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Las cortinas de la habitación se movían de un lado a otro a causa del fuerte viento que entraba por la ventana.

Jimin quien tenía puesto una pijama rosa con unicornios para dormir, se apresuró a cerrar las ventanas. Se fijó que afuera los árboles de alrededor se movían de un lado a otro, hacia mucho viento, según las noticias ese día llegaría una tormenta.

Jimin no quiso creerle pues en la mañana todo había sido normal, ni si quiera se sentía fresco. Pero ahora se veía que una gran lluvia estaba apunto de caer, el chico rogo porque solo fuera eso, lluvia, y no hubiera relámpagos o truenos, porque le daban miedo.

Justo cuando estaba decidido a cerrar los ojos para poder dormir, una gran luz iluminó la habitación, seguido de un sonido fuerte que hizo vibrar incluso las paredes del cuarto. El chico cerro sus ojos fuertemente y se puso las manos en los oídos tratando de oír ni ver nada.

Pero aún con los ojos cerrados podía distinguir los relámpagos que caían y los truenos que movían las cosas del lugar debido a lo intensos que eran.
Su respiración se estaba volviendo irregular. En ese momento un recuerdo llegó a su mente.

Jimin estaba en el hospital psiquiátrico se Seúl, en el gran patio de este sentado en un banco apartado de todos.

Los demás estaban jugando con una pelota, de ves en cuando el juego se paraba porque alguno de ellos le daba una crisis, un ataque, o simplemente empezaban a hablar cosas sin sentido.

Así eran todos ahí, por algo era un hospital, Jimin pensó si él estaba igual de enfermo que ellos. El no lo creía así, el no se sentía enfermo, pero la mayoría de los que si lo están lo niega, y su madre se lo había dicho.

El juego se tuvo que detener por completo cuando empezó a llover, los enfermeros que estaban vigilando les ordenaron meterse de forma ordenada.

Desde chico a Jimin le daban miedo las tormentas, pero estaba seguro en el interior de su casa. Ahorita no estaba en su casa, estaba en un hospital, solo en una fría habitación.

Ese fue uno de los peores días de Jimin, estuvo toda la tormenta hecho bolita en la cama de su cuarto, a través de las paredes podía oír todos los truenos y rayos que caían; también oía las voces de desesperación de los demás internados que estaban en sus habitaciones al lado de la suya, desesperación por el miedo a la tormenta. Sin embargo fue una de las muchas noches iguales que vendrían más adelante, noches que lo traumaron.

Otro trueno resonó en el cuarto, Jimin jalo con rapidez la cobija que tenía en los pies y se apresuró a subirla hasta cubrir su cabeza. Estaba casi temblando. Se oía ahora también la fuerte lluvia caer y el viento azotar contra la ventana.

—A la mierda, no puedo quedarme solo— se dejó de hacer el valiente y se colocó unas pantuflas para bajar de la cama.

Desde el momento que se veía la tormenta venir pensó en ir al cuarto de su lindo vecino, luego se dijo que sería algo muy ridículo y tal vez Yoongi se riera de él al ver que le daban miedo unos simples ruidos que eran cosas de la naturaleza.

Pero ahora estaba ahí parado frente a la puerta de Yoongi, esperando que este abriera tratando de disimular su gran miedo por los relámpagos.

—¿Jimin?— el chico hablaba lento y pausado, casi adormilado. Jimin se dio cuenta que llevaba un short y una playera negra holgada. Supuso que el chico ya estaba durmiendo, y el lo despertó.

—No pensé que estuvieras durmiendo— se disculpó— lo siento no fue buena idea venir. — se dio la vuelta dispuesto a alejarse, pero un Yoongi lo detuvo sostenisnole la muñeca.

—No, no aún no dormía. ¿Paso algo? — el menor bajo la cabeza avergonzado y se armó de valor para decirle a Yoongi porque estaba ahí, rogando es su interior que no se riera de él

—Me dan miedo las…— cerro sus ojos obligándose a hablar— las tormentas. Cuando estuve en el hospital desarrolle una especie de trauma hacia ellas, y ahora no quería estar solo.

Un trueno resonó haciendo a Jimin brincar en su lugar del miedo, y apretar sus puños tratando de calmarse. Yoongi que aún lo tenía sostenido de la muñeca lo jalo para que ingresará a la habitación.

—Puedes quedarte conmigo está noche— dijo algo dudoso— si quieres.

Una vez dentro del cuarto Jimin se dio cuenta que Yoongi no tenía más que una ventana, por ende no se veía mucho el exterior. Eso tranquilizó a Jimin y lo hizo sentir más seguro.

—Si quiero.

Ambos fueron hasta la cama que se veía desordenada, pero a parte de eso todo lo demás en el cuarto se veía ordenado, a diferencia de la primera vez que Jimin estuvo ahí, que había estado todo hecho un desastre.

Pero no era porque Yoongi se puso como loco a ordenar su cuarto desde ese día por si Jimin iba de nuevo a verlo y así está vez no se llevará una mala impresión. No, claro que no fue por eso.

—Bueno, yo iba a dormir. Si estás cansado también deberías descansar— le dijo Yoongi mientras se rascaba la nuca como si estuviera pensando en algo.

—¿Qué pasa?— pregunto Jimin al ver su cara.

—Es que solo hay una cama, pero no te preocupes. Dormiré en el suelo.

—¡No!— exclamó Jimin— es decir, es tu cuarto. La cama es muy grande.

El chico lindo espero que Yoongi captará lo que trataba de decir, y no lo hiciera decirlo en voz alta.

—Bueno, si a ti no te molesta podemos dormir juntos— ante esas palabras a ambos les aprecio un ligero sonrojo, pero lo ignoraron.

Jimin negó ante lo que Yoongi dijo, dándole a entender que el no tenía problema por compartir cama. Los dos en silencio y sin decir nada más se acomodaron uno de cada lado del colchón. Ambos cerraron sus ojos en un intenso de dormir, pero no lo lograron.

—¿Has vuelto a ver a Jungkook? ¿O te sigue mandando mensajes?— pregunto Yoongi en un intento de sacar platica al ver que no podían dormir.

—No— contesto— el último mensaje es de hace unos días, y no he vuelto a verlo. Tengo algo de miedo aún pero con lo que me dijeron tu y tus amigos el otro día me siento más seguro.

—Son tus amigos ahora también. Y ten por seguro que te vamos a proteger. Que te voy a proteger.

Ambos que estaban mirando al techo voltearon sus vistas para ver al otro de costado, algo dentro de Jimin se removió, era como si sintiera las dichosas mariposas en el estómago. Que nunca antes había sentido, solo con Yoongi.

Un fuerte sonido retumbó en el lugar, seguido de un relámpago que iluminó todo, por el miedo y sin pensarlo Jimin salto hacia Yoongi abrazándolo fuertemente del abdomen, y apoyando su cabeza en el pecho del contrario.

El pelinegro no se lo esperaba pero reacciono rápido posicionando una de sus manos sobre el cuerpo de Jimin. Cuando el susto se le pasó al menor levanto su cabeza con pena mirando a Yoongi.

—Perdón por eso, fue el susto— se quiso mover de nuevo a su lugar anterior, pero no pudo porque Yoongi seguía sosteniéndolo de su cintura y no lo dejaba alejarse. Confundido miro al pelinegro a los ojos. —Suga….

Los labios de Yoongi se unieron con los suyos en un beso que no vio venir, pero que no dudo en corresponder.

Todo el miedo que había sentido se desvaneció en el momento que sintió el tacto del mayor sobre el. Sus labios parecían moverse por si solos, creando un compás perfecto con los de Yoongi.

Los dos cerraron los ojos disfrutando del delicioso sabor de la boca ajena, sus labios hacían un baile perfecto y encajaban como si fueran hechos para estar juntos.

"No estamos enfermos Jimin" (Y.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora