Capítulo 47

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—¿Cómo me veo, Somie? —preguntó Jimin abultando sus labios rojizos y enredando sus dedos con las de la chica frente suyo.

—Hermoso, como siempre. —respondió besando su frente y acariciando su castaño cabello.

Somi se sentía feliz gracias a la rotunda decisión y cambio de opinión de su hermano hacia el pequeño Jimin. Había aceptado casarse con el castaño sin rechistar en ningún momento. Según su madre, Jungkook no había dicho ni una sola palabra en contra lo que su padre le decía y regañaba, solo había hablado al final, afirmando el casarse con Jimin y el afrontar las consecuencias.

Justo en ese momento, su madre le había avisado que el registro sería dentro de dos días, "Mientras más pronto, mejor" le había dicho. Y justo ese dentro de dos días, era hoy.

Cuándo Jimin se había enterado de parte de Somi, él no lo creía. A pesar de que no tenía la más mínima idea del por qué tan repentinamente iba a casarse con su hyung, él estaba falleciendo de la felicidad. Jimin había dejado cada dolor o mal presentimiento sobre el azabache, y simplemente se había centrado en su próximo juicio matrimonial.

Desde ese día, Jimin no dejaba de contar los segundos en espera de aquel día. Somi le había avisado como sería el registro y que no sería algo grande como siempre pintaban las películas que él siempre veía, solo la familia de Jeon y la suya en un juicio de registro civil. Pero a pesar de que Jimin se sentía triste por ello, se sentía satisfecho porque sabía que eso significaba ser desde ese momento una familia, una hermosa familia conformada por dos personas que se aman y un pequeño bebé naciente de ello.
Se sentía la persona más feliz del planeta.

Jungkook por otra parte, a pesar de que había aceptado, él no había visitado a Jimin en eso dos días, no se sentía preparado para verlo, por ello había preferido esperar hasta el registro. Justo en ese momento se encontraba en una de las joyerías más costosas de la ciudad en busca de los anillos de matrimonio junto con su madre la cual se mostraba igual de entusiasmada que Jimin respecto al próximo hecho.

—¡Este es hermoso! Mientras el oro tenga más quilates mejor. —dijo la señora Jeon señalando el par de anillos más costosos del lugar. Jungkook los miró y asintió con una leve sonrisa dibujada en su rostro—¿Qué te parece hijo?

—Son hermosos. —la mujer asintió y llamó a la trabajadora con emoción. Jungkook miró los anillos de nuevo y suspiró con una pequeña sonrisa en su rostro mientras pensaba:

Vas a casarte hoy con Park Jimin. Aun tienes una oportunidad Jungkook, y tienes que aprovecharla.

Por otro lado, Jimin subió al auto con rapidez y dando pequeños saltos en su asiento de la emoción. El señor Park se encontraba manejando y la madre sentada en el lugar de copiloto. Jimin se sentía impresionado por como había tomado su madre el hecho de la "boda" entre ambos jóvenes, no se había opuesto o quejado, únicamente se había quedado callada y sin expresión alguna. No entendía que ocurría con ella, sabía que estaba muy débil por su enfermedad y aquello podía ser la razón de su extraño comportamiento, solo la había abrazado luego de notar como su madre había aceptado, en ese momento, Jimin se había sentido con vida de nuevo, sentir a su madre contra su cuerpo era alguno que no había vivido hace años.
Extrañaba el amor de madre.

Al momento que llegaron al lugar, fue regañado por Somi al ver como el castaño estaba a punto de correr dentro el edificio. Los señor Park bajaron del auto y entraron por igual a los menores. Jimin se apresuró a la recepción preguntando por el registro civil para la pareja Jeon. La mujer le sonrió amigable y le entregó un pequeño papelito el cual indicaba los elevadores y pasillos que debía tomar para poder llegar al salón.

—¡Gracias! —dijo el castaño despidiéndose de la mano con la mujer detrás el mostrador y sacándole una leve risa por la ternura del chico. Jimin posó una de sus manos en su vientre y sonrió enternecido—Pequeño bebé, hoy me voy a casar con tu padre y tengo ganas de llorar. Lo sé, soy muy ridículo. —murmuró para sí mismo en voz baja e inaudible mientras apretaba sus labios con fuerza y acariciaba su pancita con ternura.

Caminaron y tomaron alrededor de dos ascensores para poder llegar a la planta requerida, caminaron por dos pasillos y lograron encontrar el lugar. La señora Jeon tocó la puerta y esperó cinco minutos hasta que el padre de Jungkook les abriera y diera paso al gran salón lujoso.

Jimin infló sus mejillas y buscó a su hyung por los alrededores con sus manos temblando y su corazón palpitando con fuerza.

Y ahí estaba él.

Lo único que podía pensar Jimin en ese momento era lo apuesto que estaba, más de lo que antes cuando había sido la última vez que lo había visto. Se encontraba con un traje negro perfectamente ajustado a su cuerpo y su atractivo y masculino porte, algo lo cual Jimin nunca dejaría de amar.

Jungkook platicaba cómodamente con el señor el cual se encargaría del registro, hasta que aquel hombre le había sonreído y avisado sobre la llegada del castaño a la sala, volteó sin pensarlo dos veces y miró a Jimin a los ojos, dejando a un lado al señor el cual al parecer empezaba a hablar solo. El azabache observo como las mejillas de el castaño se tornaban de un coloro rojizo y bajaba la mirada mientras jugaba con los dedos de su mano con ternura junto con sus labios abultados.

Lo único que Jungkook pensaba era sobre la ternura de Jimin, y lo hermoso que se veía con aquel embarazo.
Olvidó todo por un instante, su mente se había centrado únicamente en Jimin y en como su corazón latía con fuerza al verle de nuevo.

Estaba a punto de caminar hacia él sino fuera por el juez el cual había llamado la atención de todos para dar inicio a la pequeña ceremonia. Jungkook y Jimin se sentaron juntos aun sin dirigirse la palabra, y los familiares se sentaron lugares detrás el par de sillas frente el escritorio de madera perfectamente barnizada.

—Me alegra poder estar con ustedes esta tarde y poder ser testigo de este hermoso momento. —comentó el juez con una enorme sonrisa—Lo único que tiene que hacer es escuchar lo que diré y firmar en el acta de matrimonio y listo, serán una hermosa pareja casada oficialmente. —Jungkook miró a Jimin de reojo y sonrió al ver como sus manos temblaban al igual que sus labios. Tomó una de sus manos y entrelazó sus dedos con los propios para poder brindarle confianza.

El hombre leyó aquel papel entre sus manos con voz alta así manteniendo atentos a todos los integrantes del salón, no tardo más de diez minutos mientras agregaba una que otra palabra y lograba llegar al punto en que todos esperaban desde que llegaron a ese lugar.

Jimin fue el primero en firmar el papel con cuidado de no hacer mal la firma debido al nerviosísimo. El castaño pasó la pluma a Jungkook y él solo observó la hoja por alrededor de un minuto mientras releía la palabra "Matrimonio" sobre el papel.

Era su oportunidad.

Jungkook miró a Jimin por última vez y le sonrió levemente para luego acomodar la pluma entre sus dedos y plasmar la firma sobre el papel sin pensarlo dos veces.

—Park Jimin, Jeon Jungkook ahora ustedes están oficialmente en matrimonio. —sentenció el juez frente ellos—Espero sean muy felices juntos.

El azabache volteó hacia Jimin y sacó la pequeña cajita con los anillos de su saco negro. -tomó el anillo para el castaño y tomó su mano izquierda para colocarlo en su dedo anular; Jimin con un gran sonrojo y manos temblorosas, colocó el suyo a Jungkook el cual no dejaba de verlo intensamente, volviéndolo aún más torpe a cada paso que daba.

De nuevo no dijeron nada, Jimin solo prosiguió a mirar a su hyung a los ojos y a inclinarse hacia él para abrazarlo con fuerza soportando no llorar por los grandes sentimientos de felicidad que recorrían su cuerpo.

—Gracias. —fue lo único que Jimin murmuró cerca del oído del más alto el cual por igual lo abrazaba y disfrutaba de su calor corporal el cual no había sentido por más de cinco meses.

Jungkook besó la frente del castaño y enredó sus dedos en el cabello del mismo.
Pensaba que llegaría a arrepentirse al momento de firmar y colocarse el anillo, pero eso no ocurrió en ningún momento.
Se sintió feliz.

ᴍᴀᴛʀɪᴍᴏɴɪᴏ ꧁ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora