Tras nuestra boda, Petunia y yo nos habíamos distanciado más si es que eso era posible. James cada día estaba más atento y por supuesto Sirius y Remus venían cada día. El trabajo de aurores nos machacaba tanto a James como a mí, cada vez lo veíamos todo más oscuro. Por otra parte, la orden cada vez reclutaba a más gente pero también perdía miembros a causa de muertes provocadas por los mortífagos.
-James, despierta, es tarde- Susurré sin quitarle la vista de encima.
-Por cinco minutos más no pasa nada, es sábado Lil's- Su brazo rodeó mi cintura acercándome más a él.
-Da igual James, vamos, arriba- Besé su frente con cuidado para luego zafarme de su suave agarre y salir de la cama.
Bajé las escaleras de la casa con parsimonia, tampoco tenía prisa por llegar a la cocina. Las fotos que decoraban las paredes me enternecían y solo me recordaban los mejores momentos de mi vida, destacando que la mayoría eran con James.
Al llegar a la cocina encontré el diario del profeta enrollado al lado de la ventana, supuse que había sido Garzzy la lechuza de James quién lo había dejado ahí. Abrí el periódico con cuidado, de alguna forma sentía pánico de lo que podía encontrarme.
"Tres familias muggles asesinadas la pasada noche", el titular hablaba por si solo, literalmente. Me avalancé a buscar las páginas exactas, necesitaba comprobar si los nombres de mi familia estaban ahí. Ni un solo Evans, ni un solo Dursley. Perfecto. Un suspiro de alivio salió de mis labios incontroladamente.
-¿No están no?- James besó mi cabeza con cuidado sin apartar la vista del profeta.
-No, pero fueron tres familias en total James, esto es imparable.
-Nada es imparable, lo conseguiremos, te lo prometo.
Sus palabras siempre conseguían apartar mis preocupaciones, de alguna forma u otra, James las espantaba.
-¿Vendrá Sirius hoy?
-Sí, claro, ¿por?
-Debo hacer unas cosas así que os dejaré solos un rato- Di un sorbo a mi taza de café evadiendo la mirada de James.
-¿Qué cosas?- Este frunció el ceño.
-Nada James, algunas compras y eso, por si no te has percatado en breves será navidad- Podría decir que después de tantos años con James y los merodeadores había aprendido a mentir.
-¡Ah!, claro, se me había olvidado por completo- James recolocó sus gafas regalándome una sonrisa tierna.
A la llegada de Sirius no tardé demasiado en irme, realmente tenía que ir al hospital, unos días después de la boda había comenzado a sentir mareos, nauseas, cansancio físico, lo cual me hizo sospechar de un posible embarazo, pero la pérdida del periodo solo me lo confirmó. No quería decirle nada a James, quería estar completamente segura de mi embarazo y de que el bebé estaba bien y sano. Me aparecí en el hospital con las manos temblorosas, me sentía una irresponsable por haber dejado que esto pasara en estos momentos.
Subí planta tras planta a maternidad, era la más bonita de todas de hecho.
-Lily.
Me giré con el ceño fruncido, no sabía muy bien quién me llamaba.
-Por Merlín, Lily Potter, ¿cómo estás?
-¡Molly!- Molly Weasley abrió sus brazos dispuesta a abrazarme, abrazo que acepté aunque su abultada tripa se interpuso entre nosotras -¿De cuanto estás Molly?
-Casi 6 meses, ¿y tú?
-Oh yo, no lo sé, de hecho vengo a comprobar si lo estoy- Esbocé una sonrisa.
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Lily y James a través de los tiempos
FantasyLa historia de Lily y James desde que termina Hogwarts hasta el final.