Hijo del mal

10

—Toma, creo que esto hará que el dolor se te pase un poco.

Yugi acepto la patilla para métela en su boca y toma un poco de agua, suspiro para tocarse el estómago, un nuevo día llegó y debía de admitir que le dolía el estómago, sin olvida, que le dolía también sus caderas, ¿cómo no?. Tenía que admitir que cuando se bañó con Milo tuvieron otra ronda, y claro, en la noche también.

—Gracias Aioria—sonrió dejado escapar un suspiro.

—De nada—sonrió—Da gracias a que llegué y tuve tiempo para comprarte los calmantes.

—Lo sé—sonrió—Pero, ¿y Milo?.

—Pues como siempre lo mandaron a ver algunos candidatos para la armadura de Escorpio, ya sabes como es.

—No entiendo por qué no elige a uno y ya...

—No es fácil Yugi—se cruzó de brazos—Necesitas ver que esa persona es importarte, que tiene un cosmo con potencia de caballero dorado.

—Pero yo...

—No sé qué vieron en ti Saga y Kanon, pero si te eligieron es porque saben que de seguro harás un buen trabajo—sonrió—Aunque también debe de ser porque eres lindo...

—¿Cómo?.

—Lo que oíste—rió un poco—Pero no te lo tomes enserio, lo dijo como un alago.

—Sí tú lo dices...

—Bueno, tengo que irme a entrena a Ikki, espero no te molesté.

—No—sonrió—Ve con tranquilidad, de todas formas yo también debo irme a entrena.

—Suerte.

—Igualmente.

Vio como Leo salió de su habitación dejándolo solo, suspiro para mira el techo unos minutos y sonreír, se levantó aun sintiendo algo de dolor, pero algo más calmado, dejó el vaso en su mesa de dormir para salir de su habitación, mirando a todos lados, viendo que el pasillo esta vació.

—Esto se siente tan tranquilo de día...

Rió un poco para camina por el pasillo, salió de la cámara del patriarca para bajar las largas escaleras, las cuales le empezada a aburrir, pero en fin, solo termino de baja las largas escaleras, había que admitir que a llega a el final estaba jadeado agotado.

¡Baja tanto era algo de agotado!.

—Ay... esto siempre me agota—suspiro para detenerse, tomado mucho aire.

—¡Hola Yugi! —grito algo asustado cuando de la nada apareció frente a él un pequeño niño peli-naranja—¿Te asusté?.

—¿Qué? —rió un poco, moviendo la mano intentado actuar como si nada hubiera pasando—No Kiki, solo... eh... ok, sí me asustarte.

—Ya sabía—rió un poco apenado rascado su nuca—Bueno, ¿vas a ir a entrena?, ¡porque resulta que hoy vamos a entrena juntos!.

—¿Enserio? —sonrió, Kiki asistió de forma rápida sin dejar de sonreír—¡Increíble!, quizás puedas enseñarme algunas cosas—empezó a camina junto con el menor, el cual rió.

—Se te haría difícil, ¡aparte, tú serás Géminis, no Aries! ,no puedo enseñaré técnicas de un signo diferente a otro, aunque seas mi amigo.

—Lo notó—rió un poco—Bueno, lo intentaré.

Kiki rió por eso, Yugi simplemente sonreía, hasta que sintió que lo mirada, por lo que se detuvo un momento para ver a todos lados, aunque no encontró nada, estaba solo con Kiki.