Capítulo 16 + Aviso.

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Ser besado por Kim Woojin era como ser lanzado a un Oasis profundo después de haber estado a punto de morir de sed en el desierto. Pero sabiendo, siendo plenamente consciente de que cuando tu sed fuese saciada; empezarías a ahorgarte. Por ser más profundo de lo que en un principio aparentaba, por no estar alerta acerca de cuán lejos habías llegado hasta que tus pies no tocaban el fondo y empezabas a morir en vida, a sentir tus pulmones llenándose con la pesadez del agua queriendo nadar hacia la superficie y dejando de luchar cuando ya no eras del todo consciente. Mientras te quedabas quieto, mientras te ahogabas en el peso de saber que de ese lugar nunca serías libre... No ayer, no hoy, ni tampoco mañana.

Así era como me sentía,  mientras sus labios tomaban los míos y me besaba con delicadeza, como si quisiera demostrarme que todo lo dicho no era simplemente una mentira desesperada por retenerme. Mis manos se mantenían a mis costados empuñadas, ante el roce tan sencillo de sus labios sobre los míos.  Me tomó de la cintura empujandome hacia él,  y no pude resistirlo, el impulso, el egoísmo,  el cariño poco correspondido fueron más fuertes que mi orgullo y el saber la cruel verdad de estos años solo.

Y lo besé,  él soltaba un suspiró pesado que le nació del alma. Mientras me hacía suyo con los labios y me dejaba marcas en el alma. Dirigí mis manos a su cuello, para dar caricias repletas de sentimientos encontrados en la base de sus cabellos. Caminamos a ciegas hasta su habitación,  y me dejó caer completamente desesperado sobre las sábanas.  Para quedar sobre mi, y morder mis labios a su antojo, para luego bajar a mi mentón y cuello, repartiendo besos húmedos.

Solté un gemido agudo involuntario,  él recorría mis zonas más sensibles, haciendo que perdiera la razón. Vi los cabellos de su nuca alzarse ante el sonido que emitieron mis labios, se dirigió a mis labios para dar un beso fugaz y se recosto sobre mi pecho.

—No haremos esto... No hoy—. Dijo al fin luego de minutos de silencio que me dejaron expectante.
Acaricie su cabello sin poder evitarlo, y por un momento sentí que nada cambió,  que éramos  los mismos adolescentes de siempre, jugando a enamorarse y sintiéndose únicos,  efímeros y en llamas. Teniendo la certeza de que nos perteneciamos el uno al otro, sin rastro de duda, sin oposición,  con necesidad. —Por ahora solo quiero que me abraces, que me hagas olvidar que ya pasaron los años...

—No creo poder hacerlo.— Admití,  porque a pesar de querer sentir lo mismo, anhelar volver el tiempo... No podía.  

—Quédate hoy, y luego podrás tomar la decisión que necesitas... Aunque no prometo aceptarla—. Dejó mi pecho para mirarme y regalarme una sonrisa rota, su semblante lo delataba triste.

—No creo que esto esté bien... Debería irme—. Dije bajo su mirada atenta.

—Solo hoy... Por favor, quédate—. Me apretó entre sus brazos. —Déjame sentirte así de cerca hoy. Y mañana podrás odiarme, pero hoy... Quédate.

Se escuchó tan sincero y desesperado que aunque quisiera, no pude negame.

—Está bien—. Acepté al fin, para poder seguir acariciando sus cabellos hasta que sentí mi pecho húmedo justo donde su cabeza se apoyaba.—Woojin... ¿Qué — Me interrumpió. 

—No digas nada—. Su voz sonaba ronca por las lágrimas que amenazaban traicioneras con salir de él desde su misma alma.— Es solo...—Se aclaró la garganta en un intento fallido por contenerse.—Nostalgia. —Me miró y yo aparte sus lágrimas que corrían libres por sus  mejillas.—Ni siquiera recuerdo mucho la última vez que te tuve así de cerca... La última vez que te sentí así,  está borrosa; casi no puedo recordarla.

Y ahora, pensándolo con claridad.... Yo tampoco lo hacía,  tampoco recordaba cuando fue la última vez que lo tuve así de cerca, respirando casi el mismo aire mientras lloraba sobre mi pecho por la sensación más pura de amarme. Yo no lo recordaba y quizá, solo quizá, hubiese sido mejor que tal como esa última vez en que estuvimos  tal cual ahora, todo hubiera quedado en el olvido, así mismo sus caricias, sus besos, su amor, nuestra historia... Y él. 

Lo siento Chris. (Woochan).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora