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Minho no había aparecido durante los siguientes días. Pasaron incluso dos semanas sin que esté se mostrará. Y aunque en un principio el menor había pensado que de esta forma sería mejor, ciertamente lo extrañaba siempre.

¿No lo recordaba?
¿El qué no recordaba?

Negó con su cabeza mientras tomaba el tren de camino hacia su casa. Ese día regresaba con HyunJin pero este había ido al baño.

Miro a los alrededores. Realmente extrañaba a Minho, se sentía idiota por el hecho de hacerlo, pero incluso su cuerpo exigía el de el mayor, nunca pensó que podía necesitar tanto de aquel idiota. Pero aún no entendía en que se había equivocado.

No podían tener un romance un fantasma pervertido y un humano, era imposible. Negó para sí mismo al mismo tiempo que distinguía una conocida figura entre las personas que bajaban de uno de los trenes, sin saberlo, sus piernas se movieron en dirección hacia aquel chico con apariencia de universitario que llevaba una mochila colgada en su espalda.

— Minho— lo alcanzó a tomar de la mano deteniendo su transcurso. El de pecas se sorprendió en el momento en que aquel chico se dió la vuelta, su rostro también delataba sorpresa.

Los labios del de pecas se abrieron con la intención de decir algo, sin embargo, la calidez de la mano de Minho no le permitía.

Minho era cálido, muy contrario a su gélida aura de costumbre.

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