Capítulo 58

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Jimin gruñó adormilado mientras fruncía su ceño y se quejaba al sentir un pequeño cuerpo saltando sobre él con fuerza sobre su estómago. Al abrir los ojos, vio a Jisung riendo y saltando sobre su cuerpo con su pijama de tigre y golpeando su pecho con su peluche.

El castaño sonrió y lo detuvo aprensándolo entre sus brazos y apegándolo a su pecho con fuerza—Buenos días pequeño travieso. —Jisung rió y besó la mejilla de su padre con cariño.

Otro día había empezado desde que Jungkook se había ido a Inglaterra. Una semana y días de su despedida habían transcurrido y aún no lograba acostumbrarse a despertar sin él calor del cuerpo de su esposo a su lado o los constantes olores a comida quemada proveniente de la cocina.

—Jisungnie tiene hambre. —ronroneó mientras jugaba con los cabellos castaños de su padre y hacía un pichero con sus labios, sonrió y se sentó en la orilla de la cama, al ponerse sus pantuflas tomó la manita de su hijo y caminaron juntos hacía el salón, sentó a el pequeño en el sofá y prendió el televisor en un canal cualquiera de caricaturas y aprovecho a ir a la cocina para preparar un biberón para su hijo.

Mientras se sentaba al lado de Jisung el cual ya tomaba entretenido su biberón mientras reía constantemente por las caricaturas. Los ojos de Jimin se posaron en aquel sobre abierto sobre la mesita frente suyo.

Después de que había leído aquella carta y supo de las vistas de Jungkook y Carrie, había preferido pensar que su mente le hacia una muy mala jugada y únicamente como decía el sobre, los dos hacían negocios en sus reuniones. En ese momento estaba a punto de ir a aquella dirección a corroborar que Carrie se encontraba trabajando o supervisando en aquella pastelería la cual el sobre mencionaba, quería saber qué hacía Carrie allí, o mejor dicho, qué hacía Carrie en Corea y por qué no había vuelto a su país. Pero a pesar de todo, prefirió dejarlo a un lado y mejor regresar a su hogar.

Tomó la carta entre sus dedos y miró la dirección una vez más.

No iba a negar que la curiosidad le mataba y sentía la necesidad de ir a aquella dirección.

Miró la hora y bufó al notar como ya no era tan temprano como parecía, siendo a rededor de las once de la mañana. Al bajar la mirada en su pantalla, sonrió y sintió su corazón latir con fuerza al ver decenas de mensajes en su celular de Jungkook y lindos mensajes deseándole un buen día y diciéndole cuanto le amaba.

Tomó su celular y marcó al número de Jungkook con una linda sonrisa dibujada en su rostro. No podía evitar sentirse un completo tonto enamorado apenas escuchaba la voz de su esposo al otro lado de la línea.

Realmente lo extrañaba.

Buenos días Amor. —Jimin se levantó del sofá y caminó hacia la cocina.

—No sé hace cuanto te levantaste pero, buenos días Kookie. —se escuchó una delicada risa a través de la línea.

Voy en el auto a una reunión con algunas empresas, veré si puedo hacer negocios y levantar de nuevo la empresa. — sonrió—¿Cómo está todo por allá? Me dijo mi madre que Jisung se ha estado quedando en su casa.

—Sí, Jisoo tiene problemas familiares y preferí darle algunos días para que esté con su familia. Iba a contratar otra niñera temporalmente pero Sung lloraba por ella así que preferí dejarlo con tu madre, con la mía también podría pero pasó algo hace unos días y no me gust-

¿Qué pasó con tu madre, Jimin? —preguntó en tono serio.

—Nada, no es algo con importancia, en serio. —trató de convencerle—Dejemos este tema y mejor dime, ¿Cómo está avanzando todo en ésta semana? Te extraño tanto que cuento cada día que pasa, es realmente una tortura.

ᴍᴀᴛʀɪᴍᴏɴɪᴏ ꧁ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora