Capítulo 12.

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Esa voz no era la que mi corazón indicaba querer escuchar. Era una muy distinta, más grave, más densa, menos cálida, más aspera, menos bonita en comparación a la que buscaba, menos segura, menos... Suya.

—Jackson—. Dije sin poder creer encontrar justo ese día iba a encontrarme con él. 

Su semblante no había  cambiado  a pesar de los años, seguía  siendo casi el mismo, a excepción de unas pequeñas arrugas muy poco pronunciadas que empezaban  a formarse alrededor de sus ojos.

—Me sorprende  mucho encontrarte por acá, creí  que estarías  muy ocupado con su comeback luego de un año de descanso—. Dijo achinando sus ojos al sonreír. 

—Sí, todos estamos muy emocionados por ello, únicamente estoy buscando a la última  pieza que haría  de este comeback algo inolvidable para STAY—. Admití con algo de tristeza en mis palabras.

Parte de mi sin querer  evitarlo había  empezado a procesar la idea de que quizá  este no sería  el caso, que él no volvería, que yo no volvería  y que stray kids como nueve sería tan sólo un recuerdo  vago del predebut.

—No te lo he dicho pero últimamente  luces un poco triste, incluso en los reportajes que hay sobre ti,  no pareces tú—. Asentí.

—Soy  yo, no te preocupes. O al menos eso creo—. Dije mientras  inspeccionaba sin mucho empeño mis mangas y hacía  caras extrañas que terminaron haciendo a Jackson sonreír. 

—Creo que sigues siendo el mismo tonto de siempre, vamos dile a Hyung que te trajo por aquí—. Pasé  saliva sin poder evitarlo.

Podía  decirle para que él  me aconsejaría acerca de seguir o no adelanté con mi plan, pero decidí  callar; por la privacidad que Woojin tanto ansiaba y la que yo después de hoy estaba seguro que yo mismo iba a darle.

—Vine de paseo con los niños, para buscar un poco de inspiración. La boda de Félix  y Changbin está más  cerca cada vez y a veces necesitamos escapar del ambiente—. Él asintió  pareciendo convencido de mis palabras.

—Creeme, te entiendo, cuando yo me casé  fue un completo caos—. Sonrió  como si estuviera recordando.

—Te creo, Hyung, te creo—. Observó el reloj que yacía  en su muñeca izquierda para luego suspirar. 

—Creo que debo irme—. Dijo en un hilo de voz. —Nos vemos, Chan-ah—.

—Adiós,  Hyung—. Lo observé  batir su mano, para hacer lo mismo con la propia en respuesta.

Se alejó  a pasos desganados, para luego perderse entre los árboles.  Suspiré sin poder evitarlo, miré el reloj de mi teléfono que se reía  de mi mientras daba las cinco en punto.

—Creo que debo irme—. Dije sonriendo  con algo de tristeza más  para mi que para el resto.

Sentí  un golpe en mi pierna y algo aferrandose a mi como si su vida se fuera en ello.

—Chan-ah, ayúdame a esconderme de papá—. Susurró  para luego esconderse tras de mi.

—Jin-ah, ¿Qué  haces aquí?— Dije sin poder creerlo.

—Estaba viéndote hace un rato, appa me pidió  que viniera a pedirte jugar conmigo.  Pero no lo hice, porque tenías  una conversación  con el señor Guapo—. Dijo frunciendo levemente su ceño.— Además,  ¡Soy una niña buena! Appa siempre me regaña por interrumpir así  que hoy que me lo pidió  no lo hice,  seguro era una prueba para no comprar helado—. Cruzó sus brazos sobre su pequeño pecho.

—¿Appa te pidió hacer eso?— Pregunté  con intriga.

—Síp, dijo que podríamos —. 

Lo siento Chris. (Woochan).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora