Escape por Amor Haruo x Akira.

Capitulo 13: El inicio de la caída del telón

-Desde la distancia podemos ver como una rubia iba caminando hacia una dirección, y aunque su rostro era muy estoico, y no lo dejaba ver bien, ella estaba realmente molesta, podré y desafortunado, el que se atreviera a molestarla.

-La rubia era reconocida fácilmente como Koharu Hidaka, la joven adulta se estaba dirigiendo hacia una pequeña mansión que estaba cerca en la ciudad, donde ella se encontraba, la cual no era nada más, ni nada menos, que la ciudad de Madrid.

-Mientras la joven se iba acercando hacia su destino, ella estaba teniendo una lucha de pensamientos, si no fuera porque su cabello, que tapaba un poco su frente, se podría ver a simple vista una vena bien marcada.

Mente de Hidaka

Maldita sea; ¿Cómo es posible que ella me lo haya robado?, Akira...

-La rubia empezaba a apretar su puño, mientras recordaba cada momento que paso con su amor platónico, esa primera vez que salieron a jugar videojuegos, esa primera vez que ellos los dos estuvieron juntos, en el cuarto de su amor, aunque solo haya sido por visita.

-La rubia con furia pensó.

Maldita seas Akira ono, eres la peor basura, después de haberte estado buscándote por más de dos años ¿así me pagas?, Casándote con el hombre que amo, miserable perra

-La rubia solo podía insultar a la mujer que le había robado, al amor de su vida, no estaba en sus cabales para tratar de pensar con calma, no tenía la voluntad para aceptar que ya no le correspondía tener una oportunidad, para estar su media naranja.

-La joven con una tristeza, tan profunda como el fondo del océano, pensó.

Yo solo quería una oportunidad, para pasar el resto de mi vida, al lado de él

-La joven adulta cada vez perdía, más y más su expresión de póker, ella no quería que toda la gente la viera tan desgraciada, y derraban lágrimas de pena y dolor de sus bellos ojos, dorados como el mismo sol en toda su grandeza.

-Y como dolor es su pecho, aumento el ritmo de sus pasos, hasta que estos se volvieron más rápidos, al punto que la rubia ya estaba corriendo mientras que la gente la miraba extraños, pero ella solo quería largarse de ahí.

-La bella damisela mientras corría repetía en su cabeza una solo cosa.

Yo solo te amaba a ti, yo solo te amaba a ti

-Repetía una y otra vez; mientras que su correr la llevo hacia su destino.

Fin de pensamiento

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-La rubia adulta miraba una casa de dos pisos, la propiedad estaba bien pintada con un color blanco, esto combinado con las hermosas ventanas que tenía, más una decoración bien hecha, con flores y plantas en su jardín, las cuales le daban un toque atractivo.

-Ella vio unas rejas negras, que eran como la entrada a la gran propiedad, pues en su centro había una puerta, y esta puerta formaba parte de la reja, por lo que era obvio que ella tenía que primero tocar la puerta, para que alguien la entendiera.

-Soltando un suspiro para calmase, pues la joven adulta sabía que tenía que primero relajarse, pues la noticia que iba a dar, era muy grande, por fin después de tanta búsqueda, ella podría decir, "Los encontramos".

-La mujer de ojos dorados, toco a la puerta para que alguien le permitiera entrar, y no tuvo que esperar mucho, debido que solo pasaron veinte segundos, cuando un anciano de baja estatura la recibió.