Capítulo 8 (Brad, ¿dónde estás?)

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Después de que aceptase el trato de mi mejor amiga y de que pagasemos cada una su bebida, nos despedimos. Cada una fue en su dirección, para irnos cada una a su casa. En el caso de ella si se le puede llamarle casa, ya que es así, pero en el mio no, ya que no podía llamarle casa a un lugar donde tengo que convivir con un simio como vecino.

Mientras caminaba, vi como los árboles del parque mostraban su desnudez al mundo entero y también vi como cada hoja caída mostraba un color más intenso que el anterior, eso quería decir que el otoño estaba ala vuelta de la esquina y que tendría que despedirme del verano.

Iba tan consentrada mirando lo que me rodeaba, que no me di cuenta del sonido que emitía mi bolsillo. Al escucharlo supe que ese sonido provenía de mi teléfono en donde mi queridísima madre me esperaba impaciente.

-Hola mamá-dije una vez que cogí la llamada.

-Hola hija, solo te llamaba para saber cómo estas-dice con una voz un tanto preocupada.

-Estoy bien mamá, no te preocupes, se cuidarme sola-le respondo mientras resoplaba y caminaba al mismo tiempo.

-Sabemos que puedes cuidarte sola, pero es que aún ni siquiera sabemos cuando volveremos y queríamos saber que todo está bien por allí-dice *aliviada de haberlo soltado todo.

-No te preocupes que todo esta genial-le respondo amablemente aunque no podía ver mi sonrisa.

-Eso me alegra muchísimo-dice *sadisfecha después de escuchar las palabras de su hija.

-Bueno mamá debo irme a preparar todo para mañana, dale recuerdos a los tíos y a papá-le digo después de haber mirado la hora.

-Está bien hija, les diré enseguida, ya hablaremos mañana, descansa cariño-pronuncía aquellas palabras con su voz cariñosa y agradable que tiene.

-Igualmente mamá-le digo antes de colgarla.

No me había dado cuenta de que ya me encontraba en el *porche de casa de mis vecinos, y como recordé que aún no me habían dado unas copias de las llaves, no me quedó otra que llamar al timbre.

Minutos después de esperar a que alguien me abriera, comencé a sospechar de que no había nadie en casa, así que antes de que marcase el número de teléfono de mi vecino en mi celular, empecé a escuchar el ruido de un motor a lo lejos que provenía de un Ford azul marino que segundos después se paró en frente de la casa.

[Y si os preguntáis como conseguí el número de mi vecino, me lo dio su madre en la cena. "Por si acaso", fue las palabras que utilizó al darmelo]

-¿Llevás mucho tiempo esperando?-dice el Sr.Foster al bajar del Ford.

Seguido de que el bájase, abrió la puerta del copiloto para que bajará su mujer. La escena que contemplaba al mirarles a ambos parecía de película, viendo al Sr.Foster en acción comportándose como un verdadero caballero.

-Lo siento cariño, no me acordaba que aún no te habíamos dado una copia de las llaves-hace una breve pausa para buscar algo en su bolso y después acercarse a mi-justo como hemos tenido que hacer unas compras nos hemos acercado un segundo a una *ferretería y nos lo han hecho al instante-dice sonrientemente la Sra.Miller mientras me daba la copia de la llave.

-Muchisimas gracias Sr.Foster y Sra.Miller y tranquilos recién llegué, apenas llevó unos pocos minutos esperando-sonrió después de abrazarles.

-Mejor así. Ahora dejaremos las compras en la cocina y prepararemos algo rico para comer-dice mientras sacaba las llaves para abrir la puerta.

-Me parece perfecto. Si queréis os ayudo-les digo antes de coger una de las bolsas de la compra.

-Muchas gracias querida, me vendría bien una ayuda femenina-dice una vez dentro de casa.

-Por cierto cielo, sabes algo de Brad?-me pregunta la Sra.Miller después de cerrar la puerta y dejar el resto de la compra en la isla de la cocina.

-Pues la verdad que no lo sé. Justo antes de que os viera, iba a llamarle-la respondo mientras vaciaba las bolsas de la compra.

-Bueno el ya es mayorcito, ya vendrá si quiere comer, ya le conoces como es-le dice el Sr.Foster a su mujer.

-Aún así sabes que me preocupó por el aunque siempre hace lo que quiere-dice la Sra.Miller preocupada.

-Si queréis después de que os ayude, podría ir a buscarle-les digo para que la Sra.Miller se tranquilizará.

-Gracias cariño, eso me dejaría más tranquila-me responde sonriéndome.

Una vez que acabamos de vaciar todas las bolsas y de dejar cada producto en sus respectivos sitios, me dirigí hacía mí habitación para coger mi teléfono y llamar al Playboy de mi vecino.

La primera vez que le llamé, salto el contestador, así que intenté de nuevo y pasó lo mismo. Al tercer intento al fin cogió.

-Brad, ¿dónde estás?-le preguntó cuando cogió la llamada.

-No pensé que te preocupabas por mi vecinita-me respondé con su voz coqueta de siempre.

-No estoy para tus bromitas, tus padres están preocupados, bueno más bien tu madre-le digo sería.

-No hace falta que metas a mis padres, se que tu también te has preocupado por mi, a mí no me puedes engañarme cariño-dice de una manera tan sexy que casi me dejó *colapsada.

-Y aunque fuese así, me gustaría saber al menos dónde estás-le respondo con una voz algo subida de tono.

-Pronto lo averiguarás vecinita y no te preocupes tanto por mi, que luego estaré toda la tarde disponible para ti sólita-dice antes de colgarme.

[ ¡Pero que tío, que se cree que hace! Ahgg qué asco le tengo enserio ]~pensé mientras me dirigía a la cocina donde se encontraba la Sra.Miller.

Segundos antes de entrar me quedé *inmóvil por un momento al recordar la conversación que había tenido hace varios instantes con Brad. No me había dado cuenta hasta ahora de lo que le dije. Porque tuve que ser tan imbécil y decirle aquello, pero aún así ¿tendrá el razón?, ¿enserio que me preocupó por el?

*Aliviada: Quitar a alguien o algo parte del peso que sobre él o ello carga.

*Sadisfecha: Que siente satisfacción por un comportamiento bueno o una obra bien hecha.

*Porche: Espacio cubierto adosado a la fachada de un edificio.

*Ferretería: Establecimiento en el que se venden herramientas y objetos de carpintería y demás.

*Colapsada: Decrecer o disminuir intensamente.

*Inmóvil: Que no se mueve.

¿Que pasará a continuación?

Mi vecino es un PLAYBOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora