Capítulo 4

1.6K 68 9
                                    

Capítulo 4

I’m fallin’ in love,

But it’s fallin’ apart.

I need to find my way back to the start,

When we are in love.

T. M.

            La letra de Alec había escrito como título “Mueran, payasos”.

La foto pegada a la página era de cuando Alec cumplía los ocho, a Viviana aún le faltaban dos meses para cumplirlos. La imagen mostraba un ángulo del patio de la casa del niño, que estaba decorado con globos de todos colores y había muchos niños alrededor… Pudo reconocer que era esa fiesta así ellos no salieran en la foto porque, ¿Cómo podía Viviana olvidar el horroroso payaso de ese día? 

            Totalmente inolvidable…

            Diciembre 17.

            ¡Ya era el día diecisiete!

            Apenas había amanecido y Viviana empezó con el trabajo de molestar a su mamá para que la llevara a casa de Alec lo más pronto que pudiera.

            —Pero que si son las siete, Aarian —La regañó su madre—, No vas a darle dolores de cabeza tan temprano a la familia O’Conner.

            —Pero si puedo ayudarlos arreglar todo… ¡Ay, como tu no entiendes nada mamá!

            —Tú sigue durmiendo —le ordenó su mamá.

            Acto seguido salió haciendo un berrinche de la cocina ¿Qué había de malo con que viera a Alec más temprano? ¡Era su cumpleaños! ¡Tenía que felicitarlo antes que todos!

            Aun llevaba el pijama de ositos y sus pantuflas, se tiró de nuevo a la cama sobre todas las almohadas y evaluó las diferentes cosas que podía hacer para convencer a su mamá… Quizás podía hacerle el desayuno para que… ¡PFF! ¡Ella no cocinaba!, otra idea… No, no tenía más ideas, pues no le tocaría más que esperar.

            Después de ese día en Brighton, la familia de Viviana y Alec se habían hecho muy amigas, hasta vivían solo a unas cuantas manzanas. A medida de que los niños crecían se unían cada día más, Viviana al ser hija única encontrar a un compañero de juego era todo un milagro, aunque… También se había ganado una especie de amigo mayor malvado. Nate.

            El mayor de los hermanos O’Conner nunca se cansaba de jugarles bromas, se aprovechaba de que ellos eran menores y más pequeños… Aunque Nate no era malo de corazón, si era bastante rústico, y salvaje, y grosero e infantil… Y se le pueden aplicar más adjetivos pero la lista se haría larga.

            Alec siempre defendía a Viviana, ya estudiando juntos en el mismo colegio, en el mismo salón, eran inseparables,  y era por eso que quería ir a su casa en ese mismo instante, pero claro… Su mamá no entendía eso.

            Alrededor del mediodía Rose ya no aguantaba a Viviana parloteando por toda la casa y explicándole las razones por las que quería estar en casa del niño antes de la hora de la fiesta, si Viviana de por si en su estado natural contaba con una hiperactividad admirable, en ese momento su energía se había multiplicado por mil y daba de no parar nunca más. Así que Rose accedió a llevarla.

Por si mañana no estoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora