SHADOWHUNTER'S CODEX // CODICE DE CAZADORES DE SOMBRAS

___¿QUÉ SON LOS DEMONIOS?__

La misma palabra "demonio" es problemática. Su etimología en inglés en absoluto tiene nada que ver con los malos espíritus; se utiliza para describir a estas criaturas sólo por confusiones de traducción en los primeros días del Cristianismo, muchos años antes de que los Nefilim comenzaran. Utilizamos la palabra "demonios" para describir a las criaturas con las que luchamos porque el Cazador de Sombras, Jonathan, usó la palabra, basada en su propia historia religiosa. La mayoría de los sistemas de creencias humanas tienen algún concepto que representa lo que llamamos demonios: daevas persas, asuras hindúes, oni japonés. Para mantener la terminología complicada, nos referimos a ellos como demonios, como lo hacen la mayoría de los Nefilim.

Los demonios no son seres vivos, en el sentido que habitualmente entendemos. Son ajenos a nuestro universo y no se mantienen por el mismo tipo de fuerzas que nos sustentan. Los demonios no tienen alma; en cambio, son alimentados por una turbia energía demoníaca, una chispa vitalizadora que mantiene su forma en nuestra dimensión. Cuando los demonios mueren, esta energía se separa de su cuerpo físico, y ese cuerpo se desechará rápidamente de nuevo en su dimensión a casa. A los ojos humanos, esta desaparición puede tomar muchas formas, dependiendo de la especie de demonio. Algunos explotan en polvo, algunos desaparecen de la vista, algunos se deforman. En todos los casos, sin embargo, ningún vestigio físico del demonio permanece en nuestro mundo. (Existen rituales de brujos que pueden "preservar" la fisicalidad demoníaca en nuestro mundo, lo que

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permite mantener, por ejemplo, un frasco de sangre de demonio sin su desaparición cuando la fuente demoniaca es eliminada.)

¿Qué quieren los demonios con nuestro mundo? ¿Por qué vienen aquí?

En realidad no lo sabemos. El folclore Nefilim dice que los demonios son originalmente de nuestro mundo, antes de que fueran expulsados (ver Extractos de Una historia de los Nefilim, Apéndice A), así que tal vez están tratando de tomar de nuevo su lugar. Por otra parte, nuestras historias también dicen que los demonios eran destructivos y perversos desde el principio, es por eso que fueron desterrados. Así que en su lugar, de alguna manera, pueden representar el espíritu del mal en nuestro mundo.

A nivel individual, los demonios parecen venir a nuestro mundo con el fin de causar estragos. A veces vienen en busca de poder, poder sobre las demás criaturas, más magia poderosa, y similares, pero ese poder no parece tener un propósito más allá de su propia existencia, que no sea para causar más estragos en nuestro mundo.

Muchos han argumentado a favor de los orígenes más filosóficos del odio de los demonios por nuestro mundo, odian nuestra capacidad de crear, por ejemplo, lo que les falta. Este argumento se utiliza a menudo para explicar por qué los demonios crean brujos: Es el único acto de creación del que son capaces, e incluso deben cumplirlo robando nuestro propio acto de creación.

Pero tenemos que, por ahora, levantar las manos y admitir que sigue siendo un misterio por qué los demonios vienen a nuestro mundo. Todo lo que podemos decir con certeza es que están aquí para hacer violencia, y no tienen ningún interés en treguas o tratados.

¿Cómo lucen "realmente" los demonios? ¿Se ven como monstruos feos aun en su propia dimensión?

La relación de los cuerpos demoniacos en nuestro mundo con su "realidad" en su manera, es un secreto que nunca podríamos descubrir. Creemos que los demonios no tienen otra opción sobre la forma física que toman en nuestro mundo, pero aparte de eso, su verdadera forma es un misterio. No sabemos si términos como "apariencia" aún se aplican en el Vacío de donde vienen. Una teoría popular sostiene que cuando un demonio viaja a una dimensión, se crea un cuerpo de ese demonio que puede sobrevivir en esa dimensión, y que esa es la razón por la que los demonios son las únicas criaturas que pueden moverse libremente entre los mundos. Se trata de una mera conjetura, por supuesto.