Ya estás aquí

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-Te juro, Remus, que como no aparezca pronto lo mataré- Gruñí apretando mi vientre con ambas manos.

Llevaba una hora en el hospital y gracias a la llegada improvisada de Remus conseguí llegar con todo lo necesario. Excepto con James claro, al que le pareció muy buena idea ir con Harry, Maggie y Sirius al mundo muggle.

-No creo que tarde demasiado Lily tranquila.

-¡No me digas que me tranquilice Remus!

-Eeeh, está bien lo siento- Murmuró.

-No, lo siento yo Rem no quería gritarte pero esto es una tortura-Sollocé.

-No te preocupes Lil's.

Tres horas ahí metida y ni una sola noticia del que sería mi difunto marido en breves, los dolores se intensificaban más, muchísimo más. No entendía nada, había leído que el segundo dolía mucho menos que el primero. De improvisto una máquina empezó a pitar alarmándonos tanto a Remus como a mí.

-¿Qué es eso?- Susurré. Pero antes de que Remus contestase una enfermera llegó corriendo y observó la máquina con detenimiento.

-No se asuste señora Potter pero el pulso de su bebé está cayendo, debemos llevarla a quirófano ya.

-¿Y dices que no me asuste?- Gruñí -Remus vuelve a mandar un patronus, lo que sea- Sollocé.

-Tranquila Lily- Remus me regaló una última mirada antes de que la enfermera me sacara de allí para ir al quirófano, pero yo no podía pensar en otra cosa que no fuera el asesinar a James y salvar a mi bebé.

-Tiene que empujar lo máximo que pueda señora Potter no tenemos todo el tiempo del mundo.

-¡Claro como es tan sencillo!- Grité empujando lo más fuerte que podía, pero por alguna extraña razón sentía que me faltaba aire, me mareaba.

-Vamos siga.

-No puedo- Susurré.

-¡Que le den una poción para su tensión ya!- Escuché como gritaban a mi al rededor pero de veras sentía que no podía hacer nada.

Una mano apretó la mía con fuerza y a su vez acarició mi mejilla obligándome a abrir los ojos.

-Lily mi amor estoy aquí, vamos por favor, puedes hacerlo- Miré a James y asentí como pude. Las enfermeras no tardaron en darme esa poción que por cierto sabía a pipa podrida pero juraría que fue James quién me dio fuerzas. Empujé todo lo que pude, mis músculos estaban completamente tensos e incluso me dolía la garganta de gritar, ni siquiera quería pensar en cómo estaría la mano de James.

-Está fuera- La voz de una enfermera me sacó de ese punto máximo de tensión, pero llegaba uno peor.

-¿Por qué no llora?

-Tiene vueltas al cordón, ¡rápido!

James no había soltado mi mano y dejaba suaves caricias en mis mejillas para limpiarme las lágrimas.

-Tranquila, va a estar bien- Pero incluso antes de que terminara de hablar el llanto que tanto deseábamos escuchar inundó la sala de una forma tan potente que llegué a pensar que mi bebé era un banshee.

-Es una niña preciosa- La enfermera dejó a mi hija en mis brazos y aunque las lágrimas nublaban mi vista por completo podría jurar que era hermosa.

-Es perfecta Lil's- James me besó de forma tierna y a la vez rápida.

Pronto se llevaron a mi niña para revisarla bien y me llevaron de nuevo a la habitación, esta vez junto a James quien no dejaba de disculparse.

-De veras lo siento Lily.

-Has estado cuando de veras te necesitaba James, además me preocupa más que le pase algo a ella- Susurré.

-Va a estar bien, estoy seguro de que es tan fuerte como tú.

-Y así es. Una niña fuerte y sana y demasiado espabilada si se me permite- La misma mujer que en su momento trajo a Harry en brazos, venía con mi segunda hija.

Cogí a la niña quien mantenía sus ojos bien abiertos, dejando ver el mismo color de James,pero al contrario que este, unos pequeños rizos pelirrojos.

-¿Saben ya su nombre?

-Sí, Maxime Lilianne- Contestó James.

-Perfecto- La enfermera se fue dejándonos solos con esa pequeña princesita.

-Tiene tus ojos James- Susurré dejando que Maxime tomara mi dedo con su mano.

-Pero por el resto es igual que tú, es perfecta.

-James, cógela, vamos no me digas que tienes miedo- Sonreí dejándola en sus brazos.

-Hola Max- Susurró besando su frente.

-¿Ya tiene apodo?- Reí.

-Obviamente.

-¡Quiero ver a ese cachorro!- Gritó Sirius con Harry en brazos.

-Dirás cachorra canuto-Corrigió James.

-No- Sirius dejó a Harry en mis brazos -No es verdad, PELIRROJA ¿QUÉ CLASE DE MAGIA OSCURA HAS UTILIZADO?

-¡Sirius como des un grito más te juro que te lanzo un inmovilus!- Gritó Marlene detrás de él.

-¿Cómo se llama?- Preguntó Remus cogiéndola en brazos.

-Maxime Lilianne Potter- Contestó James sentándose a mi lado en la cama.

-Y Remus, nos preguntábamos si quisieras ser el padrino- Alcé las cejas sonriente.'

-Por supuesto que sí, gracias chicos.

-Bueno, cornie, quiero que sepas que mi hijo le romperá el corazón a tu hija, estoy seguro- Sirius sonrió de medio lado.

-No sabes si es un niño Sirius- Resopló Marlene.

-Canuto, en el caso de que tengas un niño, créeme que no tocará a mi hija- James frunció el ceño arrancándonos a todos una risa.

-¿Uno de los mayores rompecorazones de Hogwarts quiere impedir que alguien se lo rompa a su hija?- Preguntó Marlene con sorna.

-No era un rompecorazones, solo me ha gustado una mujer en mi vida.

Max empezó a llorar por lo que Remus la dejó en mis brazos, pero esta seguía exactamente igual.

-Por Merlín tiene los pulmones de peli peli- Murmuró Sirius.

-Trae déjame a mí- James cogió a Max y esta inmediatamente se calló.

-No tiene ni dos horas de vida y ya tiene un favorito- Reí.



Lily y James a través de los tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora