Hijo del mal

14

-Algo anda mal...-

El tricolor caminada de un lado a otro, no podía evitar sentirse raro, no se mantenía quieto, sentía algo en su pecho que lo hacía dudar de todo, se mirada varias veces en el espejo, tocó muchas veces su pecho, quería recordar su muerte, algo que no desearían muchos si volvieran a la vida, pero no podía quedarse tranquilo si no la recordada. Lo que le dijo su padre no tenía sentido, por lo que recordada, él y el antiguo caballero de Escorpio se llevaban bien, claro, a principio no fue así -ya que el tricolor no quería mantenerse cerca de los caballeros-.

No solo se llevan bien, tuvieron una relación, antes del día de su muerte, tuvo una noche algo... "agitada" con Kardia, se suponía que debía de perder su pureza cuando se casará, sobre todo, que no podía ser con cualquier humano, su mente se lo repetía a cada rato, solo que en esa noche dejó de pensar, al siguiente día, solo recordada que hablada con Regulus sobre el cumpleaños de uno de sus compañeros -justo ahora no se acordada de quien-.

Ahora, se encontrada, teniendo los recuerdos de su vida actual, recordada al faraón, a Tea, Joey, Tristan, también los duelos que tuvo, esos recuerdos estaban bien, pero los antiguos no estaban bien.

-¡Maldición! -del enojo golpeó su espejo, rompiéndolo y lastimándose su mano-No lo recuerdo...-

Sentía millones de emociones en ese momento, no sabía qué hacer, ¿por qué se sentía así?, debería de está feliz de regresar, tener de nuevo a su padre, a los guerreros de su padre -quienes obviamente eran sus amigos-, tener otra oportunidad de arreglar su relación con Aiakos. Pero ¿cómo iba a volver con él luego de lo que hizo?, le fue infiel, lo traicionó en todos los sentidos, por un caballero que jugó con sus sentimientos para acabar con su vida.

-Pero...-miró su mano, tenía tres pedazos de vidrio en su palma-Milo...-

Los recuerdos con Milo llegaron, esos momentos riendo, sus celos que le parecían algo tiernos, las pocas salidas que tuvieron y las noches que se desveló escribiendo con él, no teníamos que decir que por su antiguo amorío con Kardia, pasó lo mismo con Milo, había diferencias, el amor se notada en los ojos azules de Milo, actualmente, lo amada, igual que lo hizo con Kardia.

Quisiera pensar que por eso no siente lo mismo con Aiakos, solo que no era así, algo pasada que no lo hacía sentirse bien.

A recordar esos momentos con Milo, vinieron los de Kardia, recordó sus pequeñas bromas para molestarlo, las miles de veces que lo salvó de morir, por proteger a Alone estuvo varias veces en peligro, y la millonaria de las veces estaba el antiguo Escorpio para ayudarlo. Se tocó los labios recordando el primer beso, ese rose de labios que fue tierno, tímido al mismo tiempo, uno tan diferente a los que tenía con Aiakos.

-Yugi-

Racionó a escuchar esa voz, se quitó los vidrios de su mano para sentarse en el pequeño sillón que estaba cerca del balcón, poniendo un cojín encima de su mano lastimada.

-Adelante-la puerta se abrió, dejando ver a cierto chico-Joey...-

-Disculpa que no te haya dicho "joven amo" pero me dijiste te sentías incomodo-entró a la habitación, el tricolor solo asistió ligeramente-Quería ver cómo te encontradas-

-Estoy bien, no deberías de preocuparte-le dio una leve sonrisa, el rubio no le creyó mucho, se sentó a su lado sin dejar de mirarlo, Yugi solo pudo mirarlo confundido-¿Qué pasa? -

-Yugi, hice esto porque quería que tuvieras a tu padre, después de todo, nunca lo tuviste-eso hizo que el corazón del tricolor se sintiera raro, eso no lo lastimó a él, sino a el verdadero Yugi-Pero no confió mucho en lo que me dijo Hades-el tricolor mordió su mejilla por adentro-Te notó diferente, y la forma en la que actuó Milo...-quedó unos minutos en silencio, los ojos del semi-dios empezaron a cambiar de color, estaba despertando al Muto-No pareciera que su antepasado te mató, ¿recuerdas... tu muerte?... -