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Amelia...

Su cuerpo es muy frío, es como si me arropara un témpano de hielo, no sé si es por el miedo que está helando mi sangre o son imaginaciones mías, así como me parece sentir su penetrante mirada sobre mi. Maldita falda!, Apenas y puedo caminar con ella como demonios voy a subir en sus manos y así salir de este lugar, no tengo otra alternativa que subirla un poco más arriba de mis rodillas, es eso o quitármela y no quiero dejar mi trasero al aire con mi jefe aquí presente, definitivamente ni muerta.

Cerré mis ojos y me impulse hacia arriba con su ayuda, mis dedos apenas rozaron el frío metal, entonces sentí como tomaba mis pies en cada una de sus manos y me sujetaba firmemente, iba a pedirle ayuda para poder llegar más arriba y escuché un gemido de su parte, no me atreví a mirar hacia abajo, mi vergüenza era demasiada, seguramente estaba a reventar por el esfuerzo.

De seguro estaba viendo mis bragas de algodón mata pasiones, este día es el peor de mi vida. Me sorprendió el repentino empujón de su parte, apenas pude reaccionar y salir de la caja metálica, me agarre de las puertas del ascensor y salí de ahí, una vez pose mis pies descalzos en los fríos azulejos,mi corazón volvió a latir.

Un estruendo de la caja metálica cayendo hacia abajo me hizo girar rápidamente, pero al hacerlo el cuerpo de mi jefe se impactó contra el mío y caímos, su musculoso cuerpo estaba sobre el mío sus labios rozando los míos solo un poco más y.....

— Damon, Amelia, ¿ Están bien? — Drake Frost y varios empleados tras el nos observaban atónitos, de seguro estábamos dando un espectáculo — Oh, siento interrumpir — dijo y se giró hacia los empleados. — Bien señores, aquí no hay nada que ver, vamos fuera todos — decía mientras los guiaba fuera con sus brazos extendidos. Se giró nuevamente — Ahora sí continúen con lo que estaban a punto de hacer — dijó sonriendo antes de cerrar la puerta dejándonos solos e incómodamente avergonzados.

Mi cara ardía y como si mi cuerpo quemará, mi jefe se levantó de un salto y me ofrecio ayuda para que yo también lo hiciera, cuando estuve de pie frente a él,se incó en una rodilla y  me ayudó a colocarme mis tacones, es todo un caballero. Una vez coloque me los coloqué, mi jefe se puso nuevamente de pie y tomando mi codo, me giró un poco dándome una mirada inquisidora como si estuviera buscando alguna herida.

— ¿ Esta usted bien?, Siento mi brusquedad, no tuve opción, el soporte sedió ante el peso y mi reacción fue saltar y en el proceso me la llevé por delante — me pareció notar algo de gracia en lo último que dijo.

— Estoy bien....es solo que me tomo por sorpresa — que estaba pasando conmigo, debería comportarme como la adulta que soy, no como una adolescente avergonzada, pero como iba a hacerlo si, sus bellas facciones estuvieron tan cerca de mis ojos y pude detallarlas......

POR DIOS AMELIA EN QUE ESTAS PENSANDO, TE ACABA DE SALVAR EL TRASERO Y TU PENSANDO EN ESO!!!

DALE LAS GRACIAS POR LO MENOS...DESPIERTA!!—y ahí estaba otra vez mi subconciente, recordándome lo despistada que soy.

— E-eh.... Yo-yo — maldición, Amelia articula de una buena vez pareces retardada tartamudeando — Yo quisiera darle las gracias....me salvó de morir — me pareció escuchar un risita y levanté mi vista, estaba apretando sus labios conteniendo la risa — ¡¿Acaso se burla de mi?! — solté enfadada quien se cree este pelele, me miró sorprendido y antes de que pudiera decir algo salí de ahí hechando humo.

— Swam, espera — me tomó de la muñeca, tiré de su agarre y segui mi camino, hirió mi orgullo y eso no se hace. — Amelia, ya basta no actues como una niña. — volteé a encararlo, ¿que ha dicho?, ¿Que actuó como una niña?, Ahora sí te vas a enterar de quien es Amelia Swam, demonio sopenco.

— ¿ Que ha.... — mis palabras se cortaron cuando sacó su teléfono, lo coloco frente a mi rostro,  me hizo una foto y me la mostró. Mi maquillaje estaba corrido, dios mi cara parecía la de un payaso luego de una fiesta infantil. TIERRA TRÁGAME Y ESCÚPEME EN MI CASA.

