Tempo Commodo

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Nota: No me pertenece Evangelion. Es propiedad de Hideaki Anno y el estudio Khara.

PD: Gracias por las 1.000 vistas, de verdad lo aprecio mucho para seguir traduciendo futuros capítulos y posiblemente otras historias de Evangelion, no pensé que actualmente hubiera gente esperando un nuevo capítulo desde que dejé la traducción del fanfic hace un año.



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Es de mañana, nublado y cálido. Estoy sentado en el tronco de un árbol caído, me he dado la vuelta cerca de mi campamento y mis zapatos hacen huellas en la tierra frente a mí.

¿Debo comenzar a construir mi propia casa? Ciertamente sería mejor dormir en un lugar cómodo, aunque disfruto mucho dormir en la intemperie observando las estrellas, pese a que me estoy despertando con las frecuentes lluvias de LCL.

No, probablemente debería dejar el tema en paz, al menos por ahora. Además, ¿cómo podría incluso construir una casa? Dudo que sea lo suficientemente fuerte como para mover muchas cosas pesadas y, en cualquier caso, no sé nada sobre construcción. Sin embargo, puede haber materiales livianos en la ciudad y posiblemente algunos libros con instrucciones o algo así. Supongo que es una opción que puedo mantener abierta, y si todo lo demás falla, puedo conseguir una tienda de acampar.

Mi pie se detiene en el suelo y parpadeo. Sin pensarlo, miro la forma áspera de una cara femenina, con líneas de cabello largo y pelirrojo, y una sonrisa petulante.

Han pasado semanas, semanas desde que nos separamos. ¿Tal vez un mes? Realmente no lo sé. Originalmente tuve doce bengalas y no se me acabaron hasta después de verla en esa tienda, y eso fue ... hace más de una semana. Así que supongo que solo tres semanas más o menos.

Es lo suficientemente largo. Estoy medio tentado a bajar allí y comprobar si es ella, pero se escapó la última vez solo después de que hice un movimiento para hablar. Por lo tanto, tiene que estar en sus términos, supongo, o no habrá nada en absoluto, además no estoy completamente seguro si es ella o mi cabeza me está jugando una broma

El viento se agita brevemente, ondulando mi camisa y mi cabello, revolviendo las hojas. ¿Debo obtener más bengalas? No, ella sabe dónde estoy.

A pesar del caparazón ininterrumpido de nubes arriba, hace calor y, si acaso, más húmedo de lo habitual. Mi camisa se aferra incómoda a mí y siento que estoy sudando a través de mis jeans.

También hay una canción en mi cabeza. No sé cómo se llama, pero es clásico, y el compositor es... estadounidense o británico, creo. Sin embargo, la música me suena árabe. Me gusta porque es muy dificíl de tocarla en el violonchelo.

Me doy cuenta de que la he estado tarareando incluso ahora. Lo he estado haciendo mucho últimamente.

De pie, me estiro y luego frunzo el ceño hacia la ciudad muerta que hay debajo. Como parte de mi rutina de investigación, he comenzado a buscar música que pueda reproducir. Parece que Tokio-3 está repleto de reproductores portátiles de todo tipo, pero el único que encontré con batería restante estaba lleno de pop coreano. Lo cual sinceramente no me gusta, no es la clase de canciones que vienen a mi cabeza cuando pienso en música.

Esto me está matando. Estoy seguro de que el nombre del compositor o la pieza aparecerá al azar en mi cabeza en algún momento, pero no hará que la canción desaparezca.

"Podría tocarlo", digo en voz alta. "Si tuviera un violonchelo. Sin embargo, sería horrible arrastrar uno aquí".

Sacudiendo mi cabeza, miro una vez más la escasa pila de mis pertenencias. Hace mucho que leí todos los libros y no aprendí casi nada útil de ellos. Tal vez debería leerlos de nuevo, para pasar el tiempo. O rasgar las páginas y hacer aviones de papel. Tal vez podría encontrar un libro de origami en la biblioteca.

Orquestando el silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora