06

1.1K 158 9
                                    

Jimin recientemente había conocido un lugar muy cerca del edificio donde vivía ahora, era un pequeño parque que no estaba muy lleno, había pocas personas.

Al parecer estaba algo escondido entre las calles de aquella colonia. Aunque a Jimin le dieron muchas ganas de pasar un poco de rato ahí, al ver la hora en su celular se dio cuenta de que ya era tarde. En unos momentos más empezaría a anochecer.

Algo decepcionado decidió regresar al edificio. Le estaba hartando el hecho de que no tuviera elevador ese lugar. Tan solo recorrer las calles de alrededor lo había cansado, ahora debía subir las escaleras.

Cuando estuvo en su piso se dirigió a su puerta, pero algo le llama la atención.

Una pequeña cartera color marrón estaba tirada en el piso, no sabía si tomarla o no, pero se dijo que eso sería lo mejor. Se acerco y tomo la cartera entre sus manos, era de piel, lo podía sentir. Dudo en abrirla pero de otra forma no sabría de quién era. Adentro solo había unos billetes, monedas, y una credencial.

Al tomarla Jimin sonrió, sabia de quién era. El nombre Min Yoongi se leía arriba, en la foto Yoongi no sonreía, estaba serio. Su pelo era de color azul menta, Jimin pensó que todos los colores se le veían bien a ese chico. El negro que tenía ahora sin duda igual le favorecía. Volvió a poner la credencial en la cartera y la cerro.

Se acerco a la puerta del departamento de Yoongi y tocó suavemente tres veces la puerta. No hubo respuesta. Pensando que tal vez no lo había escuchado iba a volver a golpear. El puño de Jimin quedó suspendido en el aire cuando en ese momento la puerta fue abierta, dejando ver a un Yoongi serio del otro lado, pero sonrió al ver quién era el que había tocado.

—Jimin, ¿Se te ofrece algo?— Yoongi se estaba cambiando el uniforme del trabajo por ropa cómoda, lo supo porque aún traía su pantalón de la cafetería, pero su camisa era una de tela blanca algo ligera.

—Creo que esto es tuyo— cuando Jimin extendió la cartera, Yoongi pareció sorprenderse.

—Oh, no ví cuando se me cayó. Muchas gracias Park— los dedos de Yoongi rozaron suevamente con los de Jimin cuando tomo su cartera de regreso. En el rostro de ambos de apareció un ligero sonrojo, pero ninguno dijo nada.

—Uhmm bueno, eso era todo, adiós Yoongi—. El pelinegro no sabía que hacer, desde hace tiempo quería entablar una conversación con Jimin pero no tenía oportunidad, vio ese momento como una.

—Espera— el chico lindo detuvo sus pasos volteando a ver a Yoongi— ¿Quieres pasar? Estoy algo solo y aburrido.

Los ojos de Jimin brillaron de alegría, Yoongi tomo eso como un “Si” y abrió por completo la puerta para dejar pasar al otro chico. Ese cuarto no era el más ordenado, y cuando Yoongi vio a Jimin inspeccionando todo con sus ojos se sintió muy mal por tener cosas tiradas por todos lados.

—Disculpa el desorden, no suelo tener visitas. Más que Hoseok pero bueno, el es igual que yo de desordenado— una pequeña risa escapó de Jimin.

—Tranquilo, tampoco soy tan ordenado que digamos— con confianza Jimin se asomo por las pequeñas áreas del departamento. La cocina estaba junto a la sala, entrando. Su cama estaba más al fondo y tenía el baño a unos metros. No era el lugar más hermoso, pero bueno, su dueño si lo era.

—Siéntate— Jimin le hizo caso y se sentó en la mesa que estaba en la cocina, se pregunto si Yoongi vivía con alguien más pues había dos sillas, luego recordó lo que le había dicho el chico, que su amigo Hoseok lo solía visitar.