— Lo siento fui un grosero — se disculpo — ve a lavarte un poco y espero por ti en mi oficina en — Miró su reloj — 30 minutos, si me va a agradecer, hágalo como se debe. — y sin más me dejó ahí atónita y desubicada.

— ¿Qué?, ¿ Que me disculpe como se debe?, ¿ Y que se supone que debo hacer? — mi mente estaba hecho un lío y apenas me di cuenta que estaba frente al espejo, había caminado como un zombie hasta el baño.

Luego de limpiar mi rostro y tartar de arreglar un poco mi precaria apariencia, me dirigí a la oficina del Sr. Frost, estaba algo ansiosa por su actitud, jamás lo había visto actuar así antes, es la primera vez que pierde los estribos, por uno de sus empleados, siempre se mantiene al margen y distante.

— Seguramente se le metió en la cama — dijo una chica rubia, varias chicas del departamento de marketing cuchicheaban en el pasillo, me quedé un poco a escuchar que decían, no era mi costumbre hacerlo pero en el momento que mencionaron mi nombre eso cambió, quería saber qué tanto murmuraban esa bola de vagas sin oficio.

— Por dios , como es posible que el bombón del jefe tenga esos gustos tan patéticos, pero si es una marrana con falda. — Vaya si que me tenían aprecio — Ya te lo digo, yo lo he visto estaban los dos ahí dejándose los labios en el depósito de documentos.

Malditas mentirosas, casi morimos ahí abajo y ellas inventando tonterías.

Aclare mi garganta y las chismosas giraron, en tanto me vieron palidecieron — Vaya al parecer, Owen no pone orden en su departamento, deberían estar haciendo su trabajo, que para eso les pagan bola de chismosas — jadearon ofendidas, pero no les di oportunidad de rechistar — Acaso no escucharon, Andando señoritas, a trabajar.

— Swam, dichosos los ojos que tienen la dicha de verte. — maldición por algo nunca vengo al departamento de marketing, siempre envío a Linda a tratar con este imbécil.

— Owen, que bien te ves hoy — dije girandome con la sonrisa más fingida que pude.

— Por favor linda, sabes que me puedes llamar Frederic — me guiño un ojo — ¿ Que están haciendo en los pasillos?, A trabajar, rápido!! — les grito al grupo de chicas, que salieron pitando, quería reír a carcajadas, bola de buenas para nada.

— Un gusto saludarte Ow...— me miró con el ceño fruncido — Oh Frederic — me voltee para continuar subiendo las escaleras, pues vaya que casualidad  por culpa de "alguien" el ascensor se rompió.

— No tan de prisa Amelia -— me tomo del hombro y me giró para encararme. — ¿ Cuál es la prisa?, Desde hace tiempo te me vienes escapando cada que tengo oportunidad de hablarte.

— Frederic, por favor — aleje sus manos de mi, me estaba poniendo nerviosa, no tolero sus intentos de echarme los perros — He sido muy clara contigo, no tengo interes en salir con alguien.

— Solo una cena — lo mire de mala manera, ¿ Que este hombre nunca se cansa de insistir? — como amigos, solo eso te pido.

Alguien se aclaró la garganta tras nosotros y giramos — ¿ Acaso debería enviarlos temprano a casa para que delimiten los detalles de su cita? — Maldita sea mi suerte ¿ Por qué demonios está aquí Frost?.

— Eh... Cla-claro que no, Owen y yo solo estábamos hablando de trabajo...si eso — le hice señas a Owen y el idiota no parecía querer colaborar.

— Estamos en nuestro tiempo de descanso señor y no estamos desarreglando ninguna regla — pero qué demonios!!, mi cara debe ser un poema, ¿ Como se puede tener tantos huevos para hablarle así al jefe ?, Yo quiero un para de esos.

La cara del jefe se desfiguró y me pareció ver el cartel de despedido en la cara de Owen.

— Bien, si en esas estamos, venga conmigo Swam, luego le dará su respuesta a Owen, tenemos un asunto que finiquitar usted y yo.

Carajo!!, eso sonó algo raro, solo asentí y salí de ahí como alma que lleva el diablo, que demonios está pasando aquí, si es una pesadilla ya me quiero despertar.....






Continuará...

Tus curvas, mi perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora