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Cerro sus ojos fuertemente dejando que las lágrimas salieran. Yoongi no espero ni un segundo en levantarse de su cama e ir donde él, lo tomo entre sus brazos dándole un abrazo cálido. Pudo sentir como el camisón de su pijama se mojaba por las lágrimas de Jimin, pero no le importo.

—Pero lo hiciste en defensa propia, no te podían enviar a la cárcel— Jimin sorbió su nariz y hablo con voz entre cortada.

—Pero no había pruebas de eso, solo era mi palabra contra Jungkook inconsciente en el hospital. Además, un juicio era algo que mi madre quería evitar.

El pelinegro estaba furioso, esa mujer no debería llamarse madre después del dolor que causó a su hijo. Pudo haber otras maneras, pero ella optó por la que menos chismes y habladurías levantará, porque solo le importaba su reputación.

Yoongi no sabía si sus padres seguían siendo las personas que más odiaba en el mundo.

El chico lindo no se quedó a dormir con el, estuvo un rato y después se fue. Pero Yoongi ahora sabía lo horrible que había sido el pasado de Jimin, y quería protegerlo de todo lo que lo dañará.




Jimin estaba a punto de salir de su trabajo, eran ya casi las siete de la noche y estaba empezando a anochecer, además estaban ya en el mes de diciembre; hacia frío y estaba una fuerte neblina.

El debía de haber salido de trabajar hace dos horas pero le hizo el favor a Namjoon de hacer su trabajo. Namjoon debía de quedarse ese día hasta tarde organizando los papeles de un evento próximo, pero ese día también el moreno había quedado de cenar con su novio; el jefe de Yoongi.

A Jimin no le molestó hacer el trabajo por él, ya que sabía lo que Namjoon planeaba hacer esa noche en la cita…. Solo esperaba que la respuesta de Jin fuera “Si” y su esfuerzo de ese día habría valido la pena.

Resulta que el trabajo en ese lugar a Jimin le encantaba, los niños a los que les enseñaba eran muy tranquilos y aprendían rápido. Aparte de ser muy tiernos, era el trabajo perfecto para el. Termino de poner en orden el último montón de hojas y cerro con llave el estudio. Paso a despedirse del director que seguía en su oficina.

—Acabe con el trabajo señor. Me voy a retirar— el hombre estaba sentado detrás de su escritorio y lo veía con una sonrisa.

—Gracias Jimin, ¿tu sabes por qué Namjoon hoy no pudo trabajar hasta tarde?

—Digamos que tenía una propuesta que hacer— respondió.

Salió del lugar muy feliz, la gustaba mucho la nueva vida que tenía. Pero la sonrisa se le borro al ver lo vacío que estaba todo.

La neblina del lugar tapaba gran parte de su campo de visión y de alguna manera parecía en ambiente aterrador. Se apresuró a llegar a la parada de carros para irse a su casa.

Lamentablemente no pasaba ninguno. Estaba muy solo aquel lugar así que no quiso quedarse más tiempo; posiblemente debido a el día no había muchos carros circulando, tal vez en otra parada si. Ahora Jimin ya sabía muy bien dónde quedaba cada lugar y a dónde debía ir, la siguiente parada estaba fuera de la cafetería Royal. El lugar donde su Suga trabajaba, se ilusiono pensando que tal vez podría verlo.

Cuando llegó a ella noto que el lugar ya estaba cerrado. Pero no sé puso triste, porque fuera del lugar estaba Yoongi, aún con su uniforme y con su mochila dónde cargaba sus cosas en la espalda. Sin esperar corrió hacia el.

—¡Suga!— exclamó mientras llegaba enfrente de él. Yoongi lo veía con una gran sonrisa y esos ojos gatunos que a Jimin le encantaban.

—No te cansaras nunca de ese apodo, ¿verdad?— Jimin negó tiernamente.

—¿Cerraste hoy tu?— pregunto.

—Si, Jin se fue más temprano a cenar con Nam, Hoseok tiene gripe y no vino al trabajo, así que yo tuve que quedarme a cerrar.

Jimin le hecho una vista a la calle. Ni un carro.

