10.- Si confías en alguien...

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—¡Louis!— Su garganta ardió con espesor gritando por sexta vez el nombre del omega a través de las calles altamente transitadas del centro. Una opresión en su pecho no lo dejaba respirar a gusto, aumentando considerablemente su nivel de ansiedad y provocandole una odiosa migraña.

No sabía de dónde venía la determinante necesidad de encontrarlo, pero seguía a su instinto ciegamente. Lo único que permanecía en su mente era la orden de encontrarlo y volver a sentir su delicioso aroma, lo que no era nada fácil ya que no había dejado ningún rastro en el camino. Una lluvia había sido la cereza del pastel ante su situación devastadora, ¿Qué le había dicho Liam para que se fuera así?

El olor a tierra mojada y multiples aromas densos y húmedos impedían su búsqueda, sería imposible buscarlo entre el mar de gente.

¿A dónde iría Louis?

Mejor dicho, ¿Sabía algo de Louis? Una mueca de decepción superó a Harry sintiéndose como una mierda al no saber nada de, su ahora, novio. Él tenía planeado conocerse en la travesía, talvez fue muy rápido... pero no quería pasar otro día sin poder sentir de cerca el inminente aroma de Louis, y podía hacerlo tantas veces como quisiera ahora que tenían un estatus romántico.

O bueno, eso tenía mucho sentido para él, capaz y Louis no entendía sus deducciones y por eso estaba tan confundido.

Decidió confiar en él mismo e ir al único lugar donde había visto a un Louis completamente apasible y tranquilo.


...




El maullido del pequeño animal era el único acompañante del ligero sonido de las gotas chapoteantes en el concreto. Su respiración no contaba, ya que estaba siendo muy suave, como si no existiera. Eso es lo que quería, pasar desapercibido incluso de él mismo. Sentía vergüenza, ¿por qué se fue así? Podría haberlo hablado con Harry, aunque eso implicará sentir una gran incomodidad sobre él.

Harry tenía una gran vida. Era espontáneo y dejaba ver sus opiniones con una libertad anhelada, totalmente chispeante, esa era la palabra.

Tal como lo dejo entender Liam, él tampoco entendía porqué Harry quería salir con él. El alfa era tan raro y brillante que no se sorprendería que la respuesta a su pregunta fuera que le gustaría verlo feliz ya que le daba una desagradable lástima cada vez que lo veía por los pasillos.

Suponía que no se lo diría de esa manera pero sí lo pensaría.

Cubre mejor al gato con el paraguas violeta y acaricia vehemente su corto pelaje. Sus desastrosas prendas estaban completamente mojadas y comenzaba a tener frío. Debería volver a casa, lo peor que le podría pasar era pescar un resfriado en época de lluvia.

Escucha pasos cuidadosos acercándose a su espalda, aún así, se queda inmóvil ante la voz ronca y aterciopelada del contrario.

— Qué alivio, no hubiera sabido a dónde ir, si no estuvieras aquí.

Harry ve la pequeña y temblorosa silueta del omega, fijándose en su delgada espalda que parecía sujetarse con fuerza de la humedad de su camisa.

—¿Qué fue lo que te dijo Liam? — Se agacha junto a él y contempla la adorable vista del minino envuelto en mantas y frazadas acolchonadas.

La voz necia y masculina del omega alto retiembla en sus recuerdos, despertando una inseguridad latente. — Sinceramente... ¿Por qué estas aquí?

Say I love you [Larry/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora