Capítulo 11

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Zee

       He salido de mi oficina con el único objeto que necesito y con una sola dirección que tengo, todo el camino hacia el ascensor me resulta extrañamente largo que lo siento inalcanzable, así que corro sin importar quien se cruce en mi camino, tengo tanto en qué pesar que a mi mente le resulta difícil reorganizarse, y debo de encontrar una manera de solucionarlo.

Cuando el tiempo te resulta corto, buscas todas las posibilidades y vas eliminando una a una hasta encontrar la que mejor se adapte a la circunstancia, mi mente planificaba cada movimiento y cada vez que lo volvía a hacer tenía mejores probabilidades.

Soy bueno en esto, actuar bajo presión.

El elevador está en uso, y el número que indica me dice que va a tomar mucho tiempo, así que mi siguiente opción es bajar por las escaleras de emergencia, cada giro me indica cuantos niveles me faltan para llegar hasta el primero, conozco este edificio, es una de mis labores saber en que nivel me encuentre, mis pies están en función automática y al mismo ritmo en que late mi corazón.

No me detengo hasta llegar ahí debajo y no pienso hacerlo, estoy cerca, cada vez falta menos, una pequeña luz me indica que solo quedan un par para estar completamente en la parte mas baja.

Y lo logré.

Empujo la puerta y vuelvo a correr al área de recepción, el ingreso principal está más cerca del aparcamiento, pero veo a lo lejos un rostro conocido, mierda, no es posible.

Detesto las sorpresas.

Estaba ahí como si hubiese escuchado mi llamado, me detuve y caminaba hacia ella, pero a medida que lo hacía sólo seguía pensando en salir de aquí; la verdad es que si hubiese llamado no lograría que detenga mis acciones, han pasado varios días sin vernos y hoy debía de ser uno más.

Respiro profundo, antes de llegar hacia el lugar de espera, esto me va a jugar en contra.

No esta sirviendo el hecho de descartar las anteriores opciones si al final lo que estoy consiguiendo es ser retenido en un mismo punto.

       Pensar que Saint tenga de nuevo un desliz me inquieta, pero debo de atender a Taew, ha venido hasta aquí sólo para verme, no es lo que deseaba, pero está parada frente mío, maldita sea, está restándome tiempo y yo tengo que volver a reformular cada idea anterior que por ahora han vuelto a quedar descartadas, no quiero que Saint se vaya con alguien más que no sea yo.

- Taew... –

Tengo una voz estrangulada y sus ojos brillan cuando la llamo por su nombre.

- Parece ser que he venido en un buen momento, esperaba por ti -

La verdad es que no, es tan inoportuna por ahora.

- ... –

No puedo responder, solo veo el reloj como si fuese un puntero fijo indicándome que cada segundo que siga retenido pierdo más a Saint.

- Tengamos una cita – Sus manos sujetan las mías mirándome irritablemente dulce.

Su tono es firme y muerdo mis labios esperando que entienda mi respuesta, pero ella inmediatamente sujeta mi brazo, parece ser que está dispuesta a conseguirlo.

- Aún tengo trabajo, debo de ocuparme de alguno asuntos  y me estas reteniendo – Mi voz la sorprende.

Ni siquiera voy a mentir diciendo que trate de soltarme, debe de hacerlo y dejarme ir, su rostro se torna serio queriendo reprochar mis acciones, se queja como una niña pequeña y rápidamente niego, este no es el lugar ni el momento indicado.

Los siento, te extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora