➛ Tres es la Perfección [PRONTO FINALIZADA] 𖠵

Capítulo 3: Yuu Kashima

Segundo día de clases y al parecer yo ya no sería el nuevo del salón. Hoy había llegado alguien más y las miradas que ayer estaban sobre mí, ahora estaban sobre el chico. Era un chico bastante alto de cabello azul oscuro, ojos oscuros, traía colgado de su cuello una cámara y muy amable porque al pasar saludaba a los demás con unos "buenos días" y no parecía importarle mucho el que lo estuviesen mirando tanto.

Caminó por todo el aula y me sorprendió un poco al verlo tomar asiento junto a mí. Dejó su cámara sobre el pupitre y mientras sonreía volteó a mirarme.

–Buenos días –me saludó aún con aquella sonrisa que mostraba todos sus dientes.

–Buenos días –le salude de igual manera con mi mirada aún fija al frente, esperando la llegada del profesor.

–¡Soy Yuu Kashima! –se presentó animadamente y señalándose a sí mismo.

Estaba a punto de responderle con un sarcástico "que bien". Pero quizás fuese un poco grosero de mi parte, después de todo, él solo trataba de ser amable.

–Aki Yamada –le respondí con falta de interés a ver si así captaba mi desinterés en querer seguir entablando una conversación con él.

–¿Y en qué club estás? ¡Yo estoy pensando unirme al club de fotografía!

Quise advertirle sobre si estaba seguro en querer unirse a ese club, pero a la vez, pienso que eso no debería importarme. Los rumores entre los pasillos decían muchas cosas de ese club de arte. Y créanme, ninguna era buena.

–Yo estoy en el club de baloncesto –y con la llegada del profesor, el chico junto a mí dejó de insistir en hablar conmigo.

La clase comenzó y por un momento, volteé a ver al chico junto a mí, quien tomaba notas sobre todo lo que el profesor decía.

–¡Casi lo olvido! Hoy tenemos otro nuevo –el profesor se interrumpió a sí mismo para dar aquel anuncio. Con eso, la mirada de todos caen sobre Kashima–. ¿Te gustaría presentarte?

El chico animadamente asintió y se puso de pie comenzando a caminar hacia el profesor.

–¡Hola! ¡Soy Yuu Kashima! Un placer. No que importe mucho, ¡pero me encanta tomar fotografías! –al decir aquello, regresó a tomar asiento junto a mí.

Este chico es algo raro.

(...)

La hora de almuerzo ya había terminado y era hora de retomar las clases que seguían.

No me sorprendí al llegar al aula y ver a Kashima sentado junto a mi pupitre. Sin dirigirle palabra alguna, me senté. Estaba muy cansada por los ejercicios que habíamos hecho orita con los del club.

No tenía muchas intenciones de hablar con el chico junto a mí; quería ignorarlo. Pero, al parecer, él no tenía las mismas intenciones.

–Orita conocí a los senpais del club de fotografía –me comentó y yo tan solo asentí como respuesta. ¿Por qué él me dice esas cosas? Tampoco es que me importen.

Después de decir eso, no volvió a hablar durante un rato. Pasado unos minutos, volteó a mirarme y volvió a hablar.

–¿Eres tachi o neko? –me preguntó repentinamente y yo volteé a mirarlo sin creer lo que me había preguntado–. ¡Yo soy tachi!

Vuelvo y lo digo, este chico es algo raro.