Koi no Yokan [GiyuuShino]

El cumpleaños de Shinobu

— Giyuu ¿Cuanto tiempo más tendremos que buscar? — Tsutako cruzaba sus brazos a la vez que un suspiro escapa de sus labios — yo ya compré mi regalo hace tres horas atrás ¿Si quiera tienes algo en mente? —.

Los jóvenes hermanos habían recorrido de inicio a fin aquel centro comercial, paseando por cada tienda sin excepción (inclusive la automotora) para encontrar un regalo que le gustara a la futura cumpleañera.

Como sus padres debían trabajar encargaron a la mayor de los hermanos que acompañara a Giyuu para que pudieran ambos elegir uno. Para ella no fue problema, encontró un set de tocador que incluía cepillo y peine para el cabello, ambos de colores dorados con brillos, acompañados de un espejo de mano que usaba el mismo patrón.
Tomándole una foto y enviandola por LINE a Kanae confirmó que a la nena le gustaría, y con ello, su regalo en media hora estuvo listo.

Pero la situación se vivía diferente para el menor de los Tomioka.

«Algo en mente... » se repetía con las palabras de su hermana.

¡Claro que tenía algo en mente! Debía ser tan lindo como lo era Shinobu, pero también tenía que ser útil porque ella era una chica muy inteligente, sin embargo quería que no fuera algo común y corriente, si no que pudiera ver que tras el regalo había gran cantidad de cariño, y a la vez, no quería ser obvio con lo que pensaba.

Ahora ¿cómo le explicaba todas esas características a Tsutako?

— ¿Quieres ir a comer algo Giichi? — sugirió su hermana llevándolo lejos de sus pensamientos — prometo que con el estómago lleno pensarás mejor —.

El pequeño negó con la cabeza, no había tiempo de comer, necesitaba seguir buscando por cada rincón para encontrar el regalo perfecto.

A menudo hay sentimientos que no podemos expresar suficientemente con palabras. En esos casos utilizamos obsequios para mostrarlos, y Giyuu quería valerse de eso, aunque en realidad, no estaba seguro del por qué sentía tanto por aquella muchacha. Era una sensación que a su corta edad no podía describir ni mucho menos entender, la cual a pesar de ser bastante romántica, estaba sesgada por melancolía, nostalgia e inclusive, dolor.

¿Como podía doler el tener interés por alguien que apenas conocías? Era algo que por lo visto jamás descubriría, pero pensar en Kochou Shinobu de vez en cuando producía que su pecho doliera profundamente, como si el aire faltara y su cuerpo avisara que en cualquier momento sufriría de un paro cardíaco.

— ¿Ella es especial para ti? —.

La pregunta de su hermana provocó que un ligero tono carmín decorara sus mejillas, pero con un grandioso acto de valentía, asintió — Quiero que mi regalo sea su favorito — confesó con la pureza de un pequeño niño enamorado.

No, no estamos hablando del sentimiento que se produce en el corazón de los adolescentes y adultos jóvenes atraídos por una persona mediante el deseo que recorre sus cuerpos cargados de hormonas.