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El grupo de amigos se encontraba en la casa de Namjoon y Jin. Porque si, ahora Jin ya vivía ahí, lo cual era obvio porque solo faltaban unos días para que se casarán y volvieran esposos.

A causa de esto Taehyung se había mudado, dando como excusa que los prometidos debían de tener privacidad.

Ambos le dijeron que no era necesario pero el insistió en que no había ningún problema. De hecho estaba encantado, porque se había mudado el departamento de su ahora novio Hoseok.

Ese día era 25 de diciembre, navidad. Ya que la cena de noche buena grupal sé había cancelado porque cada pareja tenía sus propios planes, Jin les había invitado a comer al día siguiente. Ahora estaban ahí, había tres sofás en la parte principal de la sala, Yoongi y Jimin en uno, Nam y Jin en el otro, y en el sobrante Hope y Tae.

—¿Entonces ahora son más insistentes los mensajes?— pregunto el mayor de todos.

La plática había comenzado normal, sobre como la habían pasado la noche anterior. En ese punto tanto Yoongi como Jimin se avergonzaron recordando su noche.

Después la plática se desvío al tema de Jungkook y sus mensajes, todos estaban preocupados por Jimin.

—Hace unos días me llamo, atendí sin darme cuenta que era él, pero colgué al instante. Ha tratado de llamarme más veces y me manda muchos más mensajes.  Por fin mañana iré a comprar un nuevo teléfono, pero sinceramente no creo que eso ayude mucho. El está cerca, y eso me aterra.

Al tan solo pensar que Jungkook estaba ahí afuera buscándolo y esperando para hacerle daño le provocó escalofríos. Yoongi al sentir a su novio temblar paso un brazo por sus hombros y lo atrajo a si mismo para darle un abrazo y calmarlo.

—Si se atreve a tocarte te juro que no tendré piedad y lo mandaré a un lugar peor que el coma.— dijo con algo de furia en la voz.

—Esperemos que eso no sea necesario— reprochó Hoseok— estamos todos aquí, somos cinco personas que te van a proteger Jimin. Tiene que haber una manera de poder tenerte seguro.

Jimin agradeció al cielo el haber podido encontrar amigos como esos, amigos leales y que se preocupaban por él. Con una sonrisa les dio las gracias a todos por hacer lo posible para cuidarlo.

—No agradezcas— contesto Namjoon— somos tus amigos y haremos lo que sea necesario para cuidarte.


—Tranquilo Jiminie, mientras nadie se sobrepase contigo no saldrá heridos, pero si el tal Jungkook intenta algo... me unire a Yoongi para golpearlo— le había dicho su mejor amigo, tranquilizándolo.

—¡Por cierto!— exclamó Jin alto llamando la atención de todos— ya ordenamos sus trajes para la boda ¿quieren verlos?

Todos en la sala, a excepción de Namjoon se miraron entre sí confundidos.

—¿No sé supone que nosotros debemos elegir nuestros trajes?— pregunto el menor de ellos.

Jin sin prestar atención a la pregunta se levantó entusiasmado y corrió por un catálogo de ropa. Su pareja respondió por él.

—Jin creyó que era buena idea que todos fueran vestidos iguales, así que ordenó por ustedes un paquete de trajes. Llegan el día antes de la boda.

El chico regreso a su lugar y abrió el catálogo mostrando una página específica a todos, se veía un traje formal color rosa pastel.

Tenía toques blancos en las mangas y llevaba un sombrero como adorno, un sombrero con algo de vuelo alrededor, y una pluma blanca sobresaliendo.

—No voy a usar esa cosa— dijo sin un poco de tacto Yoongi, ganándose una mirada amenazadora de parte de Jin y unos seños fruncidos del resto— ¿Qué? No se hagan a nadie le agrado el atuendo, parece de carnaval.

Nadie dijo nada, pues sabían que era verdad. Pero Jin tenía un gusto único, bajo la mirada un poco avergonzado y arrepentido del atuendo que había elegido pensando que había hecho mal. Jimin noto esto, y no pudo con la cara de tristeza del mayor.

—Aunque viéndolo bien no es tan malo. Creo que una vez puesto los luciremos fantástico.—tras sus palabras, el color y la alegría volvió al rostro de Jin.

La plática siguió, conversaban sobre la boda, Jin indicaba a qué hora sería la ceremonia en dónde se encontraba el salón para la fiesta. Todo iba bien entre risas y comentarios. Hasta que de repente Yoongi dejo de reír, se quedó en total silencio mientras observaba el celular en sus manos.

—¿Pasa algo?— le pregunto preocupado Jimin.

—Mi madre…— susurro mientras mostraba su celular, su madre le había enviado un mensaje.

Mamá: hijo, perdón por ese día no decir nada, por todo lo que hice. Fui al hospital psiquiátrico, hablé con tu enfermero, Jackson. Me contó todo lo que viviste, lo solo que estuviste, y comprendí todo el daño que te hice. Tu padre no lo quiere entender pero espero que algún día lo haga, y también espero que tú me perdones. Fui una pésima madre, alcance a ver a un chico contigo ese día por la ventana ¿es tu novio? Es muy lindo, tal vez en estos días podamos reunirnos y me lo presentas, tendrá que ser a escondidas de tu padre claro… y solo si deseas verme, por supuesto. Feliz navidad hijo, te amo.

Los ojos de Yoongi escoseaban, tenía la necesidad de soltar unas lágrimas pero se negó a hacerlo, Jimin lo abrazo fuertemente mientras sonreía.

—Bueno, supongo que debo de prepararme para conocer a tu madre ¿no?





Después de pasar la mañana con sus amigos volvieron a su departamento, a Jimin le habían dado vacaciones en su trabajo, y Yoongi tampoco iba a trabajar pues Jin no tenía tiempo de abrir la cafetería con todo lo de la boda encima.

Jimin se encontraba en la cama de Yoongi esperándolo, el chico había vuelto con él al edificio pero luego volvió a salir diciendo que debía ir a un lugar por una sorpresa. La curiosidad le picaba, quería saber cuál era la sorpresa.

Mientras lo esperaba en la cama los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente.
Nunca había sentido lo que sentía por Yoongi, ni siquiera con Jungkook. El había sido una atracción física, pero Yoongi, oh, para Jimin ese chico con ojos gatunos era precioso, tanto por fuera como por dentro. La primera vez que lo conoció en el hospital sintió algo especial, y le alegraba saber que los sentimientos eran correspondidos. Ahora eran pareja, parecía un sueño, era el novio de Yoongi. Podría decir que todo era perfecto, solo había una cosa que no lo dejaba ser totalmente feliz: Jungkook.

—Jiminie— la voz de Yoongi se escuchó en la entrada del departamento. La puerta fue abierta y luego cerrada. Jimin se levantó a toda prisa de la cama y fue a ver a su novio— Se que debes estar esperando la sorpresa.

—Sabes que si, aparte te extrañe. ¿A dónde fuiste?— pregunto haciendo un pequeño puchero. Yoongi se inclino y le hablo al oído:

—Ve por la ventana.

Sin entender Jimin camino a la ventana del cuarto de Yoongi, al principio no vio nada de raro. Se veía el cielo, las casas y tiendas al frente… entonces bajo la vista.

Normalmente la parte de enfrente del edificio no estaba ocupada por carros, ya que muy pocos de los que habitan ahí tenían coche. Pero estaba ahí estacionado frente al edificio un coche negro reluciente. Aún sin saber que significaba eso volteo la vista a Yoongi. El chico mantenía una sonrisa mientras sostenía frente a sus ojos una llave. La llave de su nuevo coche.

—Al fin reuní el suficiente dinero para comprar uno. Y bueno ahora que está aquí, ¿Quieres que lo estrenemos?

"No estamos enfermos Jimin" (Y.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora