(三) MALHUMORADO SÍ, VIRGEN NO

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Había transcurrido ya una semana desde que Fengxin apareció en el Palacio de MuQing y éste, poco a poco, finalmente había logrado tranquilizarse. Estaba convencido de que el General Nan Yang no volvería a importunarlo.

Lo pensó tan jodidamente pronto.

Antes de que Xuan Zhen pusiera un pie dentro de su palacio la característica fragancia de Nan Yang llenó el aire. Y no solo eso, también estaba su voz.

—Hey, general Xuan Zhen —le llamó con sorna. Se notaba que disfrutaba enormemente molestándolo.

MuQing no se giró, sus pies decidieron seguir su camino.

—Siempre tan necio, terco y arrogante —continuó el arquero tratando de darle alcance, aunque su voz en ningún momento perdió aquel toque travieso.

—Piérdete.

—Veo que tu jardín quedó como nuevo... Esa calamidad sí que hizo un excelente trabajo, nadie creería que hace tan solo unas semanas unas enormes estatuas estaban teniendo sexo en tus dominios.

El rostro entero del espadachín se tiñó de rojo, pero no permitió que el otro Dios lo notara. Simplemente apuró el paso.

La carcajada de FengXin no se hizo esperar.

—Lo cual es bastante gracioso, ya que nadie más tiene sexo dentro de este territorio y eso se nota.

—¿Por qué no vas a conseguir un poco? —Le retó visiblemente irritado.

Se había detenido de forma tan abrupta, que cuando lo encaró sus varoniles pechos casi se tocaron. Desgraciadamente, MuQing era unos cuantos centímetros más bajo y visiblemente más delgado que el arquero, algo que realmente odiaba. Aunque, ser más pequeño, no era sinónimo de ser menos fuerte. Bien podrían envolverse en una pelea cuerpo a cuerpo en ese mismo instante, no sería la primera vez que lo hacían.

—No soy yo quien lo necesita, mi virginal y malhumorado amigo.

MuQing reanudó la marcha, esta vez aún más irritado que antes, ignorando las carcajadas del otro Dios ingresó a su palacio y le cerró la puerta justo en el rostro.

Más no fue el golpe de aquella puerta lo que dejó la contrariada expresión de FengXin sino las palabras que el de blancos cabellos pronunció:

—Entre las palabras amigo, virginal y malhumorado, solo acertaste en lo del malhumor.

BESOS CON SABOR A PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora