[Pov. Max]
-Papá, ¿pasa algo si no me seleccionan para gryffindor?- A penas un murmullo salió de mi garganta. Me daba auténtico pánico entrar a otra casa así como temía que mis amigas también entraran a otra.
-Mientras no sea Slytherin me vale-Susurró evitando que mi madre le escuchara, intento en vano por supuesto.
-¡James!, Max, da igual en qué casa te seleccionen, Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw son muy buenas casa también- Esta acarició mi mejilla con ternura dedicándome una sonrisa.
Empujaba el carrito con mi baúl y mi gato centrándome únicamente en cómo sería Hogwarts. Mi hermano no ha dejado de hablar del colegio desde que entró y sobre todo, no deja de hablar de gryffindor y de sus maravillosas cualidades. A veces podía llegar a ser aburrido.
-¿Juntos?-Mi padre apoyó sus manos en el carrito dejándome a mi entre este y su pecho.
-Por favor- Susurré asintiendo levemente.
Fueron a penas segundos lo que tardamos en cruzar la barrera. Mi hermano ya se había adelantado a ver a sus amigos, lo cual tampoco me extrañaba demasiado.
-¡Cornie!- Mi tío Sirius señaló a mi padre mientras nos íbamos acercando a él, mi tía y por supuesto a Helena.
-¿Has visto a Maggie?
-No, ¿no ha llegado aun?- Fruncí el ceño levemente mirando hacia mis lados.
-Que va, la que ha llegado es Ginny, me dijo que nos encontraríamos en el tren- Helena estaba muy tranquila, sabía de sobra que iba a ser una buena gryffindor desde que tenía razón de ser.
-¡Buenos días!- Una emocionada Maggie se acercó a nosotros con su carro.
-Creíamos que ya no llegabas- Solté una carcajada observando con detenimiento al animal de la chica -¿Un escarbato?, ¿no había otra cosa?
-¿Algún problema con Erl?- Mi amiga era un auténtica fanática de los animales, le daba igual los inconvenientes que pudiese tener cada especie, las quería todas, es por eso por lo que ha sido incapaz de llevar un animal normal a Hogwarts.
-Max por favor cuídate mucho y escríbenos todas las semanas- Mi madre fue acomodando mi chaqueta mientras hablaba.
-No te preocupes mamá...-Susurré algo avergonzada.
-Nos vemos en navidad enana-Mi padre, por otro lado, estaba mucho más tranquilo que ella.
Subimos al tren con rapidez, queríamos buscar un vagón libre únicamente para nosotras, por muy egoísta que suene, no somos un grupo preparado para aceptar a todo el mundo, o eso es lo que dicen nuestros padres.
-¿No estáis nerviosas?, últimamente se me ha puesto cara de hufflepuff -Susurró Maggie mirando su reflejo en la ventana del tren.
-¿Cara de hufflepuff?, ¿se puede saber qué hipogrifos es eso?- Carcajeó Helena aguantándose las manos en el estómago.
-Yo también estoy nerviosa- Admití -Aunque no me imagino en otra casa que no sea gryffindor.
-Por fin os encuentro- Una acalorada Ginny Weasley entró al vagón sentándose a mi lado -Mis hermanos no me dejaban en paz- Bufó. Y es que aquella chica de aspecto sumamente adorable podía sorprendernos a todos.
-¿Cuales de todos?, otra cosa no, pero hermanos tienes para dar, tomar, prestar y regalar si quieres- Maggie se sonrió así misma ante su comentario y automáticamente miró a la aludida.
-Fred y George, ¿quienes sino?, Ronald pasa de mí y Percy está demasiado ocupado siendo prefecto.
-Tu hermano Fred es mono- Helena, no apartaba la vista del paisaje.
-¿Y por qué no George?, quiero decir, son iguales...si uno es mono, el otro también- Me encogí de hombros tratando de encontrar la lógica al comentario de mi amiga.
-Tonterías, no siempre es así- Dejó escapar una pequeña risa para luego seguir con su semblante mofoso mirando por la ventana.
El viaje fue entretenido, sobre todo cuando tuvimos que ponernos los uniformes y las túnicas de Hogwarts, Ginny y yo nos confundimos 3 veces de calcetines y de zapatos, intercambiándonoslos sin querer.
Seguimos al hermano de Ginny, Percy, en todo momento. No dejaba de gritar "alumnos de primer año", al igual que el resto de prefectos. El castillo era asombroso, ahora entendía a mi hermano a la perfección.
Pronto, todos los prefectos nos dejaron en unas escaleras del castillo frente a una mujer un tanto mayor.
-Bienvenidos a Hogwarts, soy la profesora McGonagall, profesora de transformaciones y directora de la casa de Gryffindor. Seguidme, la ceremonia está a punto de comenzar.
Y como si cien ángeles hubieran pasado en ese momento, todos los alumnos fuimos en silencio siguiendo a aquella profesora de semblante serio. Las miradas de todos los alumnos se posaron en todos nosotros, por unos segundos, compartí una mirada con mi hermano que simplemente me sonreía dándome un respiro.
-Les iré llamando uno a uno, se sentarán y esperarán a que el sombrero decida a qué casa pertenecerán. Empecemos, Margaret Lupin.
Todas nuestras miradas se posaron en mi amiga, que como un auténtico flan se sentó en el pequeño taburete que se le indicaba.
-¡GRYFFINDOR!
Ante el grito del sombrero, la mesa nombrada comenzó a aplaudir y mi amiga dibujó en su rostro la sonrisa más auténtica que jamás había visto.
-Ginevra Weasley.
El proceso fue exactamente el mismo, en a penas segundos la mesa de gryffindor celebraba la entrada de una Weasley más.
-Helena Black.
-¡GRYFFINDOR!
Eso si había sido asombroso, el sombrero a penas había rozado su cabello cuando ya gritaba la casa.
-Eliana Talbot
-¡Slytherin!
-Maxime Potter.
Subí los pequeños escalones que había para llegar al taburete y me senté bajo la atenta mirada de todo el gran comedor. Mi hermano susurraba algo para si mismo y mis amigas me miraban expectantes.
-¡GRYFFINDOR!
Solté una bocanada de aire que llevaba conteniendo desde que había oído mi nombre y entre los coreos de mi mesa me senté con mis amigas.
-Felicidades Max- Mi hermano alzó un poco la voz mirándome y le sonreí tiernamente.
-Sabía que no teníamos de qué preocuparnos- Helena fue dirigiendo su mirada a cada una de las tres.
-Nos queda mucho por vivir aquí, ¿no creéis?
-Maggie, no me agobies- Solté una sonora carcajada apoyándome en el hombro de mi amiga.
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Lily y James a través de los tiempos
FantasíaLa historia de Lily y James desde que termina Hogwarts hasta el final.