Lily y James a través de los tiempos

Adiós Peter

[La historia va a cambiar, ni Lily, ni James morirán]

-Solo digo que me parece extraño James.

-¿Por qué?, no es la primera vez que Dumbledore quiere hablar con nosotros para algo, de cualquier forma tú no participarás en nada Lily, en tres meses saldrás de cuentas.

-Se de sobra que no puedo participar en nada, pero eso no significa que tú tengas que ir al doble de misiones James, sinceramente no me apetece que mi hijo sea huérfano de padre- Resoplé cogiendo su chaqueta y tendiéndosela.

-¡No digas tonterías Lily!

-¡No son tonterías James!, ¡y no me grites!- No sabía si era por la cantidad de hormonas que tenía ahora mismo en mi cuerpo, pero últimamente hasta yo misma sentía lo insoportable que era. Tomé el brazo de James y ambos nos aparecimos en el despacho del profesor Dumbledore.

-Tan puntuales como siempre. Supongo que eso se lo debemos a Lily, ¿no es así James?- Dumbledore se sentó en su asiento y con su brazo nos señaló las dos butacas de enfrente para sentarnos.

-¿Qué es lo que ocurre?- Pregunté incluso antes de sentarme.

-No os voy a mentir, corréis un grave peligro.

-¿Qué?- La cara de James cambió completamente y pude sentir como apretaba mi mano.

-Existe una profecía. Una profecía que dice que aquel nacido a finales del mes de julio, cuyos padres se hayan enfrentado a Voldemort tres veces, se enfrentará al señor y...

-Espere, espere profesor. ¿Vamos a morir?, ¿y será nuestro hijo quién se enfrente a quien no debe ser nombrado?- Tragué saliva e instintivamente pasé una mano por mi vientre.

-Di su nombre Lily, es Voldemort y nos intentará matar de todas formas- James mantenía la vista fija en la mirada del profesor.

-¡Me niego profesor!, ¡no será mi hijo quien se enfrente a esto!, ¡por Merlín ni siquiera ha nacido!- Grité, grité mucho, pero no podía aguantar eso, no lo toleraría y no pasaría.

-Por eso os advierto, debéis parar esto, haced algo, que no sea él- Albus señaló mi vientre- quién tenga que vivir eso.

-¿Insinúa que aborte profesor?

-Por supuesto que no Lily, pero, ¿cuántas veces os habéis enfrentado a Voldemort cara a cara, James?

-Una, tan solo una, pero esa profecía dice tres y...

-James, tienes una misión en tres días y...la tercera es cuando él nos...

-Asesine- Finalizó Dumbledore.

-James tienes que rechazar esa misión, por favor- Sollocé tirando de su mano para que me mirase.

-Lo sé- Susurró.

-No confiéis en todas vuestras amistades, hay un traidor James.

-¿Qué?, eso no puede ser profesor- James cambió su semblante, ahora estaba completamente perdido.

-A veces, hasta los mejores amigos pueden ser tan traicioneros como las ratas- Albus alzó las cejas mirándole, estaba claro lo que decía -Si me disculpáis, debo irme, espero que tengáis en cuenta todas y cada una de mis palabras, buena suerte.

James y yo asentimos y no tardamos en aparecernos en casa, sentía una presión en el pecho tan sumamente fuerte que no sabía cómo podría estallar, la única forma que se me ocurrió, fue llorar. Lloré tanto, tan fuerte que no podía siquiera mantenerme en pie.