Shadow || Jack Conway [Completa]

ɪʟᴇɢᴀʟɪꜱɪᴍᴏ | Capítulo 7

El sol terminaba de ocultarse cuando me encontré con mi compañero a una cuadra de la dirección que Shadow me había enviado. Era un bar en el centro de la ciudad de Los Santos que lo conocía solamente de vista.

Me había puesto un jean azul con una camisa a cuadros negra y una gorra. Quien me viera así nunca creería que era Conway; Por otro lado, Volkov llevaba su cabello para el costado y estaba vestido similar a mí, pero con colores llamativos.

Nos dirigimos hacia la puerta e ingresamos al bar. No había muchas personas y las que había parecían en un coma etílico inconscientes arriba de la barra. El ambiente olía a humedad y moho.

Sentí una mano en mi hombro y me volteé rápidamente.

- Vengan conmigo –

La persona que nos había hablado era nada más y nada menos que Horacio. Su semblante estaba diferente, no parecía el típico tipo que bromeaba todo el tiempo y hacia gilipolleces, estaba serio. No tardé dos segundos en conectar mis neuronas e interpretar que él también era parte de este grupo comando.

Esto si me tomaba totalmente desprevenido y podía notar que a Volkov también.

Nos llevó por un pasillo obscuro y maltratado que al final desembocaba en una puerta. Al abrirla, música a toda ostia llego a mis oídos; El paisaje que se desvelaba ante mí se me hacia imposible de creer. Dentro de este bar triste se escondía una especie de burdel elite. Una luz tenue cubría el lugar y en cada sillón que se encontraba alrededor de caños de baile había tíos con mujeres desnudas.

Horacio siguió caminando con normalidad como si este lugar fuese su segundo hogar y nos llevó a un entre piso que marcaba "Vip" con un cartel. Allí el panorama era aun peor, adinerados aspirando mierdas por su nariz mientras follaban delante de los demás con mujeres y... niñas.

El muchacho con la cresta nos invitó a sentarnos en una mesa y ordenó unos tragos a una camarera.

- Finjan que la están pasando de puta madre ¿Esta claro? – cuestionó Horacio

- ¿Dónde está ella? – Pregunté sin piedad.

No tenía un buen presentimiento sobre esto, sobre porque ella era la única que podía hacernos entrar aquí. Mis temores se hicieron reales cuando Horacio nos señaló con disimulo hacía una esquina de la sala indicándonos donde Shadow se encontraba.

Allí se encontraba la muchacha, quien llevaba un cabello platinado y un vestido negro apretado a su cuerpo que revelaba más de lo que cubría.

Estaba bailando junto a un tipo alto y robusto que no paraba de apretarla contra sí y tocarla por todos partes de su cuerpo. Tenía ganas de levantarme y reventarlo a ostias hasta que no pudiera respirar.

Ella le sonrió y luego nos lanzó una mirada. Le habló en el oído y el tipo se comenzó a acercar a nosotros tomándole por la cintura.

- ¡Buenas hermano! ¡Creí que no vendrías! – Tomó la mano de Horacio y la apretó firmemente