— Kim Taehyung. — Sintió que se le paraba el corazón al escuchar su nombre de la boca del profesor. Esperaba un mal resultado, todos tuvieron dos días para estudiar para él examen. Se la paso aplazando sus deberes hora tras hora, y cuando menos cuenta se dio; había llego la hora del examen.
El chico de cabellos negros se levanto desanimado de su asiento, camino con cautela hasta el escritorio del profesor y tomo su examen sin ganas.
Se sintió un poco culpable con la mirada de decepción del adulto, esta era la tercera vez que llegaba la clase de cálculo con el mismo profesor.Al comienzo del semestre le había prometido que esta vez iba a ser diferente, que iba a conocer a un nuevo Taehyung. Pero no había sido así, seguía con la misma apariencia rebelde y las pocas ganas de esforzarse.
Aun era demasiado pronto como para comenzar a reprobar sus exámenes, antes de iniciar las clases se había propuesto hacer un buen semestre por primera vez en su vida. Siempre era así, se proponía metas muy optimistas y perdía la motivación para lograrlas en cuestión de días.
No hacía falta decir que era una persona muy poco dedicada, se sentía un perdedor.Taehyung siempre fue de esos chicos que pasaban desapercibidos en la escuela, no era de los mejores ni tampoco de los peores. Digamos que se mantenía un poco más arriba de los peores, pero ya no estaba en la primaria. El poco esfuerzo que hacía antes no era suficiente en la universidad, y por eso la estaba pasando fatal.
Ahora que ya estaba más grande y más consiente podía ver en retrospectiva sus errores y darse cuenta cual fue su problema.Sus padres...
Jamás se le educo para ser un estudiante ejemplar, de hecho podía apostar que ni siquiera recibió educación por parte de ellos. Tuvo un padre que lo dejo a su suerte, su madre y él fueron abandonados cuando él tenía seis años.
Se había fugado con una mujer de la cual no tenía ni la más mínima información, perdió a su padre en tan solo un instante.
Aun lo recordaba a la perfección, fue un día como cualquier. Él había salió de la escuela como lo hacía normalmente, su padre pasaba a recogerlo después del trabajo. Así que le tocaba esperarlo una hora todos los días, pero no sucedió en esa ocasión.No era muy consiente del tiempo para esa edad, por lo que espero sin quejarse ni moverse del lugar en el que debía esperar a su padre. No era un niño especialmente obediente, pero estaba consiente que corría peligro si caminaba cerca de los automóviles que pasaban a gran velocidad.
El tiempo se le paso mientras veía a las personas que salían a correr junto a sus perros, tenía muchas ganas de tener su propio perro y divertirse con el.
Suspiro triste cuando el último dueño se fue junto a su perro, se le hizo extraño que cuando no llegaran por el, sin embargo siguió esperando pacientemente en la banca de ese parque.Sin darse cuenta la noche había llegado, el parque y la calle se encontraban solas, su estómago no paraba de pedir comida y quería estar en casa.
Se levantó con temor de la banca mirando hacía los lados, temiendo recibir un regaño por haberse movido del lugar...Pero no paso.
Comenzó a dar pasos lentos e inseguros, sin dejar de buscar la mirada molesta de su padre. Pero no había rastro de ninguna persona, siguió el camino que recorría todos los días con su padre.
Poco a poco fue encontrando la seguridad en sus pasos, se sentía igual que en la escuela... invisible. Para el no era algo negativo, eso significaba que no iba a tener problemas con nadie. No iban a molestarlo, no tenía que preocuparse por nada.Todas las personas de su alrededor parecían estar en su mundo, nadie tenía porque preocuparse por el pequeño estudiante que paseaba por las obscuras y peligrosas calles de la ciudad.
En ese entonces Taehyung no estaba consiente de la inseguridad de su barrio y el peligro que un niño corría al estar solo en la noche, era totalmente ajeno a todas las pandillas que lo inspeccionaron con la mirada. Salvándose solo por ser una cara conocida en el barrio, había tenido suerte.
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PERDEDOR [Kookv]
FanfictionA sus 21 años Taehyung se encuentra en el punto más bajo de su corta vida. Se siente como un perdedor. Esta harto de reprobar los semestres en la universidad, esta harto de los hombres que mete su madre a su casa, hasta harto de tener que emborracha...