Yoongi tomo asiento en la otra silla frente a Jimin. Al principio solo había un silencio en el aire, ninguno sabía que decir. Les sorprendió a ambos que aquel silencio no fuera incomodó.

—Por tu expresión del otro día, te hizo feliz ver al hermano de Namjoon ¿verdad?

—Taehuyng, y si me hizo muy feliz. Es mi mejor amigo, algo parecido a lo tuyo con Hoseok. Tenía mucho de no verlo, desde que me mandaron al hospital.

—Pues si es como Hoseok y yo entonces es una gran amistad. Que bueno que después de todos nuestros tormentos podamos ver a la gente que queremos.

Jimin asintió muy emocionado ante sus palabras, entendía que si alguien sabía lo que estaba sufriendo era Yoongi, que había pasado por algo igual a él. Tal vez por eso sentían una especie de conexión entre ellos.

—No he encontrado trabajo— anuncio Jimin, tratando de sacar nuevos temas de conversación— toda mi vida mi madre me mandó a colegios privados, me dio todo lo que quería, casi no salía a lugares públicos. Se me está dificultando hallar algo que pueda hacer.

Yoongi noto como los ojos de Jimin se apagaron al decir eso último. Y le dolió el corazón de verlo sufrir.

—Debe haber algo. Todos somos buenos en algo. ¿Qué es lo que te gusta hacer?

Pensó mucho en dar una respuesta, algo en lo que fuera bueno, que le gustara…

—Bailar— los ojos de Yoongi se abrieron con sorpresa— cuando me quedaba solo en casa me ponía a bailar, después mi madre me metió a una academia, dure muy poco ahí pero perfeccione muchas cosas.

A Yoongi le volvió el sonrojo a sus mejillas cuando tuvo una imagen de Jimin bailando, con ropa holgada y sus piernas moviéndose dándole un ritmo a su cuerpo. Debía de ver a Jimin bailar un día, vaya que debía hacerlo.

—¡Ahí está! Busca algo relacionado con baile— las cejas de Jimin se alzaron mirando a Yoongi incrédulamente.

—Si Yoongi, porque hay muchos trabajos dónde necesitan a jóvenes bailando. Y hablo de trabajos decentes. Tampoco quiero acabar en un antro siendo una atracción.

—No hablaba de eso, pero ¿Que tienen de malo esos lugares? En fin, luego hay academias que necesitan quien importa lecciones y tú….

Yoongi se detuvo en seco, ¿cómo no lo había pensado antes?

—¿Y yo…? ¿yo que?— Jimin sostenía una expresión divertida ante el rostro de Yoongi, que parecía haber descubierto un gran secreto.

—Nada, solo digo que podrías tener una oportunidad si buscas en esos lugares.

La conversación de aquellos dos no fue muy larga, después de unos minutos Jimin anuncio que ya era tarde y debía ir a su cuarto a dormir. Cuando se despidió de Yoongi no sabía si abrazarlo o darle un beso en la mejilla. Al final sus nervios lo traicionaron y solo le hizo la seña de “Adiós” con la mano, moviéndola de un lado a otro.

El pelinegro le sonrió hasta que desapareció de su puerta.
Entonces no tardó ni un segundo en sacar su celular y marcar a aquel chico del que se había acordado hace unos momentos.

—¿Namjoon? Si soy Yoongi— la voz del novio de su jefe sonaba sorprendida, casi no le hablaba o llamaba, pero ahorita le podría ser de ayuda— oye tengo una duda. ¿Tu das clase en la escuela de música verdad?

—Si, en el área de Rap. ¿Por qué?

—Te pido un favor amigo, no es para mí. Es para Jimin, estuvimos hablando hoy y se le está dificultando encontrar trabajo. Pero creo que hay algo en lo que podría ser bueno.

—Dime, Jimin es el mejor amigo de mi hermano, si puedo ayudarlo en algo estaré encantado.

—¿Podrías investigar si hay algún puesto desocupado en el área de baile?

"No estamos enfermos Jimin" (Y.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora