Capítulo 18

309 60 8
                                    

- ¿Qué mierda te pasó? – preguntó Donghyuck, entrando agitado en la habitación de hospital donde estaba su familiar – Yuta – palmeó su pecho – hermano, háblame por favor –

El japonés usó todo su esfuerzo para apenas balbucear.

- ¿Qué? – murmuró el menor.

- Quiere saber si le dijiste a tus papás – interpretó Johnny, entrando tranquilo detrás de él.

- Oh – lo miró confundido – no lo hice. No te preocupes, estás cubierto –

Más balbuceos.

- ¿Estuviste en una pelea? – interrogó el alto, sentándose en la orilla de la cama - ¿ganaste? –

Balbuceos.

- Sweet – celebró chocando los puños con el japonés, ante la mirada confundida del moreno.

- Veo que despertaste – señaló Taeyong, entrando también – lo siento, estaba llenando algunas formas. ¿Te sientes mejor? –

El otro asintió en su dirección.

- Bien – acarició su pierna con los dedos.

Yuta lo miró a los ojos, atrayendo la mirada atenta del coreano.

- Yo... - rió – lo siento amigo, eso sólo funciona cuando yo lo hago –

El lastimado chico le mostró el dedo de en medio antes de girarse a Johnny para balbucearle más cosas.

- Quiere saber por qué se desmayó –

- Dice el doctor que tuviste una ligera contusión – murmuró – pero tu nariz no está rota. Sólo te darán un medicamento para el mareo y te darán de alta hoy –

Donghyuck exhaló aliviado, abalanzándose sobre el cuerpo del mayor.

- Me asusté mucho – lloriqueó – pensé que te había pasado algo muy feo. No vuelvas a hacer eso, Yuta. Por favor ya no hagas nada tonto –

El mencionado y su par de amigos, se miraron avergonzados entre ellos.

No importaba cuanto lo prometieran, no podían asegurarlo ni para ellos mismos.

- Los dejaremos solos – interrumpió Taeyong – ah, por cierto – se giró a hacia su amigo – la chica bajita de la campaña llamó. Quería saber si estabas bien –

Balbuceos.

- Se supone que eres tú quien debe saber cómo se llama, idiota – reprendió Johnny.

El japonés se encogió de hombros, avergonzado.

- Como sea – atrajo al menor de todos, tomándolo del brazo – tengo que irme, bonito – besó su frente – llámame si necesitan algo, ¿sí? –

- Lo haré – se puso de puntitas para dejar un beso sobre sus labios.

Yuta se removió, comenzando a balbucear cosas con el ceño fruncido.

- Lo siento – se disculpó Johnny – no entiendo nada de lo que dices – dijo antes de caminar hacia la puerta, seguido por un divertido Taeyong.










- ¿Se siente bien esa almohada? – preguntó Donghyuck, palpando el objeto con su mano.

El menor había llevado a su hermano a su departamento, autoinvitándose a dormir para poder cuidar de él por la noche.

- Está bien – respondió aún congestionado – ven aquí – lo jaló para acostarlo a su lado y rodearlo con los brazos – duerme conmigo –

- No quiero lastimarte – dijo temeroso – será mejor que duerma en la habitación de invitados –

- Pero te extraño – hizo un puchero.

- Y yo a ti – sinceró – pero estás muy herido todavía. El doctor dijo que no te expusieras – regañó.

- Eres un niño muy responsable – acarició su barbilla – y dime, niño responsable, ¿cuándo exactamente pasó algo entre tú y pie grande? –

- Hoy – rió por el sobrenombre – planeaba contártelo esta noche, pero bueno, tú sabes –

Yuta lo observó dubitativo.

- ¿Él te trata bien? –

- ¿Por qué lo preguntas? – rió divertido – es tu amigo. Sabes que es una buena persona –

- Aún así – pasó los dedos por su rostro – no quiero que te lastime. Sólo quiero alguien que te cuide tanto como lo hago yo –

- Lo sé, siempre lo has dicho – sonrió – es por eso que lo elegí sobre el resto. Él me procura y me respeta. No lo habría aceptado de no ser así –

- ¿Aceptarlo? – rió – fuiste tú quien lo abordó –

- Como haya sido – se levantó de la cama – te haré saber si intenta algo malo –

- Por favor hazlo – pidió.

- Iré a dormir – anunció, caminando hacia la puerta – grita mi nombre si necesitas algo – dijo cubriendo su nariz con los dedos para imitar la voz constipada del otro.

- Muy gracioso – sonrió sarcástico – buenas noches, bebé –

- Buenas noches – repitió, saliendo y cerrando la puerta.

Yuta se quedó solo e inhaló profundamente por la boca.

Luego de unos minutos mirando el techo, reflexionando superficialmente sus acciones (recordando satisfecho su exitosa pelea de la tarde), su teléfono sonó, llamando su atención.

- ¿Hola? – respondió extrañado.

- ¡Yuta! – se escuchaba exaltado – supe lo del hospital, ¿estás bien? –

El japonés sonrió enternecido.

– Lo estoy, SiCheng. No te preocupes por mí –

- Gracias a Dios – exhaló el aire que contenía - ¿cómo te sientes?

- Adolorido – rió – pero pasará. Aunque no pienso aparecer en la escuela mañana –

- No te preocupes, tienes un justificante – siseó – obviamente me encargué de eso –

- Un chico con contactos, impresionante – bromeó.

- Lo soy, ¿no? – silencio – oye, no quiero que pienses que soy entrometido pero, te vi hablando con esa chica en la campaña. Es muy bonita –

- ¿Lo crees? –

- Ajá – tarareó – deberías invitarla al baile –

- ¿Qué baile? – preguntó confundido.

- Cierto – recordó – parte de mi llamada era para decirte que la escuela organizará un baile con los fondos restantes para los miembros del comité. Todos pueden invitar a quienes quieran

- Eso es genial – suspiró – pero creo que iré con Johnny y Taeyong –

- ¿Estás seguro? Creo que le gustas –

- Es divertida, pero no es mi tipo – negó – iré con mis amigos –

- Como quieras – respondió con cierta resignación – bien. Tengo que ir a dormir. Recupérate pronto –

- Gracias – sonrió como estúpido – hasta luego –

- Hasta luego – colgó.

Rápidamente, abrió en su teléfono la aplicación de chat en el grupo que tenía con sus amigos.

Tenían mucho que planear.



Como ven, Taeyong no le entiende a Yuta cuando éste trata de comunicarse sin palabras, como lo hace él. Pero para eso tienen a Johnny ❤️

Bonito domingo 💕

Best budsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora