimin— respondió ella tomándolo de la mano— ¿Aún estás molesto con él?

—No— negó y apretó la mano de la pelirroja—. No estoy enojado, es solo que tuve un mal sueño y... No lo sé, creo que debo pensar bien algunas cosas.

—¿Algunas cosas?

De pronto hubo un breve silencio y Jungkook movió los labios de un lado a otro. Quizá ese sueño era solamente un aviso de que si no hacía algo pronto, las cosas acabarían en la muerte de él y su familia, y no solo Jimin y sus hijos, si no también de sus amigos.

—Debo protegerlos— susurró más para si mismo y se puso de pie soltando la mano de su hija. Caminó hacia uno de los muebles y al abrir el último cajón, se encontró con la máscara que Jimin "escondía" allí.

—Papá— habló la menor sorprendida. A decir verdad no recordaba con claridad lo sucedido en su infancia, pero de lo que estaba segura era de que antes de ser la familia que eran ahora, sus padres estaban involucrados en el mundo de la mafia—. Esa máscara es... No me digas que planeas volver a... Eso.

—No hay opción— contestó sin apartar la mirada de aquella "otra cara" que en su momento le otorgó una gran fuerza— Si no vuelvo a ser él... Estaremos muertos muy pronto.

La pelirroja frunció los labios y se acercó hasta poder abrazar a Jungkook, siendo correspondida al instante.

—Si es para proteger a nuestra familia, cuenta conmigo papá.— cerró los ojos y recargó su cabeza en el pecho del azabache, escuchando los tranquilos latidos de su corazón.

—No— suspiró—. No quiero que ustedes se embarren de la porquería, tú y tu hermano deben solo hacer lo que yo les diga y estarán a salvo, Jimin y yo nos haremos cargo de protegerlos, pero especialmente yo haré hasta lo imposible para que ustedes tres estén bien.

—Pero...

—Nada de peros— la interrumpió y dejó un beso en su frente antes de separarse e ir a la habitación de Yuan para despertarlo.

Jungkook ya lo había decidido, iba a proteger a su familia a como diera lugar.

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SEÑOR BLACK: EL CISNE || SEGUNDA PARTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora