Prólogo

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Comencé a golpear con mis dedos la mesa de madera en la que estaba sentada. Llevaba ya casi media hora ahí sentada esperando por Ren. Él prometió que hoy me iba a suscribir en la mejor escuela. Y mis padres de igual manera esperaban que mi hermano cumpliera con aquella petición. No me gusta pensar que soy caprichosa, pero no me conformaba con cualquier cosa.

Oí como la puerta de entrada se abría y yo corrí hacia la misma para recibir a mi hermano. Traía su ropa del trabajo todo revuelta, su corbata casi desprendida, su cabello revuelto y en sus manos traía unos documentos los cuales me tendió. Yo sin dudarlo, los tomé, eran unas hojas en las que se pedía toda la información del estudiante; me parecía curioso que ninguno de los papeles tuviese el nombre de alguna prestigiosa escuela. Más curioso aún, todos los documentos ya estaban llenos y ninguno tenía mi nombre. De seguro Ren se equivocó en el momento en que estuvo llenando todos estos papeles.

–Creo que te encontré la mejor escuela –me dijo y yo sonreí en agradecimiento–, o en específico, una academia.

¿Academia dices? Mejor todavía.

–Pero hay dos problemas –me mencionó caminando hacia la mesa en la que yo estaba sentada anteriormente. Tomó asiento y con un movimiento de cabeza, me indicó que me uniera a él.

Yo caminé hacia él y tomé asiento a su lado. Debía escuchar todo lo que me tuviese que decir o advertir de la academia. Estaba más que dispuesta a oír cada una de sus palabras.

–Ren, sabes que mi promedio no debe ser problema alguno –le confesé con cierto orgullo. No me gustaba presumir, pero tenía un muy buen promedio. Siempre me he enfocado en mantener buenas notas y a la vez, queriendo ser mucho mejor que los demás. Y es que como ya mencioné antes, no me conformaba con cualquier cosa.

Mis padres desde niña siempre me decían sobre lo mucho que ellos trabajaban para que yo pudiese tener todos mis materiales de escuela, y cada gota de su esfuerzo en el trabajo, yo debía pagárselas teniendo buenas notas y un buen desempeño académico.

–Aiko, tu promedio no es problema –mi hermano negó–, es mucho más complicado que eso. Primero, la academia es un lugar perdido entre las montañas, es decir, que deberás permanecer allá durante todo el semestre.

Bueno, debo admitir que quizás iba a extrañar un poco a mi hermano mayor; pero si eso significa que podía ingresar a la mejor academia, eso no debería importar. Estaba dispuesta a tomar ese riesgo. Ya después podría verle para festejar juntos mi gran éxito en los estudios.

Y mejor aún, podía alejarme del ambiente de ciudad y convivir un poco más con la naturaleza. Prácticamente, como unas vacaciones.

–No importa.

–Quizás tienes razón, eso no es tan importante –Ren asintió y después suspiró–. Segundo y lo más importante, la academia Mori Mori es una academia solo para chicos.

Oh, con que ese era el problema.

Oh, con que ese era el problema

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¡нοℓα γ ϐιєиνєиι∂οѕ!

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╚»ᶠᵒˡˡᵒʷ ᵐᵉ ᶠᵒʳ ᵐᵒʳᵉ«╝

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