Prologo.

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Estaba ella, terminando de lavar los platos que habían ensuciado en la cena y sonreí mientras escuchaba la risa de sus dos hijas junto a su esposo.

La razón de su vida, lo que le devolvió la esperanza.

—Bueno pequeños caramelos, es hora de dormir—él sonrió al verlas correr hasta el para que las cargara—ya están bien grandecitas y bien pesaditas ¿no creen?

—Nop—Respondió una de las gemelas mientras pensaba alguna estrategia para no ir a dormir aún.

—Papá...—la otra hizo un puchero mientras por detrás chocaba las manos con su hermana.

—No sé porque tengo que ser tan complaciente con ustedes—bufó.

—Tú mismo lo has dicho, así que carga a tus terroncitos—el soltó la carcajada y las tomó a ambas en brazos—te amamos papi—dijeron al unísono y besaron su mejilla.

—Y yo a ustedes figuritas—ellas se miraron para luego acurrucarse en el hombro de su padre.

—Papi...—Habló la gemela que singularmente había sacado los ojos de su padre— queremos que nos cuentes una historia—él las miro y enseguida se le ocurrió.

—Está bien pero si me prometen que se dormirán después—ambas alzaron su mano como señal de promesa.

Dejó a cada una en su cama y él se sentó en el sillón purpura que está en la ventana.

— ¿Qué hacen?—preguntó su esposa entrando a la habitación.

—Papá nos contara una historia —dijo la gemela que a diferencia de la otra sacó los ojos oscuros como su mamá—siéntate—ella asintió y vio a su esposo.

La complicidad permeando su mirada, esa misma complicidad que formo una parte esencial en su relación, esa misma complicidad al decir que si frente al juez y el ser uno solo después de todo lo que pasaron, en donde pensar similar se volvió cotidiano.

Sonrió al tenerla junto a él—es hora—afirmó sonriendo.

— ¿Estás seguro?—él asintió y dejó un beso en su mejilla.

—Te amo—le susurro él—es hora de comenzar—las niñas emocionadas se acomodaron en sus camas—empieza tú cariño—ella sonrió y las miró.

—Dosvidas destruidas y un encuentro inesperado—todos se quedaron atentos mientrasel tumulto de palabras salían de su boca, invadían el espacio y confortaban suscorazones.

Mientras respires, hay esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora