Edward Malfoy
(Mansión Malfoy, Moscú. Veinte años después)
El abuelo sabía lo que sentía.
La aversión que tenía de ser un Nott.
Renegaba de mi apellido.
¡Maldita sea mi estirpe!
Por lo menos tuvo el tacto de llamarme Malfoy.
Pero por Dios, cuanto me odiaba.
Malfoy o no, yo había sido el causante de la muerte de mi madre.
Yo no tenía la culpa de que ella me amase tanto que hasta prefirió que yo viviera en vez de ella.
Yo ni siquiera debería haber nacido.
Era una maldición, el producto de un amor prohibido que mi madre se empeñó en salvar.
¡¿Qué culpa me tenía yo de que mi madre me quisiera?!
El cobarde de mi padre ni siquiera se acordó de mí, decidió dejarme solo en América para que él pudiese tener una vida tranquila con su detestable mujercita y su nueva hija.
Se había olvidado de mí madre.
Se había olvidado de mí.
De su hijo.
Jamás pasaba mucho tiempo conmigo.
Con lo mucho dos días y luego se largaba.
¡¿A qué iba a mí casa entonces?!
Si yo no le importaba.
Así decía haber amado a mí madre.
Seguramente ahora mismo ella estará revolcándose en su tumba, por la rabia.
Y era por ella por quién había dejado el apellido Nott y había tomado el suyo.
No más Edward Nott. Yo era Edward Malfoy ante los ojos de todos.
En América y ahora en Europa.
Jamás dejaría que se supiera que ese imbécil era mi padre biológico.
Él no era mi padre.
A mí me habían criado Scorpius y Vera Malfoy.
Ambos hermanos de mi madre eran los únicos a los que yo veía como padres.
Scorpius venía muchas más veces y me trataba con más cariño que Lorcan Nott.
¡Y ahora se atrevía a llamarme hijo!
Después de tanta indiferencia...
Mi abuelo tenía razón.
Era un maldito inútil.
¿Qué le vió mi madre?
Si me dejó solo en cuanto pudo.
Si me restregaba su felicidad a la cara con sus constantes muestras en público de su perfecta familia.
Cuando era niño pensaba que todos los padres eran así de fríos y distantes hasta que ví como trataban los otros padres a mis amigos.
Yo era siempre diferente.
Solitario.
Sin padre.
Tía Vera se deshacía de amor por mí.
Gracias a las fotos y vídeos que tenía de mi madre podía ver su gran parecido físico.
Casi podía ver a mi madre reflejada en ella.
Hoy cumplo veinte años, y por mucho que protesté mil veces tuve que venir obligado a Rusia para que me conozcan.
Todos estaban aquí.
Tía Vera y el pequeño Sasha, Scorpius con la tía Rose y Yuri, el tío Luka con la tía Dakota y Antón. Mis abuelos también estaban aquí.
La parte alemana tampoco faltaba.
Los Potter, los Nott y por supuesto la patética familia feliz de Lorcan.
En cuanto bajé del automóvil todas las miradas se posaron en mi.
Los cuchicheos de las chicas y los demás empezaron en cuanto me vieron.
Gracias a Dios no me parecía demasiado a mí padre.
Pero sí que había llamado la atención.
Había estado observando todo desde el auto, durante todo el recorrido.
Había grabado todas sus caras en mi memoria.
Y es que ser el príncipe de la Bratva americana tenía eso.
Verlo todo.
Recordarlo todo y al detalle.
Cada rostro, cada gesto, cada mirada y cada par de ojos que se cruzaban en el camino.
El abuelo Draco y Scorpius me tenían muy bien entrenado en esa parte.
Mi preparación física era óptima.
Nadie podía tumbarme tan fácilmente en una lucha cuerpo a cuerpo.
Además, cada cierto tiempo el tío Luka y la tía Vera me enseñaban juntos los secretos de la tecnología.
Estaba preparado desde los doce años.
Todos en América sabían quien era yo.
De quién era hijo.
No por nada mi madre, la reina rusa era tan temida y respetada incluso después de muerta.
Y ahora que su hijo estaba dentro del negocio no podía dejar que la gente me viera como un blandengue.
_Ty khorosho provodish' vremya, kuzen? (¿La estás pasando bien, primo?)
_ne tak mnogo, kak khotelos' by (no tanto como me gustaría)
No quería ser grosero con Yuri pero no me sentía nada a gusto aquí.
_Vanya kak vsegda starayetsya byt' v tsentre vnimaniya. (Vanya como siempre intenta ser el centro de atención.)
Volteé a ver hacia donde Yuri me apuntaba con la mirada.
Y en efecto.
Ahí estaba mi insufrible media hermana intentando ligar con medio mundo.
La miré con desprecio.
_YA ne khotel by imet' yeye v kachestve sestry. (No me gustaría tenerla como hermana)
Lástima que yo sí era su hermano.
Por esa niña mimada es que mi padre ni siquiera se dignaba a llamarme.
Ví a Yuri ir tras Antón mientras yo me quedaba a observar el circo que se armaba con la mona esa como atracción principal.
Luna y Theodore le celebraban todo.
La consideraban su primera nieta. Su adoración.
Si supieran.
Esas celebraciones deberían ser mías.
Esas miradas afectuosas debería tenerlas también yo.
Sin embargo era el chico extraño al que solo los Malfoy amaban con devoción.
Jamás le perdonaría a mí padre el que me arrebatase a mí madre cuando la condenó al engendrarme. Pero tampoco le perdonaría el privarme del afecto de los míos.
_Die Party genießen, Bastard? (¿Disfrutando de la fiesta, bastardo?)
Esa no podía ser otra que la mujer de mi maldito padre.
_Bin ich es, Madam? (¿Es a mí, señora?)
La maldita arpía no pensó que yo le entendía perfectamente.
Puede que en América se hablase más el inglés con la gente de fuera pero en mi casa se hablaba ruso y alemán también.
_hurensonh (hijo de puta)
_Leg dich nicht mit meiner Mutter an, wenn du willst, dass ich dich dort verletze, wo es am meisten weh tut (con mi madre no se meta, si no quiere que la hiera donde más le duele)
Le señalé con la cabeza hacia dónde estaba su tan preciada hija.
_wage es nicht (no te atrevas)
Le sonreí cínicamente.
Ví el miedo reflejado en sus ojos.
Muy bien.
Eso es, témeme maldita arpía.
Quería que viera todo el odio que sentía.
Ellas me habían quitado el cariño y la atención de mi padre.
Pues si ella se metía conmigo yo les quitaría lo que más amaban.
Los torturaría lentamente.
Yo jamás olvidaría su abandono y jamás lo perdonaría tampoco.
Ellos me habían llenado de odio.
Ya les llegaría la hora de probarlo...
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Russkaya Koroleva || Reina Rusa
FanficTercera parte de "Lady Oscura". Lara Malfoy sabe que es una reina aún sin tener su corona. Y sabe que como reina debe tener la frialdad en todos los sentidos, incluido su corazón. Un corazón que siempre le ha pertenecido a su primo. _Hay cosas que n...