—El tiempo está feo para que los taxis circulen. Acabo de pedir un Uber, si quieres te puedes ir conmigo.— Jimin volteo a verlo sorprendido, Yoongi se percató de que había sonado como una invitación— Es decir, vivimos en el mismo lugar, por eso.

Ambos nerviosos se sonrieron.

—Por mi está bien.— ahora los dos chicos se encontraban en la parada uno junto a el otro en silencio.

La vista de Jimin se enfoco en la calle, se veía tan… sola. No había nada alrededor y la niebla era muy densa, le provocaba escalofríos. Sin darse empezó a frotarse las manos en un intento de darse calor.

De pronto sintió otras manos sobre las suyas. Yoongi estaba a su lado sosteniendo sus manos. Sin decir una palabra las llevo cerca de su boca y empezó a soplarles. El aire cálido que Yoongi soplaba aliviaba el frío que las manos de Jimin tenía.

El pelinegro lo miraba juguetonamente y Jimin tenía una mirada confundida, sin saber que hacer. Era un momento muy lindo para el y sus mejillas tomaron un color rojo muy intenso. Cuando Yoongi soltó sus manos evito mirarlo a los ojos y le dio las gracias mientras clavaba su vista en el piso, sacando una risa del chico ante esa acción.

—Te ves lindo sonrojado.

Jimin ahora sí lo miro a los ojos, y eso solo empeoró su sonrojo.

—Voy a ver si ya viene el Uber— fue lo único que dijo para alejarse de ahí y acercarse a la calle. No había nada ni un carro, ni nada.

No podía evitar pensar en Yoongi, el aire cálido que le había brindado segundos atrás. La boca de Yoongi se veía… deseable.

—Deja de pensar como adolescente hormonal Jimin— se reprochó a si mismo, sacudió su cabeza fuertemente tratando de evitar esos pensamientos.

Rendido al no ver venir ningún carro se dio vuelta de manera rápida. Choco abruptamente contra algo. Más bien alguien.

Jimin juraba que no había oído a Yoongi acercarse a él y ponérsele detrás. Pero ahí estaba frente a frente con aquel chico.

Cuando Jimin se volteó y choco contra el cuerpo de Yoongi puso sus manos instintivamente sobre su pecho para separarse de él. Pero las manos de Yoongi se posicionaron sobre su cintura evitándole alejarse.

La respiración de Jimin se aceleró y sintió su cuerpo temblar bajo las manos del chico que lo veía fijamente.

Esa mirada penetrante que Yoongi tenía era la debilidad total de Jimin. Sentía que podía ver hasta lo más profundo de su alma.

—Me gustan tus ojos— le dijo Yoongi, que lo veía atentamente.

Jimin paso saliva más nervioso que nunca.

—Me gustan tus labios…— susurro. Yoongi lo miro con la ceja alzada y mirada divertida. Jimin no se había dado cuenta de que lo había dicho y no pensado— me refiero a que… ya sabes, tus labios son chicos y finos y a cualquiera le gustaría. No es que a mí me gusten, bueno si me gustan pero no….

Las palabras de Jimin fueron calladas por la boca de Yoongi que estaba ahora sobre la suya.

Se sorprendió al instante que sus labios chocaron pero un segundo después cerro sus ojos ahora disfrutando del momento.

La boca de Yoongi no le gustaba, le encantaba. Sus labios se movían de maravilla y compartían un tierno baile con los suyos. Los brazos de Jimin se relajaron y pasaron a posicionarse en los hombros de Yoongi tomándolos con delicadeza. El agarre en la cintura de Jimin se intensificó y lo acerco aun más al cuerpo ajeno. No estaba nervioso, ya no. Los labios de Yoongi lo hacía sentirse en el cielo.

—Hablas mucho cuando estás nervioso— comento el chico que lo tenía apresado contra así aún cuando se separaron.

—Lo se— contesto. Y enseguida se volvió a abalanzar contra la boca ajena. Disfrutando nuevamente de la delicia que era besar a Min Yoongi.

"No estamos enfermos Jimin" (Y.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora