Capítulo 38

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—¿¡Habla en serio enfermera!? —la mujer asintió con una amable sonrisa dibujada en su rostro y tomando una mano del hombre—No sabe cuánto le agradezco, de verdad muchas gracias por su ayuda.

—Pero tiene que entender que tendrá que tomar sus medicamentos, la señora no puede negárselo y menos usted puede permitírselo.

—Yo me encargo, muchas gracias.

El señor Park camino con entusiasmo a la habitación de su esposa donde se encontraba internada desde hace ya dos meses. Abrió la puerta y la observo con una leve sonrisa y tomando su mano con cariño.

—¿Qué te dijeron? —preguntó la mujer con voz decaída.

—Hoy mismo te dan de alta, pero tienes que tomar tus medicamentos al pie de la letra sino quieres regresar aquí. Saliste muy bien en los resultados. —la señora Park asintió y apartó la mirada. Había pasado más de dos semanas que Jimin no le visitaba y eso le extrañaba más de la cuenta. Sabía que su hijo no le tenía rencor y que a pesar de todo lo que ella le pudiera hacer, él estaría bajo sus órdenes sin rechistar. Jimin la visitaba más de cuatro veces por la semana, en cambio ya había dejado de pasar, y no lo iba a negar; estaba preocupada.

—Entonces hablé con Jimin y me dijo que quer... ¿Me estas escuchando, Mujer?

—Lo siento, pensaba en otras cosas. ¿Qué decías?

—Que ayer hablé con Jimin por teléfono, me dijo que esta tarde quería hablar conmigo en privado y luego quería hablar con los dos, aunque no me dijo de que se trataba más o menos, no quiso decirme. Creo que tiene que ver con la universidad, es tiempo de que estudie en un colegio público. —la mujer asintió y cerró los ojos en busca de un descanso antes de salir del hospital.

La señora Park sabía que no tenía nada que ver con el estudio ya que a Jimin siempre le había desinteresado el estudio y sería realmente extraño que de un momento a otro quisiera estudiar en una universidad pública. En cambio, la mujer pensaba que se trataba de otro tema, un tema el cual tenía que ver con su independencia o con sus problemas insolentes amorosos que –según la madre- tenía desde que por desgracia Jungkook había aparecido en su vida.

—Como regresarás a casa por la noche, aprovecharé a ir con Jimin y hablar. Me adelantaré e iré a casa para buscarlo e ir a comer en algún restaurante. Regreso en unas horas. —el hombre beso la frente de su esposa con dulzura, ella solo sonrió y se despidió de él. El señor Park tomó su saco para luego caminar hacia su auto.

El señor Park le había mentido a su esposa, en verdad, Jimin sí le había comentado al menos por donde iría la conversación. El señor Park siempre había sido un hombre comprensible el cual amaba a su hijo a pesar de todo, cabía recalcar que él no estaba en contra de cualquier preferencia sexual sobre su hijo. En un principio no iba a negar de que estaba impresionado ya que su hijo era muy pequeño para descubrir su verdadera orientación sexual, también se arrepentía de haberle prohibido tantas libertades desde pequeño, únicamente por dejarse llevar con las palabras y mandatos de su esposa. Sabía que estaba equivocado, y que había arruinado parte de la vida de su hijo, pero él quería cambiarlo.

"—Quiero hablarte sobre Jeon Jungkook... y también darte una noticia, Padre."

El señor Park no era tonto, siempre se había dado cuenta de lo que Jungkook y su hijo tenían, los veía fuera de su casa, cuando Jeon había ido a cenar y lo había defendido, cuando se estaban besando en el patio, cuando se fueron juntos a escondidas; cuando Somi le había contado el porqué de la repetida depresión de Jimin al momento de que Jungkook se había ido.

A pesar de todo, el señor Park estaba dispuesto a ayudar a Jimin sobre todas las cosas, y de protegerlo contra cualquier persona que le quisiera hacer daño; como cualquier padre debería hacer.

ᴍᴀᴛʀɪᴍᴏɴɪᴏ ꧁ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora