Capítulo 5

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Zee

       Debe creer que soy un estúpido, lo dejé ahí sin decir más de dos oraciones, y la última fue para decirle que no quería volver a verlo, que idiotez, es una gran contradicción a lo que realmente quiero.

Ha pasado tres días desde la visita inesperada de Saint, la verdad, no lo esperaba, y no de la forma menos práctica, estaba parado ahí sin aliento, su respiración era constante, parecía haber apresurado su paso para llegar hasta mi puerta. Traté de ignorarlo, tenía una cita en el bar, pero ese hombre sabía cómo detenerme.

En algún punto, todo lo acumulado lleva a desbordarse, como las represas, mientras más agua, más grieta, ese día me sentía de la misma forma, me encontraba impactado por su llegada, dentro de todas las coincidencias que pudieran existir tenía que ser dentro del estudio, y en el mismo proyecto, maldita sea, no podía como asimilar tanto por ese día.

La noche me esperaba, antes de mi salida había quedado con Max para un encuentro, buscaba volver a embriagarme y alejarme de ese pensamiento, pero no contaba con lo que iba a pasar después.

Lo extrañaba, lo hago, ahora que lo tengo cerca, mi corazón se calmaba levemente por primera vez en mucho tiempo, soy consciente que nuestro encuentro no es la de la forma correcta, pero hacía falta, esta es mi forma de amarlo, ilógica, pero con alma, lo necesitaba, aunque diga que no, así era, la salida con mis amigos no es más que una forma de decir que necesitaba a alguien que calme lo que siento.

Me mostré prepotente cuando lo vi, no debo de mostrar mi debilidad, mierda, tenerlo ahí parado era una gran sorpresa, estaba emocionado por dentro, pero mi forma presumida de actuar hacía que mostrara desinterés.

Eso no era impedimento, reaccionó de la misma forma que lo hacía cuando no le prestaba atención.

Tiró de mi de una manera ruda haciéndome ingresar de nuevo dentro, la ausencia de las luces no lo limitaron, aún recuerda la disposición de mi departamento y encontró mi habitación sin problema.

Confieso, realmente no impedí que lo haga, y si volvería a pasar de nuevo, creo que reaccionaría de la misma forma. Me nublé desde que caí sobre mi espalda mientras él recorría parte de mí con sus labios, estaba abrumado, aún más cuando sujeto fuertemente parte de mi entrepierna mientras su mano libre desabotonaba lentamente la camisa que tenía puesta.

Inconscientemente quería decir que parara, pero no iba a detenerse, lo sabía al ver su mirada oscura, alguien antes de venir se había ahorrado las ganas.

Es Saint, él no pierde el tiempo en estas situaciones, es tan determinado cuando se trata de esto.

- ...es perfecto. – Su voz gruesa me llevó al límite, tanto que no pude resistir.

- Ah...ah... – Se escuchaba como alguien complacido, un sonido repetitivo y estimulante.

Me hundía dentro de su juego haciéndome reaccionar de la misma forma que él quería, después de eso me propuse hacer lo mismo con todo su cuerpo, extrañaba sentir su blanca y suave piel, mierda, tan delicado y perfecto, estaba necesitado y era esa la razón por la que saqué planes con mis amigos.

Necesitaba algo que me diga que no dependo de Saint, de su recuerdo, o de una explicación por su llegada imprevista, quería la misma noche errante.

Pero lo que me ofrecía era excitante, me hacía sentir, a momentos como si volvieran esos días, sentía como jugaba conmigo haciendo que me estremezca, su cuerpo traspiraba al ritmo de la situación y quería que susurrara mi nombre, así que cambié el rol, y empecé a dominar.

Los siento, te extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora