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—¡Irene! —gritó en voz baja Chaeyoung luego de que la pelinegra le relatara desde su punto de vista lo sucedido hace media hora atrás.

Estaban sentadas en las escaleras aprovechando el receso para comentar lo que había pasado.

—Sí, sí... lo sé, yo también estoy arrepentida de no haber reaccionado —se lamentaba Joohyun—. Pero entré en pánico... sentí que ella quería... ya sabes —no quiso continuar, Rosé la miró extrañada.

—En realidad no, ¿qué cosa debería saber? —cuestionaba Rosé, viendo desde lejos como Lisa se acercaba a ellas y se acomodaba en el espacio entre las dos.

—Sí, ¿qué deberíamos saber? —se entrometió en la conversación la tailandesa, logrando hacer reír a Rosé y poner nerviosa a Irene.

La pelinegra estaba dudosa de si revelar lo que solía hacer en el kinder, un rubor adornó su rostro. Le parecía extraño que Rosé no supiera de ello, todos en el kinder lo sabían... probablemente lo haya olvidado.

Algo en la cabeza de Rosé pareció hacer click al ver a Irene sonrojarse.— Oh... —soltó, esperando no equivocarse por lo que apareció en su mente— ¿Te refieres a las muestras de amor?

Joohyun asintió medio apenada. Rosé le sonrió para hacerla sentir cómoda, no había necesidad de avergonzarse por ello, de hecho, le parecía casi increíble ver a la pelinegra mostrarse tan tímida con ese tema cuando en el kinder parecía tan libre respecto a eso. Rosé no pudo evitar mirar los ojos miedosos de Irene, ni siquiera podía decirlo en voz alta... se notaba que algo en ella había cambiado, parecía una Irene mucho más limitada y miedosa en comparación a la inquieta y libre que solía ser.

—¿Muestras de amor? —una Lisa totalmente perdida habló, Irene tembló ligeramente, no sabía cómo explicarle aquéllo que hacía en el pasado a la pelirroja.

Definitivamente Irene era mucho más miedosa ahora que era consciente de lo que solía hacer, además de que una parte suya no aceptaba esa realidad y menos al saber cómo su familia podría reaccionar ante algo así. Recordó el desliz que tuvo con Jennie hace tiempo y aquéllo la dejó lo suficiente nerviosa como para nunca más volver a repetirlo. Sin embargo, Wendy había vuelto y ahora era difícil lidiar con todas las sensaciones que le provocaba, por eso la evitaba tanto, por eso la quería lo más lejos posible. Wendy podía resultar un verdadero peligro contra ella, le haría hacer cosas de las que se arrepentiría...

O eso es lo que prefiere pensar.

—¿Le dices tú o puedo contárselo? —murmuraba Rosé en el oído a Irene.

—Oh vamos, no sean así —un puchero sumamente tierno logró conmover a Chaeyoung.

—Díselo tú.

La castaña asintió ahora que había tenido permiso de contarlo.— En el kinder Irene era muy reconocida por dar muestras de amor —comenzó, la pelinegra tapando su rostro rápidamente mientras sentía su cara enrojecer aún cuando no se había llegado a la gran explicación—. Ella les daba besos a todos porque creía que era una manera de dar cariño —una sonrisa tierna apareció en los labios de Chaeyoung al recordar esos tiempos—, pero Wendy le dijo que ella prefería darle muestras de amor a una sola persona y desde ese entonces Irene prefirió solo darle muestras a ella... aunque Wendy no se lo permitiera —resumió para que Lisa tuviera una idea.

—¡Eso es muy tierno! —aseguró abrazando los hombros de una Irene todavía avergonzada— Dar besos no tiene nada de malo...

—Eran besos en la boca —aclaró rápidamente Rosé, reconociendo que había olvidado ese gran detalle—. No eran besos en la mejilla como nos das a nosotras a veces, eran esa clase de besos que aparecían en las películas que suelen ver los padres —dijo, refiriéndose a las novelas.

As she pleases ; WenreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora