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—¿Y te gusta?.

Yugi solo pudo suspira a aquella pregunta, se encontraba haciendo una video llamada con Joey, ya que había llegado un nuevo día, ayer no pudo dormir casi por aquella pesadilla que tuyo, por lo que no sabía que responderé a Joey.

—Sí, Grecia es muy linda—sonrió—Sobretodo que pude conocer algunas partes antiguas.

—Wow, me gustaría haber ido contigo, pero son tus vacaciones—le regreso la sonrisa—¿Y hiciste algún amigo?.

Quedó callado a escucha esa pregunta, recordó a Milo y no pudo evitar sonrojarse, eso hizo que Joey ciertamente tuvieran otra idea, por lo que sonrió divertido mientras que su amigo mirada a otro lado, quizás queriendo evitar su sonrisa, pero lo más seguro era que iba a buscar una excusa.

Pero a Yugi no se le ocurría nada, por lo que empezó a jugar nervioso con sus manos.

—Pues conocí a... bueno, no puedo chico, pero conocí a alguien de el genero masculino cuando fui a ver las ruinas.

—¿Qué tiene tú edad?.

—Le calculo un poco más...

—A Yugi le gusta mayores, de eso que llamada señores, de lo que te abre la puerta y te manda flores.

—¡JOEY!.

—Relajarte viejo—rió un poco—Solo bromeo, ni que te fueras a acosta con él...—sonrió algo pícaro—A menos que quieras claro.

—¡Por favor, apenas si lo conocí!—bufo para cruzarse de brazos—No es para tanto.

—Para mí si lo es, después de todo...

—¿Después de todo qué?—lo miro curioso, Joey rió.

—Estás casi rojito.

De inmediato el tricolor se tocó el rostro, sentía que estaba caliente, por lo que tomó algo de aire intentado calmarse, pero la risa de el rubio no lo ayudada en nada.

—¡Ya Joey!.

—Je...—paro de reír, viendo que había hecho enoja a su amigo—Perdón viejo, solo juego.

—¡PUES NO ME GUSTA ESTOS JUEGOS!, ¡ADIÓS!.

Terminó con la video llamada totalmente molesto, pero de inmediato se dio cuenta de cómo actuó, jamás había actuado así si no tenía a Yami, ya que mientras el faraón se encajada de la situación el intentada calmarlo, pero ahora, actuó casi de una forma que no se reconocía a mí mismo.

Dejó escapar un suspiro para calmarse y tocarse la frente, se sentía algo mal, ya de seguro Joey se estaba culpado de algo.

No podía volver a llamarlo, ya que eso costaría más saldo por la gran distancia que existía entré los dos.

—Será mejor que tomé algo de aire.

•••

Caminada por las calles algo más tranquilo, pero claro, no podía sacarse de la mente la forma en que le grito a Joey, ¿cómo no? después de todo nunca había estado tan molesto, era como si el rubio hubieran roto su carta favorita, era raro.

—Quizás venir a Grecia fue mala idea.

Suspiro, miro el cielo intentado pensar en otra cosa, pero unas manos le taparon los ojos, se asustó por lo que estaba listo para agarra la mano de aquella persona para tirarlo a el suelo, hasta que claro, la persona hablo.

—¿Quién soy?.

No tardo en reconocer esa voz, por lo que suspiro más tranquilo para sonreír.

Hijo del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora