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Aún amo a HyunJin, así que me temo eso no se podrá— se cruzó de brazos mientras se balanceaba levemente en el banco.

Minho sonrió, pensando que sería bueno molestar un poco más al pelinaranja, colocando de nuevo aquella expresión burlona en su rostro mientras lo observaba con diversión.

— Y dime, entonces, ¿Tú amor es que quieres tener sexo con él?— pensó que sería divertido observar al menor reprocharle o algo por el estilo, pero no obtuvo nada de eso. La expresión del contrario seguía siendo sería y fija.

— Así es, ¿Y cuál es el problema?—. Aquellos latidos volvieron, la mente del mayor se comenzó a nublar.

Tuvo la necesidad de un roce con el cuerpo del menor por alguna razón. Sus piernas levemente rozaron la rodilla contraria. Su sonrisa cambio a una lasciva mientras su mirada ahora ardía en fuego, un tanto traviesa y coqueta, cosa que WooJin noto.

— Tienes fantasías— el menor asintió—, ¿Cómo cuáles?

— ¿Por qué tendría que decir eso?

— Ya has dicho muchas cosas más.

— Por ejemplo— acercó su mano hasta la oreja del menor, tocando levemente su lóbulo en una suave caricia, el cuerpo del contrario reaccionó rápidamente, su rostro se torno rojo mientras un leve salto hizo sonreír a Minho aún más.

Le gustaba hacer sentir de esa forma, le gustaba que el menor se sintiera de esa forma con él.

¿Qué haces?— susurró.

Minho acercó las manos de ambos.

— Tocar sus dedos— prosiguió— entrelazar sus manos— aquellos latidos seguían en aumento, se sentía tan bien el tener contacto con el menor de una forma mimosa, así que sin pensar su mente creo una imagen erótica de aquel chico. El rostro del menor estaba coloreado de rojo, no se libraba de aquellos toques sin saber la razón, tampoco explicaba como es que con tan pocas acciones (que una vez deseo hacer con HyunJin), lo había hecho ponerse tan nervioso—, mantenerse así, hasta que las cosas suban de nivel calentándose poco a poco.

Se supone que solo iba a molestarlo un poco, pero ahora, no podía detenerse.

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