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— Sigo sin entender— el de pecas seguía insistiendo mientras ambos caminaban —Minho flotaba— hacia la casa del menor—. ¿Por qué sal?

— No había nada más cerca, además solo funciona un leve tiempo, más que nada es para devolver el espíritu...— se calló repentinamente mientras miraba hacia otra dirección, el menor lo noto pero prefirió no decir nada.

Sus manos comenzaron a jugar, se detuvo de repente para luego girarse hacia Minho, quien parecía estar confundido, el mayor dejó de flotar para colocar sus pies sobre el suelo como si fuera una persona normal.

— Gracias— hablo en voz baja— a pesar de todo lo que dije, gracias por ayudarme.

Minho sonrió satisfecho, acercando sus manos hasta el rostro de Felix para obligar a mirarlo, acercó sus labios hasta los contrarios iniciando un acelerado beso que extrañamente fue correspondido por el menor, Lee mordió el labio del de pecas quien se quejo por eso.

Minho sonrió volviendo a flotar para comenzar a alejarse del contrario.

— Tómalo como una recompensa. Y apresúrate, que hace frío.

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