➛ Tres es la Perfección [PRONTO FINALIZADA] 𖠵

Capítulo 34: Lo siento

–¿Qué me van hacer, pervertidos? –pregunté, y sin poder evitarlo, tragué profundo.

Creo que nunca antes había temido por lo que me fuese a pasar. Estos malditos pervertidos daban miedo.

Sin responder a mi pregunta, los miembros de Yaribu comenzaron a acercarse a mí, excepto por Kashima y Toono quienes solamente miraban la escena e Itome quien aún permanecía detrás de mí bloqueando la única salida.

–¡Yamada-san alguien por ahí me dijo que eras virgen! ¿Será cierto? –preguntó Akemi y de inmediato mis ojos caen en Tamura. Eran unos jodidos enfermos.

–No me hagan nada, se los suplico –murmure tratando de evitar llorar. Mi pequeño secreto estaba a punto de ser descubierto–. ¿Qué quieren de mí?

Todos voltearon a mirar a Toono. ¿Todo esto lo hacían por él?

–¡Toono! –caminé hacia el chico de cabello marrón, él retrocedió un par de pasos cuando me acerqué–. ¿De verdad quieres hacer esto por qué bese a Yacchan?

Así que está era la reacción que Yacchan quería que Toono tuviese luego de haberme besado en su presencia. Todo formaba parte de su intento por quitarle a Toono a su primo; de su venganza por todo eso que él dice que Kashima alguna vez le robó.

Debía decir que fui yo quien lo besó, a pesar de que fue Yacchan quien me besó a mí. Tenía que seguir presionándolo hasta que al fin admitiera que le gustaba mi amigo de cabello naranja.

–Toono, ¿de verdad quieres hacer esto? –le supliqué, el chico seguía sin decirme nada–. Lo siento, es que a mí me gusta Yacchan.

Sus ojos verdes se abrieron con gran sorpresa. Aún así, seguía sin decir nada. Nadie decía nada; yo era la única que hablaba, los demás del club nos miraban y el chico delante de mí seguía tratando de permanecer su distancia conmigo.

Kashima a su lado parecía estar algo perdido. Nos miraba a ambos con una ceja enarcada mientras sostenía su cámara.

–Oh, creo que entiendo –susurre mirando a Toono y luego por unos segundos, miré a Kashima–. Es por eso que no quieres estar con Kashima, ¿no? Porque te gusta Yacchan.

–¿Qué? –soltó Kashima casi de inmediato. Sus cejas se habían fruncido y sus ojos oscuros me miraban con furia. No quería creer mis recientes palabras.

Lamento que te enteraras de esta manera, Kashima. Yo intenté decírtelo antes varias veces y siempre me interrumpían antes de que pudiera pronunciar palabra alguna. Lo siento tanto.

–Deja de decir tonterías, Yamada-san. Solo quieres que se fije en Yaguchi para que tú puedas quedarte con Kashima –el maldito rubio insistía sobre que me gustaba Kashima.

Yo no era la única que sabía sobre el enamoramiento de Toono con Yacchan. Tamura podía confirmarlo.

–¿Acaso estoy mintiendo, Tamura? –voltee a mirarlo, y sin responder, él simplemente se encoge de hombros para voltear a mirar hacia otra parte. ¿Cuál era su problema conmigo?

Akemi estaba a punto de volver a hablar cuando Toono habló:

–Es cierto –admitió finalmente–, me gusta. Me gusta Yacchan.

Luego de esas palabras, incluso pude oír el corazón de Kashima romperse.