Capítulo 4

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Despertó lentamente, le dolía demasiado la cabeza, podía escuchar sus palpitaciones taladrándole el cráneo, y por mas que abrió los ojos no pudo ver más que oscuridad mientras que su respiración se hacía cada vez más pesada y dificultosa. Para cuando intentó mover sus extremidades se dio cuenta que estaban atadas a la silla debajo de el y pudo notar el porqué de su limitado oxigeno, tenía una especie de bolsa sobre su cabeza. ¿Qué había hecho para estar en esa posición? Se preguntaba ya que la esperanza y la calma le había estado llenando al regresar a una vida normal y parcialmente estable, claro, aun estaba el hecho de que era un refugiado en un planeta remoto pero sus trabajos y su gran determinación le ayudo a salir adelante. Entonces ¿Por qué?

Sus antenas captaron el sonido de una puerta metálica abriéndose para volverse a cerrar con fuerza provocándole un pequeño brinco en su lugar. Y ahí notó algo más, no tenía activado su disfraz, durante su llegada se había decidido en no usar su apariencia Irken porque pensaba que le traería muchos problemas a causa de ser una raza invasora y con antecedentes destructivos, además de el odio que muchas razas cargaban hacia ellos. Pero también sabía que sus muñequeras no podían desactivarse sin una orden propia de su Pak. 

-Este es el trato. - Escuchaba una voz femenina dirigiéndose hacia el siguiéndole con un jalón a la bolsa sobre su cabeza pasando a traer una de sus antenas incrementando su dolor a uno realmente insoportable. -Si hablas puedes regresar con tu estúpida armada. -Empezó, no estaba entendiendo nada, sus ojos apenas comenzaban a enfocarse por el cambio brusco de iluminación. Y cuando lo hizo pudo ver una Vortian que lucía bastante enojada, cargaba una tablet en un brazo y en el otro podía ver como ejercía mucha fuerza para mantener empuñada la mano. -Pero si retienes el mínimo de información, te arrancaré esa base de datos que cargas, circuito por circuito. - Se sentía nervioso, ¿Sobre que información estaba hablando? ¿La armada? ¿Regresarlo? Lo matarían si se llegase a acercar de nuevo, duda mucho en la misericordia de los más altos. Miró el rostro de la soldado frente a el, en busca de un mínimo rastro de que todo eso se tratase de una mala broma o equivocación. Y como no lo encontró pensó muy bien en sus palabras. 

-Yo... Yo ya no pertenezco a la armada. - Soltó casi con pena. -Pero puedo ayudarte con la información que necesites.- Completó rápidamente temiendo de la reacción de la otra. 

-A ver, eres un Irken ¿cierto?. - Se podía ver en su rostro la poca paciencia que mantenía. El pequeño ex-invasor comenzaba a temblar a causa de la hostilidad con la que la Vortian hablaba. -Si no estas aquí para infiltrarte y desarrollar tu plan de conquista como todos los demás en tu especie y así condenar a toda la población de este planeta, ¿Para qué estás aquí?. - Levantó su mano libre muy cerca del prisionero, y este cerró sus ojos con fuerza esperando un movimiento agresivo por parte de la otra, un golpe. Pero nada de eso pasó, volvió a bajar su brazo y suspiró con cansancio.

-Una única condición, regresa a Marie. -En el rostro del Irken expresaba la angustia y desesperación rogando por una solución para no entrometer a la pequeña que hace unas horas tenía a su cargo en todo este problema. Se sentía del asco, bajó la guardia por su torpeza. 

-No estamos interesados en tratar con niños inútiles, puedes estar tranquilo. ¿Hablarás? -

-Si. 


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El desayuno estuvo bien para los dos, tranquilo y hasta podría decirse que divertido, si que se podían esforzar para no hacer escandalo ya que estuvo peculiarmente relajado, nada de gritos y palabras ofensivas. Se tomaron el tiempo para hablar más de cosas que no implicara una reacción más seria. 

Bulletproof Heart 🪐| ZaDrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora