°O9°

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Al salir de la universidad, Yuan y Haerin no perdieron tiempo, se apresuraron a volver a casa esperando que sus padres ya estuvieran de vuelta.

—¿Viste algo extraño?— preguntó el mayor sin apartar la mirada del suelo.

—Nada ¿Y tú?

—Había un hombre— comentó—. No sé si fue solamente mi imaginación, pero lo descubrí mirándome en más de una ocasión.

—Debemos apresu...

Las palabras de Haerin se vieron interrumpidas cuando un tipo de traje negro salió repentinamente del callejón por el cual habían pasado, y la sujetó del cuello.

—¡Sueltala!— exigió Yuan intentando acercarse; sin embargo el arma apuntándole le hizo frenar sus movimientos.

—Tú... Tú te pareces a él— dijo el hombre con una sonrisa torcida.

—¡Suéltame!— gritó Haerin tratando de liberarse, pero el agarre era demasiado fuerte.

—No pensé que sería tan fácil encontrarlos.

—No sé de qué habla— respondió el azabache con cautela, levantando a la altura de su pecho ambas manos. No quería alterar al hombre— Por favor, déjela ir.

—¡Cállate!— gritó y apuntó ésta vez a la cabeza de la pelirroja— ¡¿En dónde está él?! ¡Esa recompensa será mía!

—Yo no...

Ambos hermanos abrieron los ojos de par en par cuando repentinamente el sujeto liberó a Haerin mientras que gotas de sangre salían salpicadas de su cabeza. Para los ojos de ambos, aquello pareció suceder en cámara lenta. Pudieron observar como el cuerpo de aquel hombre se desplomaba ya sin vida frente a ellos, y una vez en el suelo, el charco de sangre no tardó en rodearlo.

—Que fastidio— aquella voz Yuan logró reconocerla de inmediato y su corazón dió un brinco cuando al girar, efectivamente aquel hombre de cabellos rubios se acercaba caminando tranquilamente—. Acabo de desperdiciar una bala.

—¡¿Quién es usted?!— gritó Haerin retrocediendo.

—Te acabo de salvar la vida niña, al menos deberías decir gracias— sonrió ampliamente y apuntó a la cabeza de Yuan, quien inmediatamente retrocedió y lo miró confundido, ¿Para qué salvarlos si después los mataría igualmente? — No puedo dejar que nadie más los asesine, así que evitenme la molestia de gastar mis energías.

—¿Y por qué no nos matas ahora?— cuestionó la pelirroja ganándose una mirada de sorpresa por parte de su hermano.

—Me encantaría hacerlo, pero antes de eso debo encontrar a tus papis— bajó su arma y la movió indicándole a los menores que continuaran avanzando—. Así que si no les molesta, iré con ustedes.

Dentro de la casa, el apodado Shadow permanecía sentado en uno de los sillones mientras apuntaba con su arma en dirección a los dos menores que se encontraban en un sillón al frente

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Dentro de la casa, el apodado Shadow permanecía sentado en uno de los sillones mientras apuntaba con su arma en dirección a los dos menores que se encontraban en un sillón al frente.

SEÑOR BLACK: EL CISNE || SEGUNDA PARTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora