Capítulo 1

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Zee

       El sol golpea mi rostro, en estas condiciones no es una opción seguir adelante, la luz que se ve reflejada tras la cortina hace que me tumbe aún más, y lo peor de todo es, que no quiero recordar nada, casi, si de algo sé, y que siempre estará presente es que la noche anterior fue una de mis peores decisiones.

       No sé cuándo fue la última vez que tuve una salida así con mis amigos, y estar ebrio hasta ese punto de alguna forma, me dice que fue una noche única, y lo fue.

La fiesta de ingreso a los nuevos pasantes del estudio arquitectónico estaba planeada desde hace un par de semanas, siendo honesto, no debía de asistir, no estaba entre mis planes, esta noche debía de estar en mi habitación disfrutando de mi soledad. Pero todo resulto siendo lo contrario, la insistencia por parte de Mew hizo que levante mi pesado cuerpo del sofá para alistarme e ir a la fiesta, joder, él es tan insistente que no conoce una respuesta negativa cuando actúa así.

El lugar era uno de los típicos sitios donde antes concurría, nada nuevo, excepto su gente, era una noche de barra, había un gran espectáculo, estando ahí unas horas más comencé a sentir el ambiente, la sala vip no era la excepción para dejar que la música estruendosa que provenía de ahí afuera afecte nuestro comportamiento. Entre copas de ginebra y algunos diálogos quede en un punto irreversible.

       No puedo decir a detalle de lo que pasaba, resulta ser un vago recuerdo, y, antes de hacer eso, solo pensaba en él, en cómo sería nuestra vida hoy en día; eran los mismos pensamientos comunes de cada noche. Pero no me permití que suceda de nuevo, tenía que despejar mi mente, solo por un momento no quería pensar en nosotros.

Y no podía estar más así, me cansé, no era justo vender por piezas nuestro amor que fue tan caro, ya no quería perder esta parte de mi cuerpo, tenía que dejarlo ir, solo por esta noche tenía que permitirme volver a ser feliz.

       A mi mente viene las escenas un tanto borrosas, recuerdo que baje a la primera planta, los tragos se habían agotado, y para seguir perdiéndome, necesitaba de esos con urgencia, las luces eran tenues y los rostros con quienes cruzaba eran desconocidos, me movía al ritmo de la música, con la copa en la mano, y bailaba con alguien que, de una forma extraña, llamaba mi atención.

No me culpen, estaba sumergido en el alcohol, no pensé en las consecuencias. No quiero sonar como si me defendiera.

       Su aroma era particular, me recordaba a alguien en específico, pero no estaba seguro si era él, lo único que puedo afirmar es que le he fallado; en medio del baile, mientras nuestros cuerpos rozaban decidí tocarlo, su torso era firme, me mostró una sonrisa, no cualquiera, me incitaba a querer más de aquel hombre, y me perdí.

Sin saber quién era, jalé de sus manos pidiendo que me siguiera.

       Lo arrastré hasta los depósitos, conozco este lugar, he asistido aquí gran parte las salidas con mis amigos, nada es nuevo, lo vuelvo a decir. Ya estando a oscuras y lejos del ruido lo apegué a mi cuerpo colgándolo entre mis piernas. Maldita sea, el olor que emanaba era adictivo, podía diferenciarlo del olor del alcohol y me permitía disfrutarlo.

Acerqué mis labios a su cuello y comencé a dejar mis rastros, creo que el apoyarse hacia la pared me daba un poco de ventaja para poder hacer eso.

- Ah... - Susurró contra mi oído.

Oírlo me estremece y hace que quiera escuchar más de eso, y pierdo parte de mi cordura cuando aprieta sus manos contra mis hombros, lo estaba disfrutando y yo lo necesitaba.

Los siento, te extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora