Día a día

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Tras el nacimiento de Maxime, James y yo estábamos mucho más ocupados. Sin duda Harry había sido demasiado tranquilo, pero su hermana era un auténtico tornado y cada día estaba más segura de que todo eso eran los genes Potter. Me hubiera gustado que conociera a sus abuelos pero era demasiado peligroso ir al mundo muggle. Podrían descubrir quienes son mis padres y mi hermana y acabar con ellos. Les había mandado más de una carta y fotos de su nueva nieta y miles de promesas de que acabaríamos yendo cuando todo se tranquilizase.

El señor oscuro cada vez perdía a más mortífagos y se nos hacía más sencillo encontrarle. Harry había hecho magia por primera vez, a Sirius casi le da algo cuando vio volar el televisor solo, pero literalmente se desmayó cuando nació su hija, Helena, quien era igual que su padre.

Remus estaba feliz con Maggie, no se separaba de ella a no ser que hubiese luna llena, que entonces esta se quedaba conmigo en casa, era mucho más tranquila que Max.

-Lleva diez minutos sin llorar, ¿estará bien?- James se dejó caer en la cama sin siquiera molestarse en taparse o quitarse las gafas.

-No se que decirte ya, ¿cuántas horas ha estado llorando?, ¿4?

-Ah, ¿qué ha parado en algún momento esta semana?- Su comentario me sacó una risa cansada -¿Harry está dormido verdad?- Preguntó con los ojos ya cerrados.

-Sí, se durmió enseguida, como siempre...creo que ahora nos toca a nosotros James-Le quité las gafas con cuidado y las dejé en su mesilla justo antes de recostarme sobre su pecho.

No sabía si habían pasado 10 minutos o cinco horas pero el llanto de Maxime y un estruendo casi tan grande como un bombarda me sacó de cualquiera de mis sueños.

-¿Qué ha sido eso?- James se levantó de la cama cogiendo la varita de su mesilla y colocándose las gafas.

-No lo sé- Me levanté casi tan rápido cómo él y ambos salimos de la habitación dispuestos a coger a Maxime.

-Lily, déjame entrar a mí- Susurró James parándome con uno de sus brazos para dejarme más atrás.

Apreté la varita con mi mano, como si esto me diera fuerzas para algo y James abrió la puerta de la habitación de Max de golpe.

-¿Qué?- James bajó la varita de golpe y se acercó a la cuna de Maxime para cogerla en brazos.

-¿Qué ha sido la explosión entonces?- Miré a Max lentamente, intentando ver si le había pasado algo.

-Creo que a Max no le gustan las princesas- Susurró James levantando del suelo un trozo de lo que parecía ser la princesa que Marlene le había regalado.

-¿Ha hecho magia?

-Eso parece- James sonrió orgulloso mirándola para después besar su cabello.

-¡Mamá!- Gritó Harry en un tono suplicante. Fui hasta la habitación de Harry y lo cogí en brazos.

-¿Qué pasa tesoro?

-Tengo hambre.

-Vamos a desayunar cielo...¡James, vamos a desayunar, baja a la niña!

Bajé con Harry a la cocina mientras James cambiaba a Maxime, esta siempre estaba tranquila si James estaba a su lado.

Senté a Harry en su pequeña silla de bebé mientras con un ligero movimiento de varita se preparaba su mítica papilla de frutas.

-¿Tienes mucha hambre cielo?

-Sí- Este sonrió dejando ver sus dos primeros y únicos dientes.

Cogí el periódico del profeta y miré el titular "¡Voldemort se debilita!", abrí tanto los ojos que incluso podrían haberse salido de las cuencas.

-¡James!, ¡baja!, ¡mira esto!

-¿Qué ocurr..?, ¿otra vez ese maldito periódico?, Lily cuantas veces te he dicho que...

-¡Potter lee!- Giré el periódico para que él mismo lo viese.

-¿Voldemort se debilita?

Lily y James a través de los tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora