Capítulo 6
This love has taken its toll on me.
Había amanecido muy deprisa, la noche se esfumó tan rápido como si un grupo de gigantes se hubiera propuesto soplarla con sus inmensos pulmones. Viviana había dado muchas vueltas en su cama y por poco casi estampaba su cara en el piso.
Y el poco rato que durmió: Alec había invadido sus sueños descaradamente.
Se levantó con desgana esa mañana, pero aún con el cansancio y la perturbación mental se dispuso a ir al hospital, no podía dejar pasar esa oportunidad de tenerlo cerca por un poco más de tiempo.
Recibió un mensaje de texto de su madre cuando se montaba en el taxi, le decía que ya estaba en Londres y que se veían al rato.
Rose era un gran apoyo en ese momento, pero Viviana no sabía como iba a reaccionar cuando le contara porqué había sucedido el accidente, estaba segura de que nadie a quien le contara la comprendería porque ahí estaba más claro que el agua quién había sido el causante de que su mejor amigo estuviera en coma.
—A ver que te ingenias para contar toda la historia de una manera que no te vean como una estúpida —Murmuró entrando por las puertas frontales del hospital.
Eran las 7:00am y el recinto ya estaba lleno, bueno, al parecer, todo el tiempo estaba lleno.
Antes de tomar la curva para dirigirse al área de hospitalización buscó el camino al cafetín para hacerse con un café que la despertara completamente y le calmara los nervios. Si todos los días iban a ser de esa forma, ya no saldría más nunca de ese lugar ya que, cuando le dieran el alta a Alec, ella se quedaría internada de por vida en psiquiatría.
Anduvo en silencio el camino hasta que dio con las puertas de vidrio con marcos de metal y el cartelito encima de ellas que decía: Cafetín y más abajo, cerca de la manilla, el “Empuje”.
Tal como indicó el aviso empujó la puerta y entró en la estancia, llevándose una sorpresa al distinguir el inconfundible y brillante cabello rojo de Nate.
¿Qué hacía él ahí tan temprano?
Viviana recorrió la distancia que la separaba de la caja y pidió un cappuccino a la tipa que estaba atendiendo.
El olor a café caliente le despejó la mente e inconscientemente caminó hasta la mesa donde estaba Nate sentado con la cabeza sujeta entre sus grandes manos.
—Buen día —Saludó cortésmente tomando un sorbo del vaso que llevaba sujeto fuertemente entre las manos… Saboreo el líquido espumante sintiendo el ardor en la garganta por lo rápido que lo había tomado.
Nate sólo levantó la vista… Queriendo mirarla a los ojos pero al mismo tiempo, deseando de forma incontrolable que ella no se hubiera cruzado en sus caminos.
Él era dos años mayor que Alec y Viviana, estaba terminando su ingeniería en Oxford y dentro de tres meses sería su graduación, finalmente. Terminaba de llegar a Londres por las vacaciones cuando su mamá le avisó del accidente de Alec, desde ese momento no había podido conseguir más tranquilidad… El que su hermano menor estuviera en esas condiciones lo estaba destrozando por dentro, cuando Viviana los dejó solos en la habitación no había hecho nada más que llorar desconsoladamente, aprovechando que nadie podía verlo y que, ciertamente no tenía que fingir ser fuerte sólo para infundirle valor a Alec… Él sólo se limitó a abrazarlo por encima de los cables y recostar su cabeza junto a la de él… Observando a través de la cortina de lágrimas el rostro vacio de su hermanito, Alec seguía siendo el pequeño que siempre intentaba proteger a escondidas… Que todo el tiempo se había encargado de hacerle la vida imposible, pero lo que nadie sabía era que sólo lo hacía para ocultarse de cualquier emoción de debilidad que pudiera emitir cuando se trataba de Alec, y para dejarle claro a todo el mundo que nada más el podía meterse con el castaño, si otra persona se atrevía; la mataría… Y eso pensaba hasta que llego ella, la niña que había hecho de su hermano un estúpido incomparable, la culpable de que su hermano estuviera en ese instante así, la que con una sola sonrisa podía hacer que Alec tartamudeara, la que estaba consumiendo a su hermano, a una de las personas más importantes en su vida…
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Por si mañana no estoy
RomansaUna discusión. Un accidente. Una terrible consecuencia. Alec O'Conner tiene un accidente que lo deja en coma temporalmente, es mejor amigo de Viviana McFly, quién se considera culpable de lo sucedido. Alec antes de entrar en coma escribió en una lib...