2.- Harry Styles.

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El ojiazul se sentía mal. Mostraba su fachada de indiferencia pero el hecho de no haber parado de escuchar murmullos de cómo golpeó a un alfa inocente de manera drástica lo estaba trastocando, e incluso si no fuera así, se sentía un poco culpable.

Sin embargo, no había hecho algo malo ¡Se estaba defendiendo! Los omegas que lo criticaban solo veían una parte de la historia, no es como si ese alfa se hubiera muerto o algo.

Caminó con su típico ritmo pausado hacia su casillero, mordiéndose la lengua al ver la cantidad de tachuelas que cayeron al suelo después de abrirlo. Tomó la carta que lo acompañaba y la arrugó instantes después de leerla.

"¿Patear a un alfa inocente? ¡Disculpate, estúpido!"

Su pequeño corazoncito se ahogó en culpabilidad, pero se negaba a ceder. Si esas omegas estuvieran en su lugar, se hubieran defendido de la misma manera si alguien trata de abusar de su privacidad ¿o no? Lo único que hizo fue darse a respetar.

—Louis Tomlinson, ¿verdad?— Una voz grave y potente lo sacó de sus pensamientos manchandos de remordimiento.

Era aquel alfa. Lo sabia porque este lo estaba saludando mostrando, al parecer inconscientemente, un moretón en su gran mano. Nunca había visto una tan grande...

Ver esa herida lo hizo sentirse peor, sí que se habia lastimado. Pero lo hecho, hecho estaba. Desvío la mirada y guardo sus libros en su casillero esperando los insultos y maldiciones que le daria el varón por haberlo golpeado. Esta bien, lo aceptaría.

— Hola. —El ruloso caminaba hacía el menor con un andar despreocupado y una sonrisa confiada. Maldición, era guapo. Era la primera vez que lo veía en la escuela, pero dado a su nulo interés hacia los demas no le sorprendía no conocerlo.

Se fija más en él. Nadie podría confundirlo con un beta, si su olor a algo parecido a café y jengibre no era lo suficiente predominante, su altura de aproximadamente 2 cabezas más que él y su complexión fornida con músculos que se notaban a través del uniforme en definitiva te daban una pista irrefutable.

Tenía cabello ruloso que de seguro le llegaba al hombro si se desatara el chongo que traía, ojos penetrantes color jade, nariz varonil y labios delgados y sedosos, de los cuales se preguntaba... ¿si pudiera masticarlos sabrían igual de apetitosos que la cereza que tiene como color de tono?

—He venido a disculparme. — Su atención fue devuelta ante esa frase. ¿Esos labios en serio habían dicho eso? Labios con un lunar en demasía pecaminoso cerca de la línea que marcaba su mandíbula. Tomlinson, concéntrate.

Algo aturdido empezó a juguetear con sus manos dentro de su locker para aparentar que estaba haciendo algo.

—¿Por qué te disculparias? No fuiste tú quien lo hizo. —Su respuesta salió un poco más mordaz de lo que hubiera querido.

—Me disculpo por lo que hizo mi amigo. —Harry pasa una mano por su cuello con una mirada suave en sus facciones. —No malentiendas, lo que hiciste estuvo bien, no deberías dejar que nadie sobrepase los límites. — Louis lo miraba confundido, ¿un alfa le estaba dando la razón?

—Es por eso que me disculpo por él, por favor no lo tomes en cuenta, es un idiota. Escuche que va en tu clase. — Instintivamente Harry avanza unos pasos más cual imán para poder olfatear el aroma del omega, llevándose una pequeña decepción al descubrir que usaba supresores.

Say I love you [Larry/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora