Desde su ventana la luna parecía rota. Un fragmentado recordatorio que todo aquello que cambia merece morir, que la belleza de los rotos e incorrectos es una maldición. Si algo nace baje un designio escapar de él es un pecado, se afirmaba delineando con sus dedos el vaho que había creado en el cristal, porque si habían nacido con una maldición compartida ¿No era acaso un pecado dejarlo solo para cargarla? Obtuvieron su belleza, su talento, sí, pero a cambio habían ofrendado su capacidad de ser felices fuera de ellos mismos, un espejo roto sólo puede habitar en otro espejo roto y era así como se suponía que fueran las cosas. No se suponía que Mui hubiera comenzado a cerrar con llave su puerta, ni que fuera ahora él quien se quedara dormido llorando esperando una puerta imposible, amaneciendo con la mirada extrañada de su madre, preocupada , más cuando Yui se acurrucaba en su regazo buscando un consuelo que no iba a encontrar en ella ni en nadie. Estaba tan solo que casi podía jurar que había muerto y nadie se lo había dicho, cepillándose el cabello a solas, sorbiéndose las noches en vela y aceptando que Mui ya habría salido para alcanzar a Tanjiro en el camino a la escuela, y que si no quería sentir su maldición ceñirse más a su cuello al verlos besarse, debía demorarse un poco más. Estaba yendo un paso atrás de ellos y podía que sus amigos vieran con una tierna admiración su determinación de ser un buen hermano, dejándolo vivir sus primeros pasos en el amor, sin caer en los ridículos berrinches de quien pierde su mayor compañía por los celos. Pero Mui sabía que lo hacía para poder medirles mejor, para poder encontrar el punto en el que pudiera quebrarlos sin que luciera sospechoso. Y no quería decirlo, como nunca quería decir absolutamente nada, pero estaba aterrado.
Romper una maldición no es suficiente para escapar de ella, pensaba, sintiendo el aliento de Yui en su nuca cuando salió de bañarse, olvidando cerrar la puerta. Se deslizó lejos de sus manos intentando ceñirse en su cintura, pero caminando hasta el tocador con una naturalidad que temblaba en su falsedad. Yui sonrió de lado, recostándose en la cama, viendo a Mui comenzar a vestirse.
— No sueles levantarte tan temprano en domingo.
Comenzó y Mui sólo pudo tragar saliva, seguro que esa era la frase mágica, el inicio del derrumbe.
— Sí, lo sé.
Los ojos menta estaban en su espalda, en sus hombros ¿Cuánto tardaría en notarlo? Era peor que un mal presagio, era la amenaza de que debía correr, necesitaba salir de allí. Necesitaba salir de allí.
— ¿Vamos a ir a algún lado?
— Tanjiro me invitó a salir. En una cita.
Lo sentía, los vellos de su espalda, de su nuca se erizaron ante el sonido de su cuerpo abandonando la cama para ir hacia él, sin una lentitud de cazador ni una desesperación de fiera. Sólo caminando hacia él como quien vuelve a casa de noche, reconociendo el camino con alivio, con la promesa de descanso. Sus labios en su mejilla, sus manos en su cintura y los ojos de Mui se fueron al suelo, sintiendo el corazón latirle en una zona avergonzada, adolorida, iluminada a la razón y avasallada por ella.
— Estoy saliendo con Tanjiro. Me lo pidió formalmente ayer.
Pero Yui no decía nada, con el silencio aprisionando sus latidos, avecilla acorralada, un perro que está acostumbrado a dormir a los pies del amo. Una triste estrella buscando a la luna en la inmensidad del cielo. Su olor a lavanda, el tacto de sus manos bien cuidadas en su cintura, subiendo, rodeando su pecho, sus labios en su cuello, su lengua allí donde latía, expuesto y vivo, casi a punto de llorar porque en lo más triste de sus confesiones estaba esa verdad. Todo en Yui le parecía maravilloso, embriagante, y quería quebrarse, quería cerrar los ojos y jurarse una última vez, un solo último vistazo tras las puertas imposibles antes de tirar por siempre la llave al olvido. Suspiró, separándose de su hermano, buscando en el armario su camisa.
— Yui, en serio.
Su cuerpo aprisionándolo contra la madera del ropero, su aliento en su cuello y su pubis contra su trasero, se mordió los labios, se obligó a empujarlo con el codo, sujetándose al ropero sin la entereza que requería girarse y verlo directo a los ojos.
— No estarás de verdad pensando en cambiarme por un ridículo niño bien portado.
— No te estoy cambiando, tú eres mi hermano y nadie puede quitarnos eso. Ni siquiera nosotros mismos. Creo que llegamos muy lejos, Yui, pero todavía estamos a tiempo de redimirnos. Si nadie sabe lo que había entre nosotros, podemos vivir con ello. Fue un error. Uno muy largo. Pero lo importante es que estamos arrepentidos y queremos cambiar.
— ¿Estamos?—, sabía que Yui se estaba pasando la mano por el rostro, con esa sonrisa incrédula— ¿Te da vergüenza estar enamorado de mí?
—Nunca lo estuve. Ni tú tampoco. Por favor, sólo... Sólo olvídalo ¿Sí?
— ¿Crees que Tanjiro en serio va a amarte la mitad de lo que yo lo hago? ¿Crees que ese ridículo niño bueno va a poder complacerte como yo?
— Baja la voz, te van a escuchar.
— Nadie va a escuchar una mentira de mis labios, Muichiro. Me callé porque pensé que estaba bien que tuvieras un poco de curiosidad, que quizá necesitabas hacer eso para no despertar más rumores, para que alejaras a los demás imbéciles que quisieran pretenderte, pensé que ibas a usar a Tanjiro, no que realmente estuvieras pensando en terminar conmigo. No merezco esto.
— ¿Te estás escuchando, Yuichiro? ¡Somos hermanos! ¡No se supone que me estés reclamando por tener una relación!
— No se suponen muchas cosas que ya pasaron y que por mucho que quieras quitarte las vas a llevar aquí—, su dedo se enterró en su pecho, nunca tan hiriente como sus ojos en los suyos— Nunca vas a poder quitarte lo que tenemos, Mui.
— ¿Puedes por favor salir de mi habitación? No quiero llegar tarde a mi primera cita.
Yuichiro se mordió los labios, con los puños apretados, más frustrado cuando su gemelo volvió a darle la espalda, rebuscando entre su ropa.
— Quizá tú también deberías buscar a alguien con quien salir, Yui.
Se clavó las uñas en la palma mientras atravesaba el pasillo, escaleras abajo, pensando que si Mui deseaba algo como eso, él encontraría la manera de volteárselo en contra.
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Por fin terminé los papers infinitos y podré salir del mini hiatus x3 Gracias por la espera!! Como siempre les amo <3
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Géminis
FanfictionTodos murmuraban que había algo muy macabro respecto a ellos... MuixYui MuiTan YuiTan KnY Modern AU. Incesto.