Capítulo 1

78.5K 5.8K 3.3K
                                    

Jimin con tan solo 7 años de edad caminaba por el patio junto con sus compañeros hablando de las caricaturas en emisión y los nuevos juguetes que saldrían los cuales sus padres -por ser de una familia adinerada- le comprarían apenas este saliera a la venta.

-¡Muy bien pequeños, acérquense! -ordeno la maestra con una radiante sonrisa, todos los niños corrieron hacia ella, incluyendo el pequeño Jimin-Bueno, vamos a hacer una actividad en parejas pero sera de un niño y una niña, ya que haremos una pequeña obra de teatro para que sean una princesa y un príncipe, ¿Alguna pregunta? -la profesora sonrió al ver que uno de los niños de la multitud alzo la mano.

-¿Puedo estar con Jimin?

-He dicho una niña y un niñ...

-Pero maestra, Jiminie es como una niña ¡Así que será mi princesa! -la profesora observó a Jimin algo asustada por el comentario de su compañero, el pequeño solo jugaba con sus deditos y se meneaba a los lados -Verdad Jiminie, ¿Verdad que quieres ser una princesa?

-¿Es cierto eso, Jimin? -le pregunto asustada y un tanto desesperada.

-Y-Yo... a mi me gustaría.

La profesora estaba en shock, era la primera vez que le pasaba esto. Ella no quería aceptarlo pero siempre veía al pequeño Park tomado de la mano de sus compañeros y dándole besitos en sus mejillas. "Algo de amigos" había pensado ella, pero esto ya era algo serio.

Ella hablaría con la señora Park, tenia que salvarla de una desgracia en su familia. Salvarla de un futuro fenómeno homosexual.

-¡¿Que mi Jiminie que?! -la señora Park azotó la palma de su mano en el escritorio de la profesora.

-Yo tampoco quería creerlo señora y lo siento mucho por no haberle comentado antes -le entrego un pequeño sobre a la mujer frente suyo con una expresión de completo lamento, -Jimin es un niño anormal a la vista de sus demás compañeros. Abra el sobre por favor...

La señora Park hizo lo que la profesora había ordenado. Negaba cada vez más rápido al ver las fotos, como su pequeño hijo tenía las manos de otro niño tomadas o como repartía besitos por su mejilla o frente, o como los abrazaba y miraba.

-E-Esto en una abominación para mi familia... -solto con rabia, guardando todo en el sobre metiendolo a su bolso.

-Tenemos que hacer algo, no podemos permitir que Jimin siga así o puede pasar a cosas más graves con el paso de los años.

-Yo me encargaré de esto. -aseguro la señora Park con un rostro lleno de repulsión.

Lo que Jimin no sabía es que un completo infierno empezaria para el...

Jimin se encontraba en su habitación mirando una de sus películas favoritas mientras comía una barra de chocolate y un pequeño vaso de leche a su lado. Todo iba bien, reía por las tonteras de la película y daba grandes mordiscos a su postre así disfrutando de una tarde sin los regaños de sus padres y sus maltratos diarios.

Al terminar con la película bajo con sus libretas en mano, con felicidad saltando cada escalón y contando cada uno con su hermosa sonrisa y riendo cuando parecía a punto de resbalarse o caer.
Jimin a pesar de todo lo que pasaba en su día a día era el niño más feliz del planeta.

La puerta principal se abrió de golpe, escuchando pesados pasos dirigirse a el. Su sonrisa desapareció, su madre había tomado su brazo y lo había sentado en el sofá con brusquedad haciéndolo soltar un pequeño quejido por el mismo.

-¿Que pasa mami? -pregunto con ternura tallando su brazo.

Jimin sintió un dolor fuerte en su mejilla.

Jimin escucho los gritos de su madre, reclamandole el por qué de su comportamiento hacia los niños.

Jimin fue golpeado muchas veces. Su hermoso rostro estaba lleno de moretones al igual que sus brazos, todo su cuerpo le dolía, al igual que sus sentimientos al ser golpeado por la mujer que más amaba en su vida.

Jimin se safo del agarre de su madre y corrió hacia su habitación así cerrando con llave y acurrucandose contra ella y rompiendo en llanto.

Si, su infierno había empezado.

-¿Pero que dices mujer? -rio el señor Park al escuchar lo que su esposa le decía.

-Y-Yo tengo pruebas... -su esposo le extendió la mano y esta le entregó el sobre con las imágenes. El señor Park borró su sonrisa burlona, cerró sus puños sin poder creer lo que sus ojos miraban-¿Que hacemos amor?, esto no es normal.

-No, no lo es. Jimin no puede ser una pequeña marica. -escupio con odio y tiro las fotos aún lado suyo -tendremos que tomar algunas medidas, no permitiremos que arruine nuestro apellido, no puedo arruinar la prestigiada legión Park por sus caprichos de niñita.

Jimin sintió sus ojos arder, quería llorar de nuevo, gritar y pedir ayuda, alejarse de todos y ser un niño normal, un niño amado por sus padres y no uno los cuales le tenía asco por ser algo que a él le parecía normal.

-Dejara de ir a la escuela, contrataremos a los mejores maestros particulares pero el de esta casa no sale. Haremos lo posible para que no tenga ningún amigo, es lo mejor para el.

-Todo por el bien de nuestro pequeño Jiminie. -respondió su madre con alivio y una pequeña sonrisa.

Jimin salió corriendo de nuevo a su habitación y se encerró en ella. Quería perderse de su nueva realidad por tan solo un momento entre los brazos de morfeo.

La señora Park escuchó como tocaban el timbre, con emoción corrió a abrir mientras dejaba a su hijo una profesora junnto a el mientras le daba clases de literatura.

-Jimin cariño, quiero presentarte a alguien. -canturreo su madre hacia su hijo de ya 12 años de edad, el niño volteo rápido con una enorme sonrisa con las esperanzas de que fueran algunos de sus pequeños amigos de hace años, pero lamentablemente no fue así.

Una pequeña y linda niña estaba frente suyo con un enorme sonrojo en sus mejillas y jugando con la orilla de sul falda, Jimin al instante colocó un rostro de confusión.

-Bueno los dejos... -dijo con emoción su madre corriendo hacia la cocina -¡Les haré algunas galletas, ya vuelvo! -Jimin cerró sus libretas y miró a la niña.

-Soy Park Jimin, un gusto.

-Jeon Somi...

-¡Genial! -solto Jimin acercándose a la chica, ella empezaba a agarrar confianza con el.

Jimin siempre había sido amistoso y cariñoso, no había tenido amigos todo ese tiempo y el tan solo ver a una persona de su edad le hacia ponerse más feliz aún. Toda la tarde se la pasaron jugando y platicando como si amigos de años se tratase, Jimin se sentía feliz después de esos cinco años de infierno que vivió.

-Jiminie amor, Somi tiene que irse pero mañana volvería si así lo quieren. -los dos pequeños asintieron feliz y se dieron un beso en sus mejillas para despedirse. La niña se fue de casa de los Park con alegría mientras tomaba la mano de su madre y le empezaba a contar lo que había pasado en la tarde juntos.

-¿Que te parece Somi cariño? -le pregunto su madre acariciando el cabello de su pequeño.

-Es muy divertida, y es una niña muy linda. -dijo Jimin disfrutando del tacto amoroso de su madre -cosa que pasaba cada mil años apreciando el momento.

-Que bien que sea así pequeño por que adivina que... -Jimin le miró confundido y su madre sonrió con algo de malicia -¡Somi es tu prometida! -Jimin no dijo nada, sonrió falsamente y abrazó a su madre.

Su madre estaba cumpliendo, no dejaría que Jimin fuera una abominación para los Park. Pero lo que ella no sabía es que a Jimin no le gustaban las niñas, y nunca dejaría de ser una "Abominación" para su familia.

ᴍᴀᴛʀɪᴍᴏɴɪᴏ ꧁ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora